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Soldier_Fortune

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I. INTRODUCCIÓN

Sin duda, la campaña de 1940 en Francia y Flandes siempre despierta interés. Y periódicamente en este foro surgen opiniones y comentarios basados en diversas fuentes documentales bibliográficas y/o cinematográficas.

Acerca de tales fuentes, existe un gran espectro de opiniones y de "revisiones expertas". Pero básicamente destacan dos corrientes principales: para algunos, el plan alemán parece casi perfecto e incontestable por los Aliados; para otros, es la demostración de que una línea poderosamente fortificada es completamente inútil frente a un ejército con fuerzas móviles acorazadas.

Pero tales impresiones se basan más en apreciaciones y pareceres, que en análisis más profundos y rigurosos que tengan en cuenta no solo los detalles tácticos y estratégicos de la campaña misma, sino también cómo se incluyen tales detalles (en forma de planes y operaciones de uno y otro bando) dentro de algo más básico y general: los Principios Fundamentales de la Guerra, y las Leyes del Combate.

Vale aclarar que los Principios de la Guerra y las Leyes del Combate son al arte de la guerra, lo que los Principios y Leyes de la Física son a las Ciencias Naturales: cuestiones de carácter universal en sus campos respectivos, dilucidadas después de múltiples observaciones por parte de investigadores independientes a lo largo de un período de tiempo extenso, que han permitido comprobar que siempre están presentes, no pueden ser obviados, y por tanto deben incluirse en cualquier teoría, razonamiento o predicción que se formule en cada ámbito de aplicación. Porque, guerra tras guerra desde la Antigüedad hasta el presente (y previsiblemente así seguirá siendo en el futuro en lo que a Guerra Terrestre Convencional se refiera) estos Principios y Leyes se han manifestado como Invariables.

Un análisis con aspiraciones a ser riguroso, debe abarcar tanto los aspectos cualitativos como cuantitativos de una campaña, batalla o combate.

En este hilo pretendo aportar esa idea de "marco general" en que la Campaña de Flandes de 1940 se vería incluída; y que considero que sirve para explicar mejor que ninguna otra, por qué gana un ejército y por qué pierde otro. Idea que, por otra parte, puede emplearse a cuanta campaña u operación se quiera analizar, correspondiente a cualquier tiempo y lugar.
 
A vueltas con la Línea Maginot (II)

II. ANÁLISIS CUALITATIVO

Se basa en apreciar la coherencia y consistencia intrínseca que guarden entre sí la Estrategia, la Táctica, las Doctrinas y los planes de Operaciones de cada bando en relación con los Objetivos que se planteen.
Pero además, y antes que todo eso, la comprobación de si todo lo anterior no vulnera alguno de los Principios de La Guerra y las Leyes Fundamentales del Combate.

Veamos en primer lugar los 9 Principios de la Guerra:

1. Masa: Concentrar la potencia de combate en el punto decisivo en el momento oportuno.

2. Objetivo: Dirigir cada operación militar hacia un objetivo claramente definido, decisivo y asumible.

3. Ofensiva: Obtener, retener y explotar la iniciativa.

4. Sorpresa: Atacar al enemigo en un lugar, momento o manera en los que no se encuentre preparado para responder con eficacia.

5. Economía de fuerzas: Aplicar solo la potencia de combate mínima esencial contra los objetivos secundarios.

6. Maniobra: Poner al enemigo en situación de desventaja mediante la aplicación flexible de la potencia de combate.

7. Unicidad del mando: Para cada objetivo, asegurar la unidad de esfuerzos bajo la responsabilidad de un único comandante.

8. Seguridad: Jamás permitir que el enemigo adquiera una ventaja inesperada.

9. Simplicidad: Preparar planes claros y sencillos, y órdenes claras y concisas, a fin de asegurar su comprensión en cada escalón de mando.


Y veamos ahora las 12 Leyes del Combate:

1. La acción ofensiva es esencial para el resultado positivo del combate.
Aún en los casos en que una estrategia defensiva pudiera (presumiblemente) asegurar un resultado favorable de la guerra (como en la británica contra Napoleón, o como lo intentó la Confederación en la ACW) es necesario el empleo selectivo de tácticas y operaciones ofensivas para que el defensor estratégico tenga posibilidades de obtener la victoria final.

2. La fuerza defensiva es mayor que la fuerza ofensiva.
Clausewitz dijo que “la defensa es la forma de combate más fuerte”. El análisis histórico de numerosas batallas demuestra que su afirmación no es errónea, y que la actitud defensiva tiene un efecto multiplicador sobre la potencia de combate de la fuerza militar defensora, que saca ventaja del terreno y de las fortificaciones, tanto si son improvisadas como si han sido planificadas meticulosamente. Las Termópilas. El Álamo, Fredericksburg, Verdún o Tobruk, p.e., son buenos ejemplos de las ventajas que tiene un defensor con fuerzas menores, aunque bien situadas y protegidas.

3. La actitud defensiva es necesaria cuando no es posible atacar con éxito.
Aunque la acción ofensiva es esencial para el éxito final de un combate, un comandante opuesto a un enemigo más poderoso no tiene más opción que pasar a la defensiva. Dado que la actitud defensiva aumenta automáticamente la potencia de combate de su fuerza, el jefe defensor (al menos parcialmente) restablece el equilibrio de fuerzas. De este modo, el defensor incluso puede esperar desgastar al atacante hasta un punto en que su relativa inferioridad inicial se transforme en relativa superioridad, ofreciéndole la posibilidad de pasar a la ofensiva (contraataque) y batir a su oponente.

