3. Cuatro bodas y ningún funeral [1068-1076]
El Ducado de Holanda es un territorio en peligro, no solo por sus pequeñas dimensiones sino porque su corona es ceñida por un joven menor de edad que no tiene más herederos que sus tres hermanas.

- Es preciso encontraros una esposa- le explica el Regente mientras el Canciller asiente
- Pero yo no me quiero casar- repone el joven Duque
- No ahora, pero cuando seáis mayor de edad deberéis casaros y tener descendencia para perpetuar la Casa Gerulfing y que herede el Ducado cuando vos murais-dice el Canciller- Además cuanto antes os comprometáis, mas pronto podremos disponer de alianzas con otros Ducados del Imperio, lo que nos dará seguridad en caso de que alguien nos ataque.
Aunque el joven Dirk no está muy convencido, el Canciller y el Regente le convencen para que se comprometa con Kunigunde de Weimar, una chica varios años más joven, hermana menor de la Duquesa de Meissen (Misnia), un ducado de tamaño mediano del Imperio junto a la frontera polaca.

Meissen (o MIsnia) sufre del mismo problema que Holanda, está gobernado por la Duquesa Oda de Weimar, una niña que solo dispone de dos hermanas para heredar la corona en caso de que ella falleciese prematuramente, aunque es más grande que Holanda y dispone de mayores ejercitos.
El Canciller viaja hasta Meissen para firmar el compromiso en nombre del Duque Dirk V y al mismo tiempo sellar una alianza. A la vuelta al Castillo de Vlaardingen hace una parada en el Ducado de Sajonia, donde firma una alianza con el Duque Ordulf, de la Casa Billung, tio de Dirk por ser hermano de su madre. Con estas alianzas firmadas, el Ducado se asegura una defensa en caso de peligro.

Dos años más tarde el Duque alcanza la mayoria de edad y es coronado en la capilla del Castillo de Vlaardingen por el Obispo Waelram de Egmond con toda solemnidad, finalizando la regencia del Mariscal Carsten.

Dirk es un soldado aguerrido, justo, cinico y engañoso, pero amable y valiente. Además a adoptado un estilo de vida casto, algo que alaba el Papá desde Roma pero que a los miembros del Consejo Privado no les hace ninguna gracia ya que esperan que el Duque tenga una amplia descendencia para asegurar el linaje, la sucesión a la corona y permita trazar multiples alianzas.
Poco despues de alcanzar la mayoría de edad, en marzo, el Duque recibe un mensaje desde la corte imperial. El Emperador Heinrich lo ha nombrado uno de los comandantes de sus ejercitos, lo que es un orgullo para el joven, que debe partir de inmediato hacia Dinamarca donde se encuentra el Emperador luchando contra el Rey de esas tierras. Dirk se une al ejercito imperial para comadar una parte del mismo primero en Holstein y luego en Skane (Escania).

Aunque ponerse al frente de un ejercito siempre es peligroso, la guerra de Dinamarca no supone un grave riesgo para la vida de Dirk, que se dedica a comandar el asedio de varios castillos y villas. Así el 8 de diciembre el Rey Harald de Dinamarca se rinde ante el Emperador germánico y el Duque puede volver al Castillo de Vlaardingen convertido en un verdadero soldado.
Al año siguiente, 1071 de nuestra era, sus hermanas Adela y Bertha alcanzan la mayoría de edad, por lo que el Consejo Privado le apremia para que las case, lo que comportará nuevas alianzas para Holanda.

Aunque son gemelas, sus personalidades son muy diferentes. Adela es una joven hermosa, una decente diplomática, cobarde, honrada y aplicada, además de heredera de la corona ducal en caso de muerte de Dirk. Bertha es una soldado aguerrida, jorobada y tartamuda, justa, lujuriosa, ambiciosa, avariciosa y sociable... toda una belleza a la que hay que admirar con los ojos cerrados. En todo caso Dirk prefiere casar primero a Bertha, puesto que quien se case con Adela puede tener la tentanción de liquidar al Duque para hacerse con la corona de Holanda.
Aunque la tarea parece complicada al principio, para julio Dirk ya ha encontrado un marido para su hermana, un miembro joven de la familia Premyslid que aportará una alianza de Holanda con el Ducado de Bohemia.

Continuando con su labor de peloteo al emperador, Dirk acepta encantado unirse al complot de Heinrich IV para arrebatarle el Condado de Zerbst al Duque de Brandeburgo. Esto desemboca en agosto de 1072 en una guerra entre el Emperador y el Duque Lothar-Udo, a la que el Duque de Holanda se une, poniendo los ejercitos ducales al servicio del emperador. La guerra es breve y Dirk no asume riesgos. Mientras Lothar y Heinrich enfrentan sus ejercitos en tierras de Lusacia (Lausitz), Dirk asedia los feudos de Stade y Beverstedt en el condado de Hadeln, en la desembocadura del Elba, alejado de la zona de combate, consiguiendo sendas victorias.

En noviembre de 1072 el Duque Lothar-Udo se ve obligado a firmar la paz con el Emperador y renunciar al condado de Zerbst, con lo que termina la guerra y Dirk puede volver a casa victorioso.
Dos años más tarde, en enero de 1074, Kunigunde de Weimar ha alcanzado la mayoria de edad y viaja a Holanda para casarse con Dirk.

A Kunigunde le gustan las intrigas pero no da la talla para ser una buena intrigante, es generosa, moderada pero iracunda... aunque lo que esperan de ella los miembros del Consejo Privado es que sea muy fertil.
Casado el Duque, es hora de buscar esposo para las dos hermanas que aun tiene solteras. La primera victima es Adela, a la que casan con un hijo del Duque Otto de Baviera pero estableciendo en las capitulaciones matrimoniales que es un enlace matrilineal para evitar nadie tenga tentaciones de matar a Dirk para que Adela herede la corona.

En cuanto a Mechthild, aun es menor de edad, pero aun así el Canciller comienza a buscar candidatos a desposarse con la joven entre las casas nobles alemanas. A mediados de 1075 encuentran a un candidato aceptable, el heredero del Ducado de the Rhine, un titulo creado recientemente (en 1073) por el Emperador compuesto por varios condados en el curso alto del Rio Rin.

Con toda esta labor el Duque se siente más seguro en su trono del Castillo de Vlaardingen y su Consejo Privado satisfecho... a la espera que Kunigunde de Weimar comience a parir bebés.