4. El ataque de flanco o por la retaguardia tiene más probabilidades de éxito que el ataque frontal.
Entre las muchas razones que existen para hacer esta afirmación, están las siguientes: mayor capacidad de sorpresa para el atacante; el defensor no puede ser fuerte al mismo tiempo por todas partes, siendo el frente la línea más fácil de defender; la moral del defensor tiende a conmocionarse cuando el peligro de cerco es evidente. Aquí también podemos encontrar ejemplos numerosos: Ciro contra Creso o Aníbal en Cannas, p.e.
“Buscar los flancos” tal vez haya sido la primera idea táctica que desarrolló el Hombre, manteniendo su vigencia y su valor a lo largo de toda la Historia hasta el presente.

5. La iniciativa permite la aplicación de una potencia de combate predominante.
La importancia de tomar y retener la iniciativa ha sido el secreto del éxito de todos los grandes generales de la Historia. Fue tan cierto para Patton o Rommel, como para Alejandro, Federico el Grande, Napoleón o Grant. Y fue la clave del éxito israelí en todas las guerras en que se enfrentaron a los árabes.

6. Las posibilidades de éxito del defensor son directamente proporcionales a la solidez de sus fortificaciones.
Algunos opinan que las fortificaciones y obras defensivas preparadas son trampas atractivas que deben ser evitadas. Sin embargo, esta opinión refleja una interpretación errónea de los ejemplos históricos: nunca en la Historia una defensa se ha visto debilitada por poseer fortificaciones; las obras de defensa siempre aumentan la fuerza del defensor.
Como mínimo, las fortificaciones retrasarán y desgastarán al atacante; y, en el mejor de los casos, permitirán derrotarlo.
Se pueden citar como ejemplos históricos la línea Maginot, la línea Mannerheim; la línea Sigfrido, y la línea Bar Lev, y deducir de los mismos que tales fortificaciones fracasaron. Pero es una conclusión errónea.
Es cierto que todas ellas fueron tomadas; pero únicamente porque un enemigo poderoso tuvo la voluntad de hacer un esfuerzo masivo y costoso. (La excepción sería la Maginot, que no fue asaltada frontalmente, sino que fue flanqueada y estaba siendo amenazada por su retaguardia cuando Francia se rindió).
Todas dieron tiempo a los defensores para adoptar nuevos dispositivos, concentrar reservas o movilizarse. Todas fueron proyectadas para obstruir, para permitir a los defensores desgastar a los atacantes y, sobre todo, para hacerles perder tiempo; en este sentido, todas tuvieron éxito.
La línea Bar Lev no solo salvó a Israel de una derrota desastrosa, sino que además se convirtió en la base de una ofensiva triunfadora.

7. Un atacante, si está dispuesto a asumir el coste o riesgo, puede siempre romper las defensas más fuertes.
Este axioma requeriría al menos una demostración cuantitativa. Sin embargo, en las primeras batallas de Napoleón se encuentran ejemplos de cómo, una vez conseguida la iniciativa, debilitaba parte de su despliegue sustrayendo unidades de ciertos sectores (exponiéndose aparentemente a un ataque enemigo), para concentrarlas en el punto crítico del combate y así obtener una ventaja temporal que le asegurara la victoria.

8. La defensa requiere profundidad y reservas para tener éxito.
Algunos aseguran que una fuerza en inferioridad numérica no puede permitirse sustraer una potencia de fuego válida de una operación defensiva, y tenerla ociosa en reserva. La Historia demuestra que ésta es una lógica engañosa, y que la defensa lineal es desastrosamente vulnerable.
Aunque el defensor tenga toda su potencia de fuego empeñada en el área operativa de vanguardia, el atacante (al tener la iniciativa) puede siempre hacer inútil mucha de esa potencia de fuego.
Napoleón afirmó que, en un combate encarnizado, generalmente resulta vencedor el bando que sea el último en empeñar sus reservas; Marengo, Borodino y Ligny son ejemplos de victorias napoleónicas que demostraron la importancia de contar con reservas capaces de inclinar el resultado de la batalla. Y sus dos mayores derrotas, Leipzig y Waterloo, las sufrió porque a sus enemigos les quedaban reservas cuando él ya había implicado activamente en la batalla a todas las suyas.

9. La superior potencia de combate vence siempre.
La Historia demuestra que siempre que una fuerza numéricamente inferior tuvo éxito, su potencia de combate fue mayor que la del perdedor. A igualdad de todas las demás condiciones, el éxito está de parte de los batallones más pesados.

10. La sorpresa aumenta sustancialmente la potencia de combate.
La sorpresa ha demostrado ser el mayor de todos los factores multiplicadores del combate. Para observarlo, no hay más que ver el hilo “Chancellorsville: la batalla perfecta” en este mismo foro; y observar cómo con una hábil maniobra, Lee sorprendió a los atacantes de su ala izquierda con una maniobra envolvente, a pesar de estar en inferioridad numérica tanto en ese sector como en su ala derecha.

11. El fuego mata, desorganiza, neutraliza y causa dispersión.
A medida que las armas incrementaron su poder letal intrínseco, su capacidad de producir bajas ha disminuido o permanece casi igual a causa de la mayor dispersión de los blancos.
Los porcentajes de bajas entre el personal y carros en la guerra árabe-israelí de 1973, fueron prácticamente similares a los de las grandes batallas de la 2GM; y los porcentajes de bajas en ambas, fueron menores que en la 1GM.

12. Las acciones en combate son siempre más lentas, menos productivas y menos eficientes de lo previsto.
Este fenómeno es lo que Clausewitz llamó “fricción en la guerra”. La “fricción” en gran parte se debe a los efectos del desgaste, neutralización y dispersión que provoca el fuego en una concentración de efectivos.
El ritmo de las operaciones reales es más lento que el de las pruebas y ejercicios por muy reales que éstos sean. En los planes de operaciones y en su ejecución, hay que prever reducciones debidas a los efectos de la “fricción”, incluyendo errores, averías y confusión. Un claro ejemplo del efecto de la fricción lo encontramos en la operación Market Garden: a pesar de ser un plan arriesgado, fue planificado meticulosamente; pero no tuvo en cuenta el efecto de la “fricción” como suma de pequeños sucesos, terminando en fracaso debido a ellos. El riesgo consistió precisamente en descartar buena parte de esa especie de “entropía de guerra”, asumiendo que los medios, equipos y hombres podían llevar a cabo la operación con una eficacia próxima al 100%.
 
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A vueltas con la Línea Maginot (III)

III. ANÁLISIS CUANTITATIVO

La ponderación de las fuerzas y debilidades tanto propias como enemigas exige un análisis en términos aritméticos.

Hasta las guerras del s. XIX la cantidad de efectivos que integraba un ejército daba una idea más o menos directa de su fuerza: es lo que Napoleón llamaba “cantidad de bayonetas”.

Pero a partir de la introducción de armamento más diverso y complejo (artillería con diferentes calibres y propósitos; tanques y cañones de asalto autopropulsados; ametralladoras; aviones; y más tarde cohetes y misiles con diferentes capacidades destructivas y cometidos en el campo de batalla), se hizo evidente la necesidad de encontrar una manera de homogeneizar numéricamente tales armas a fin de poder elaborar comparaciones entre fuerzas.

No existe un método de homogeinización único e infalible. No obstante, existen fórmulas más o menos razonables que permiten aproximarse de un modo más o menos satisfactorio a la realidad del combate y de las fuerzas implicadas.

El Col. (US Army) Trevor Neville Dupuy (un reputado analista y pensador militar) definió lo que se conoce como Modelo de Evaluación Cuantitativa (QJM, Quantified Judgement Model) con el fin de aproximarse a una Teoría del Combate que permitiera no solo analizar batallas ya ocurridas, sino también pronosticar posibles resultados de combates aún no librados, siempre que se conozcan con suficiente exactitud los datos necesarios relativos a ambos contendientes.
Vale la pena aclarar que esto se viene intentando por parte de las Jefaturas de Operaciones de cualquier Estado Mayor moderno, desde al menos la guerra Franco- Prusiana hasta el presente. Y no hay táctica, ni estrategia ni plan de operaciones que tenga posibilidades de éxito si no tiene en cuenta esta clase de ponderaciones cuantitativas.

El QJM propuesto por Dupuy básicamente se basa en la siguiente fórmula:

P = S . Vf . CEV

Donde:

P: Potencia de Combate
S: valor de la Fuerza
Vf: factores variables del combate
CEV: Eficacia relativa de combate

No describiré el prolongado y complejo proceso que debe realizarse en la determinación de cada uno de los factores que intervienen en la fórmula anterior. No obstante, daré una idea general de sus significados:

Valor de la Fuerza (S):
Se determina en base a la cantidad y al Índice de Letalidad Operativa (OLI) de cada tipo de arma: las de infantería, artillería, acorazadas, anticarro, apoyo aéreo y antiaéreas; así como por los factores variables de cada clase de arma.

Factores variables (Vf):
Representan tanto los aspectos ambientales como operativos que influyen sobre armas y efectivos.

Se clasifican en:
Ambientales: terreno; meteorología; estación.
Operativos: actitud (ofensiva/defensiva); movilidad; vulnerabilidad; fatiga; sorpresa; superioridad aérea.
De comportamiento: mando; instrucción; experiencia; moral; calidad humana.

La mayor dificultad de la aplicación de los factores variables, consiste en la elección de sus valores; lo que finalmente depende de la habilidad y el buen juicio de cada analista. No obstante ser tal asignación arbitraria, cada uno puede elegirse entre un espectro acotado de posibilidades que surge del análisis de combates ya ocurridos, y su contraste con otros de épocas distintas.

Eficacia Relativa de Combate (CEV):
Es sustitutiva de lo que Clausewitz definió como “calidad” de las tropas, y se obtiene a partir de la ponderación de los resultados que un ejército haya exhibido en combates o guerras anteriores.
El Resultado cuantitativo de un combate surge de combinar el Factor de Misión (requiere una evaluación experta de hasta dónde una fuerza cumplió una misión asignada o percibida), la eficacia de Espacio (un valor que representa hasta dónde una fuerza fue capaz de ganar o mantener el terreno), y la eficacia de Bajas (tiene en cuenta a las fuerzas de cada bando y las bajas sufridas por cada uno al final del combate).

El Resultado real (R real) será una razón entre el Resultado de ambos ejércitos (designados "rojo" y "azul", respectivamente):

R real = R rojo / R azul

El Resultado teórico se representa por la razón entre las Potencias de Combate:

R teórico = P rojo / P azul

Finalmente:

CEV rojo = (R rojo / R azul) / (P rojo / P azul)

El valor de CEV azul puede calcularse como la recíproca de CEV rojo.


Ahora bien, la pregunta clave sería: ¿Cuán superior debe ser la Potencia de Combate de un bando con respecto al otro para aspirar a vencer? O para ser más precisos: ¿Cuál es la cantidad mínima de Potencia de Combate necesaria para derrotar a una fuerza enemiga?

Seguramente muchos (o la mayoría) conocen la famosa “Regla del 3:1”, según la cual el atacante debe ser 3 veces superior al defensor para vencerlo. Una extensión de la misma, afirma que una proporción de 2:1 arrojaría un resultado incierto, y una proporción de 1,5:1 a favor del atacante aseguraría el éxito del defensor.

Lo curioso es que, esa regla fue usada a lo largo de todo el s. XIX por los principales ejércitos europeos y por los ejércitos de ambos bandos en la ACW, e incluso hasta 1920 por diversos ejércitos no europeos, como si se tratara de una verdad incontrovertible... aún cuando la evidencia de numerosas batallas tanto de esas épocas como anteriores, indicaran lo erróneo de esta “teoría”.

Durante la 2GM, los alemanes rara vez contaron con una superioridad mayor que 2:1 en los combates en que salieron vencedores.

Finalmente, los analistas militares modernos aceptan que para vencer el atacante debe contar como mínimo con una proporción de fuerzas que supere a las del atacante entre 1,2:1 y 1,4:1; y cualquier proporción en torno a 1,1:1 arrojaría un resultado incierto, dado que el atacante pasaría a la defensiva en cuanto percibiera que no tiene posibilidades de triunfar, beneficiándose de los multiplicadores de combate por actitud defensiva, y restableciendo la paridad.
 
A vueltas con la Línea Maginot (IV)

IV. LA CAMPAÑA DE FLANDES DE 1940

Con todo lo expuesto, ya tenemos unas herramientas conceptuales que nos permiten comprender el análisis de cualquier combate, a fin de determinar por qué ganó un bando y perdió el otro... y tal vez deducir qué podría haberse hecho para que el resultado fuera distinto.

Por tanto, veremos cómo aplicó todo lo anterior el Col. Dupuy a la Campaña de Flandes de 1940.

A) Valor de las fuerzas Aliadas

Resumidas de una forma muy de conjunto, serían:

- Efectivos:

Anglo-franceses...2.000.000
Holandeses............400.000
Belgas..................600.000

Total................ 3.000.000

- Aviones: 1.700
- Carros: 3.600

Ejércitos anglo-franceses: 9
Divisiones anglo-francesas:
Infantería: 87 (1.740.000 efectivos)
Blindadas: 3 (60.000 efectivos)
De fortificación: 13 (200.000 efectivos)

Total divisiones : 103 (más unas 40 divs. belgas y holandesas)

Para convertir la cantidad de tropas en un valor de Fuerza equivalente, se supone que cada avión equivalía a 100 soldados de infantería con su parte de armas de apoyo. De forma similar, un carro aliado equivalía a 50 soldados de infantería.
Exceptuando las 3 divs. Acorazadas, los aliados distribuían de manera uniforme sus carros y aviones entre sus divisiones y ejércitos. También las divs. Acorazadas se repartían entre los Grupos de Ejércitos.

Asumiendo estos supuestos sobre el valor de efectivos, aviones y carros, el valor de la fuerza equivalente de los Aliados sería:

*Holandeses...400.000
*Belgas.........600.000
Subtotal 1: 1.000.000

*Anglo-franceses:

Fuerzas de fortaleza (Subtotal 2): 200.000

Fuerza de maniobra:
Infantería...1.800.000
Aviones........170.000
Carros.........180.000
Subtotal 3: 2.150.000

Total Aliados: 3.350.000


B) Valor de las fuerzas alemanas


Los aviones alemanes se asume que eran aproximadamente equivalentes a los de los Aliados, por lo que cada avión valdría como 100 soldados de infantería.
Los carros alemanes en 1940 eran algo inferiores a los de los Aliados, por lo que se asume que cada carro alemán valía tanto como unos 40 soldados.

- Efectivos: 2.460.000
- Aviones: 3.500
- Carros: 2.576

Ejércitos: 8 (más 1 ejército o grupo panzer)

Divisiones:
Infantería: 104 (2.080.000 efectivos)
Panzer: 10 (200.000 efectivos)
Mecanizadas: 9 (180.000 efectivos)

Total: 123 divisiones.

Los alemanes asignaron sus carros exclusivamente a las divs. panzer y mecanizadas, y las combinaron para formar 2 grupos panzer (generales von Kleist y Hoth).
Tampoco asignaron las escuadrillas aéreas a los Ejércitos, sino que las mantuvieron bajo un control centralizado.

El valor de las fuerzas alemanas racionalizado en cantidad de efectivos, sería:

Ejércitos (8).................2.080.000 (unos 260.000 por Ejército)
Ejército panzer................483.000
Luftwaffe (apoyo aéreo)...350.000

Total alemanes: 2.913.000

El valor de la fuerza alemana desagregada por Grupos de Ejército era:

G.E. B (2 Ejércitos + 1 C.E. panzer + 30% de la aviación): 766.000

G.E A (4 Ejércitos + 1 Ejército panzer + 60% de la aviación): 1.712.000

G.E. C (2 Ejércitos + 10% de la aviación): 595.000


C) Factores variables

Hubo dos factores de importancia esencial: la actitud defensiva, y el terreno. Ambos afectan al valor del defensor. Los demás factores variables, más o menos se igualaban para ambos bandos.

Diversos análisis han revelado que en igualdad de las demás condiciones, una fuerza en actitud defensiva no organizada multiplica el valor de aquella por 1,3; una defensa organizada la acrecienta un factor de 1,5; la defensa fortificada tiene un efecto multiplicador de 1,6. Un valor medio para estas combinaciones estaría en aproximadamente 1,4.

El factor multiplicador por terreno a favor del defensor sobre el terreno llano de los Países Bajos es más o menos 1,1. Para las Ardenas y el NE de Francia sería 1,3. En zonas más abruptas, como los Vosgos, el factor de terreno sería 1,5 favorable al defensor. Desde el Mar del Norte hasta Suiza, el factor medio del terreno sería aproximadamente 1,2 para el defensor.

D) Calidad de las tropas

Durante la 1GM los alemanes superaban en eficacia de combate a los aliados en un factor aproximado de 1,2. En otras palabras: 100 alemanes de las unidades de combate equivalían más o menos a 120 aliados del mismo tipo. En la 2GM este factor resultó casi idéntico.

E) Comparación general

En términos del valor total de las fuerzas y sin tener en cuenta los factores variables, la comparación entre las cantidades de efectivos aliados y alemanes muestra que los primeros gozaban de una superioridad numérica de 3.350.000 a 2.913.000, o de 1,15:1.

Sin embargo, cuando la comparación se basa en la potencia de combate (y no en la cantidad de efectivos), el resultado cambia considerablemente.

La ecuación general para ambos bandos sería:

P = S x F actitud x F terreno x CEV

Luego se comprobará la razón P alemán / P aliado. Si la razón da un valor mayor que 1, indicará que el bando alemán tiene mayor Potencia de Combate que el Aliado. Si es menor que 1 (valor recíproco de la razón anterior) significará que la ventaja está del lado del defensor.

Los alemanes eran los atacantes y los Aliados los defensores. El factor de terreno medio para el defensor (considerando todo el frente) vale 1,2. El factor medio de actitud defensiva para el defensor se estima en 1,4 para todo el frente. Los factores de terreno y actitud para los atacantes vale 1 en ambos casos). El CEV alemán vale 1,2 y el de los Aliados vale 1.

Sustituyendo valores en la fórmula general enunciada:

P alemán = 2.913.000 x 1 x 1 x 1,2 = 3.495.600

P aliado = 3.350.000 x 1,2 x 1,4 x 1 = 5.628.000

P alemán / Paliado = 0,62

De acuerdo con este análisis somero que da a los Aliados una superioridad de 1,61 (recíproca de 0,62) el ataque alemán sería detenido.

Claro que esto supondría un ataque general a todo lo largo del frente... Cosa que los alemanes estaban muy lejos de intentar.

F) La comparación histórica

Lo que sí hicieron los alemanes fue concentrar una poderosa fuerza de choque en el Grupo de Ejércitos A (G.E. A) en el centro de su despliegue, y proyectaban hacer una penetración a través de las Ardenas.
El plan alemán requiere por tanto, un análisis de la batalla en tres sectores principales: 1) Países Bajos; 2) Ardenas; 3) Línea Maginot.

1) Países Bajos

El G.E. B iba a hacer un ataque de diversión contra las fuerzas holandesas, belgas y cualquier otra fuerza aliada que avanzara por Bélgica y Holanda. Su intención era hacer creer a los Aliados que se trataba del esfuerzo principal y que estaban reeditando las operaciones de ataque efectuadas al principio de la 1GM.
Los Aliados mordieron el cebo.
La actitud de los Aliados fue una combinación de defensa organizada e improvisada.

Aplicando las mismas fórmulas y reemplazando los factores variables para este sector del frente, tenemos:

P alemán = 766.000 x 1 x 1 x 1,2 = 919.200

P aliado = 1.480.000 x 1,4 x 1,1 x 1 = 2.279.200

P alemán / P aliado = 0,40

En estas circunstancias el ataque alemán sería detenido, al ser superados en potencia de combate por los Aliados en una proporción de 2,48: 1.

2) Las Ardenas

La actitud defensiva aliada nuevamente fue una combinación de defensa improvisada y organizada.

P alemán = 1.712.000 x 1 x 1 x 1,2 = 2.054.400

P aliado = 720.000 x 1,4 x 1,3 x 1 = 1.310.400

P alemán / P aliado = 1,57

La superioridad de Potencia de Combate alemana resulta suficiente para asegurar la ruptura... que de hecho fue lo que ocurrió.

C) Línea Maginot

Los alemanes no tenían la menor intención de intentar un asalto sangriento y condenado de antemano al fracaso contra las fortificaciones. Todo lo que querían era hacer una demostración de fuerza para mantener a las tropas aliadas en sus fortificaciones y detrás de ellas el mayor tiempo posible.

Si hubieran intentado un ataque, el resultado habría sido este:

P alemán = 595.000 x 1 x 1 x 1,2 = 714.000

P aliado = 1.400.000 x 1,6 x 1,3 x 1 = 2.912.000

P alemán / P aliado = 0,25

Esta proporción ( tal vez debiera decir mejor “desproporción”) demuestra claramente el tremendo desperdicio de fuerzas francesas desplegadas en el sector de la Línea Maginot que les daba una superioridad de 4:1.

Se deduce del análisis que la formidable embestida alemana en las Ardenas conseguiría irrumpir a través de las líneas aliadas. Y así ocurrió. Y como resultado de la ruptura, el esfuerzo defensivo aliado se derrumbó.

Antes de analizar una variante hipotética que abarca a todo el frente, planteémonos la siguiente: en el sector de la Línea Maginot los 4 ejércitos franceses representaban una fuerza de maniobra de 1.200.000 efectivos (exceptuamos del total los 200.000 efectivos de fortaleza, dado que las armas que operaban eran de “afuste fijo” y no poseían medios ni entrenamiento para operaciones móviles). Esto significa que numéricamente los Aliados superaban en 2:1 a los alemanes.

¿No temían los alemanes un ataque en ese sector (guarnecido por solo 2 ejércitos) que buscara compensaciones de terreno para forzar un armisticio, o que obligara a los alemanes a retirar tropas del sector crítico del frente para contrarrestar la invasión del Sur de Alemania?

Asumiendo que el G.E. C de von Leeb adoptara una defensa improvisada (que no lo era) y asignándole un factor de actitud de 1,3, y un factor de terreno del mismo valor (1,3), el resultado habría sido:

P alemán = 595.000 x 1,3 x 1,3 x 1,2 = 1.206.660

P aliado = 1.200.000 x 1 x 1 x 1 = 1.200.000

P alemán / P aliado = 1,06

Lo que deja a los Aliados con una desventaja de 0,94:1, que les impide aspirar a una victoria en caso de atacar por el S de Alemania, a pesar de su amplia superioridad numérica.
El OKH lo tenía clarísimo...
Y no tenía motivos para temer que los 2 ejércitos conque contaba en ese sector fueran arrollados por los 4 ejércitos franceses... porque aplicó a conciencia los Principios de la Guerra: Masa, Objetivo, Maniobra, Economía de Fuerzas, Ofensiva, Sorpresa, Unicidad de Mando, Seguridad, Simplicidad.


G) La comparación hipotética

Supongamos que el Alto Mando Francés hubiera sido lo suficientemente perspicaz y hubiera estado lo suficientemente inspirado, como para advertir a tiempo que el esfuerzo principal tendría lugar en las Ardenas y no en Flandes. O al menos, que hubieran tomado en consideración las advertencias y recomendaciones que desde hacía tiempo venía formulando al respecto un joven brigadier llamado De Gaulle, a quien los Mariscales de Francia consideraban un individuo de ideas extravagantes y bastante insolente.

Y que, en ese caso hipotético, hubieran retirado 3 ejércitos de detrás de la Línea para utilizarlos contra el ejército desplegado más al Norte del G.E. A alemán y que formaba parte del mismo.

La principal diferencia entre este despliegue y el histórico, es que en este caso un Grupo de 4 ejércitos aliados habría atacado hacia el Este (al Norte de las Ardenas) mientras que el gozne inmediatamente al Sur en ese sector habría quedado guarnecido por 4 ejércitos.
No se enviarían refuerzos a los Países Bajos, ya que su supervivencia dependería de la batalla principal en la zona de las Ardenas.
Quedaría solo un ejército francés para apoyar a las tropas de fortaleza en la línea Maginot.

De esta manera, el despliegue alemán se vería obligado inesperadamente a efectuar una defensa improvisada a causa del ataque Aliado al N de las Ardenas.

Esta estrategia nos da cuatro zonas que analizar:

1) Países Bajos

Aquí holandeses y belgas al principio tendrían que defenderse por sí mismos contra el G.E. B.

P alemán = 766.000 x 1 x 1 x 1,2 = 919.200

P aliado = 1.000.000 x 1,4 x 1,1 x 1 = 1.540.000

P alemán / P aliado = 0,6

De nuevo el ataque alemán podría ser detenido porque los Aliados tendrían una Potencia de Combate 1,68 veces superior a los alemanes.

2) Norte de las Ardenas

Los aliados pasan a la ofensiva al N de las Ardenas. Admitiendo la superioridad aérea alemana, al desviar su aviación para apoyar al ejército amenazado, el análisis queda así:

P alemán = 300.000 x 1,3 x 1,3 x 1,2 = 608.400

P aliado = 960.000 x 1 x 1 x 1 = 960.000

P alemán / P aliado = 0,63

La superioridad aliada en Potencia de Combate (1,58:1) daría como resultado una ruptura aliada.

3) Sur de las Ardenas

El esfuerzo principal alemán del G.E. A iba dirigido contra los 4 ejércitos que mantenían el gozne de las Ardenas.

P alemán = 1.412.000 x 1 x 1 x 1,2 = 1.694.400

P aliado = 960.000 x 1,4 x 1,3 x 1 = 1.747.200

P alemán / P aliado = 0,97

Aquí el ataque alemán habría sido rechazado a pesar de su ventaja numérica y en eficacia de combate. Los Aliados, haciendo uso del terreno y con una defensa entre improvisada y organizada, no habrían sido arrollados como ocurrió en 1940.

4) Línea Maginot

Aunque tampoco hay motivos para suponer que los alemanes tratasen de irrumpir a través de las fortalezas ( a pesar del aparente “debilitamiento” producido tras haber retirado 3 ejércitos del sector), este análisis muestra que en cualquier caso no habrían podido hacerlo:

P alemán = 595.000 x 1 x 1 x 1,2 = 714.000

P aliado = 440.000 x 1,6 x 1,3 x 1 = 915.200

P alemán / P aliado = 0,78
 
A vueltas con la Línea Maginot (V)

V. CONCLUSIÓN

Los alemanes no vencieron a los Aliados de manera “matemáticamente” inevitable, ni porque tuvieran mejores medios técnicos (sus carros en esa época eran inferiores a los de los Aliados), ni porque fueran más numerosos que sus enemigos (globalmente estaban en inferioridad numérica, como hemos podido ver).
Vencieron porque sus planes estratégicos y tácticos eran mejores, y los ejecutaron tal como exigían sus doctrinas.
Tales estrategias, doctrinas y tácticas eran coherentes entre sí, y además eran plenamente consistentes con los Principios de la Guerra y las Leyes del Combate.

Por la parte Aliada ocurrió todo lo contrario, a pesar de que potencialmente estaban en condiciones no solo de defender Francia, sino incluso de derrotar a Alemania y obligarla a replegarse casi hasta los puntos de partida que poseía hacia el 10 de Mayo de 1940.

Y en ese caso, las consecuencias políticas previsiblemente hubieran sido muy graves para el gobierno de la Alemania nazi.

Cabe considerar que tal vez, de no haber sido por la incompetencia del Alto mando francés, no habría habido 2GM con toda su secuela de horrores (las operaciones militares habrían concluído en 1940 con la derrota de la Wehrmacht)... y posiblemente el perfil geopolítico mundial habría sido muy diferente del que se configuró y conocemos.
 
Impresionante :)
Si me permites te voy a proponer un "what if" a ver que te parece.
Que crees que habría ocurrido si los Alemanes hubiesen sido parados en Las Ardenas / Maginot por los aliados?
1º Se habría llegado a un alto el fuego rápido.
2º Habría habido otra larga guerra de trincheras tipo Gran Guerra.
3º Habría habido una guerra de trincheras rota en Otoño del 41 con un avance imparable del ejercito ruso a traición (creo recordar que antes de Barbarroja Stalin estaba preparando una operación parecida).
4º Otros.
Un saludo.
 
Aunque no conozco mucho la historia de la 2GM (no me gusta mucho), me parece que de las opciones presentadas por Jmbesada, la tercera sería la más probable; con los alemanes detenidos en seco en el frente occidental, los rusos se animarían a atacarles por la espalda y acabar con el asunto. Es interesante que hubiese pasado, si Rusia hubiese hecho eso, serían los autenticos ganadores (por no decir los unicos) y quizás toda Alemania hubiese quedado bajo la influencia Soviética.

Bueno, disculpa por el secuestro de thread Soldier, y solo me queda decirte que éste analisis me dan muchas ganas de enmarcar y tenerlo muy en cuenta, ya que es historia muy reciente (en el sentido cronológico extendido) y nos enseña mucho. :D
 
Gran exposicion Soldier
 
Una vez leí un libro llamado “por que Francia perdió la segunda guerra mundial” o algo por el estilo. Comenzaba el ultimo día de la primera guerra y terminaba el 1 de septiembre de 39. Créanme no había forma de que ganaran. Había muchos hechos que ahora se confunden en mi memoria, pero el que mas recuerdo era el de la torre de marfil, el alto mando francés tenia su cuartel en un castillo sin teléfonos ni radios, el UNICO medio de comunicación era un servicio de mensajeros motorizados, ¿que les parece?. Por otra parte según recuerdo del libro el alto mando francés pudo haber estado compuesto por las diez mejores mentes militares del mundo; seria inútil ni el ejercito, ni el gobierno y menos el pueblo francés tenia voluntad de Combate. Francia difícilmente en ninguna situación hubiera podido pelear mas de un año.
 
¡Bravo, Soldier! Esta vez te has superado. ¿Has estudiado mucho sobre táctica y estrategia por tu cuenta? Porque esta exposición sobre las reglas de la guerra parece de libro.
En cuanto a qué hubiera podido ocurrir, en mi opinión las potencias occidentales no deseaban una guerra y caso de haberle parado los pies a Hitler en occidente, se hubieran limitado a una guerra defensiva y un bloqueo económico que, a medio plazo, hubiera hundido a Alemania nuevamente. Los rusos también hubieran sacado tajada de eso, aunque no creo que hubiera sido de inmediato. El régimen nazi se hubiera debilitado muchísimo, y es probable que se hundiera bajo su propio peso, al no lograr ninguno de los buenos resultados que tanto respaldo pudieron darle al principio de la guerra en el país.
Saludos.
Glaurung.
 
Muy buen post! Estoy totalmente de acuerdo en que la superioridad alemana estaba más en su planificación que en sus medios técnicos.

En cuanto a qué habría pasado si los alemanes hubiesen sido frenados en la línea Maginot creo que la clave está en que hubiera hecho la URSS. Si no intervenía al lado de los aliados creo que Alemania habría acabado igualmente con ellos y a lo mejor a un mayor coste para Gran Bretaña que el que tuvo. No pienso que hubiese habido un estancamiento del frente como en la I GM.
 
Soldier_Fortune said:
V. CONCLUSIÓN

Los alemanes no vencieron a los Aliados de manera “matemáticamente” inevitable, ni porque tuvieran mejores medios técnicos (sus carros en esa época eran inferiores a los de los Aliados), ni porque fueran más numerosos que sus enemigos (globalmente estaban en inferioridad numérica, como hemos podido ver).

Está claro que la victoria alemana se debió principalmente a la táctica alemana más que a la superioridad de medios como los carros, pero no estoy de acuerdo que los blindados aliados fuesen mejores que los alemanes, si me permites el hilo postearé cuando pueda trascribirlo un artículo sobre el érroneo desarrollo del carro crucero británico en la preguerra que hizo que los británicos tuviesen carros inferiores a los alemanes.

Del mismo modo que no veo la importancia de un factor fundamental en ese período y campaña, la aplastante supremacía de la Luftwaffe, que permitió a los Stukas martillear a su antojo todo lo que se moviese en el campo de batalla y esto fué muy importante y es un factor de superioridad en medios técnicos no tenido en cuenta, habría que ver si los aviones aliados sobre todo de ataque eran igual de buenos que los alemanes, me suena que el equivalente a los Stukas, Do 17 y He 111 alemanes de la campaña de Francia eran los Battles y Blenheim británicos, bastante inferiores :cool:

Volveré por este hilo ;)
 
Last edited:
pues si, yo tambien creo que la supremacia de la Lutwaffe fue fundamental en la campaña de Francia. En lo de los carros no estoy de acuerdo, es más había uno británico, del que había pocas unidades en Francia que era invulnerable a los cañones de los panzer, y sufrían lo indecible hasta conseguir reventarlos (generalmente usando los 88´s)

De todas formas creo que lo principal aparte de si unos carros eran mejores que otros, es la superior preparación del ejercito alemán en todos los niveles (tuvieron un gran presupuesto a su disposición en los años de paz para prepararse)
 
nanote said:
pues si, yo tambien creo que la supremacia de la Lutwaffe fue fundamental en la campaña de Francia. En lo de los carros no estoy de acuerdo, es más había uno británico, del que había pocas unidades en Francia que era invulnerable a los cañones de los panzer, y sufrían lo indecible hasta conseguir reventarlos (generalmente usando los 88´s)

El Matilda británico, era un carro tremendamente blindado capaz de resistir los cañones de los panzers, pero ideado como carro de apoyo de infantería, era tremendamente lento y armado con el cañón de 2 libras británico (40 mm).

El error británico de preguerra fué ese, crear dos tipos de carros diferentes, el de apoyo de infanteria, muy blindado pero lento y poco móvil, y el carro de crucero muy rápido para explotar las rupturas en el frente, pero mal armado y peor blindado.

Los alemanes y los rusos en preguerra no hicieron esta distinción en el diseño de sus carros, a ver si puede trascribir el artículo en breve
;)
 
damarsal said:
Está claro que la victoria alemana se debió principalmente a la táctica alemana más que a la superioridad de medios como los carros, pero no estoy de acuerdo que los blindados aliados fuesen mejores que los alemanes, si me permites el hilo postearé cuando pueda trascribirlo un artículo sobre el érroneo desarrollo del carro crucero británico en la preguerra que hizo que los británicos tuviesen carros inferiores a los alemanes.

Del mismo modo que no veo la importancia de un factor fundamental en ese período y campaña, la aplastante supremacía de la Luftwaffe, que permitió a los Stukas martillear a su antojo todo lo que se moviese en el campo de batalla y esto fué muy importante y es un factor de superioridad en medios técnicos no tenido en cuenta, habría que ver si los aviones aliados sobre todo de ataque eran igual de buenos que los alemanes, me suena que el equivalente a los Stukas, Do 17 y He 111 alemanes de la campaña de Francia eran los Battles y Blenheim británicos, bastante inferiores.

Volveré por este hilo

Hace tiempo en este mismo foro estuvimos discutiendo con otros compañeros acerca de los tanques alemanes, aliados y soviéticos... si buscas, seguramente encontrarás el hilo: sería interesante, que si consideras que tu aporte añade datos de importancia, reflotaras ese hilo. :cool:

Pero de esa guerra y de las posteriores, surge que los medios que en el papel son superiores (por armamamento y prestaciones), luego pueden exhibir fracasos estrepitosos. :rolleyes:

Que los tanques aliados en 1940 eran algo mejores que los alemanes, no lo digo yo, sino militares expertos en el arma acorazada.

Y se podrá discutir que si este tanque tiene unos milimetros más de blindaje que aquel, o un cañón con mejor alcance y poder de penetración, si la dotación del arma era de apuntador y artillero o si un solo individuo debía realizar ambas funciones, o si tal tanque tenía un poco más de velocidad que el otro. :rolleyes:

Lo cierto es que: las armas y medios no ganan o pierden combates por su sola presencia, sino por lo que hacen en el campo de batalla.

Y dado que las armas no pelean solas sino que son hombres quienes las manejan, salvo que existan diferencias abrumadoras de tecnología entre ambos bandos, a igualdad de otros factores ganará quien emplee sus armas con mayor eficacia. :rolleyes:

P.e.: el mismo Col. Dupuy al que aludo, cuando estaba investigando a mediados de los '80 acerca de la efectividad del armamento norteamericano e israelí con respecto al soviético (principalmente los carros de combate y los aviones) durante la guerra de 1973, se entrevistó con generales israelíes y sirios veteranos de esa contienda.

Y a ambos les hizo una pregunta muy interesante: ¿Cuál cree que habría sido el resultado de la guerra, si sirios e israelíes se hubieran intercambiado las armas?

Por extraño que parezca, ambas partes coincidieron en la respuesta: si un bando hubiera empleado las armas del otro, la diferencia habría sido irrelevante en el resultado final del conflicto.

¿Por qué? Porque ambos no podían sino reconocer que en todos los escalones de mando, los israelíes fueron más eficaces aplicando sus tácticas y doctrinas que los sirios las suyas, y que el entrenamiento de los militares israelíes era superior al de los sirios. :rolleyes:

Tal como dije en mi comentario, la principal diferencia entre los tanques alemanes y los aliados, consistió más en la forma que los usaban y desplegaban unos y otros: los alemanes formaron grupos panzer para crear puntas de lanza que penetraran las líneas aliadas; los aliados distribuyeron sus tanques entre las divisiones y Cuerpos de Ejército.

Pero aún así, con un despliegue de Ejércitos que tuviera en cuenta la existencia y poderío de la Línea Maginot, los franceses no habrían sido arrollados.

Otro tanto se puede decir de los aviones: los Aliados los distribuyeron entre los Cuerpos de Ejército y los subordinaron a los CGs de éstos. Los alemanes los dejaron bajo mandos centralizados, subordinados a los CG's de la Luftwaffe, y se manejaron con oficiales de enlace (de la Wehrmacht en los CGs de la Luftwaffe y viceversa) para coordinar las operaciones.

Es cierto que en aviones los alemanes duplicaban en cantidad de aparatos a los Aliados; incluso en el centro (GE A) los alemanes tenían al 60% de su aviación (lo quer les daría una ventaja numérica de 1,24:1 sobre sus oponentes, aún cuando los Aliados hubieran concentrado todos sus aviones en ese sector).
Sin embargo, con una distribución de aparatos más acordes con las necesidades operativas, los Aliados habrían podido obstaculizar bastante las operaciones aéreas alemanas, solo con disputarles la supremacía aérea... negándoles el dominio absoluto del cielo.

:rolleyes: Si los aparatos alemanes eran mejores que los aliados...

Nuevamente: una cosa es lo que dicen las tablas de datos técnicos, y otra muy distinta el uso que se les dé a los aviones. Cuestión que depende del entrenamiento de los pilotos, y de las tácticas y doctrinas de combate aéreo, a fin de obtener el máximo rendimiento.

P.e.: comparando las tablas de datos técnicos y prestaciones, ¿a alguien puede caberle dudas de que el Mirage II es muy superior al Sea Harrier?
Sin embargo, durante la guerra de Malvinas, los pilotos de la RN acreditaron 35 derribos contra ninguno argentino. :rolleyes:
¿Por qué? No fue tanto por las diferencias de entrenamiento (si en ese sentido había alguna diferencia entre los pilotos de ambos contendientes a favor de los británicos, ésta era muy ligera).
Fue porque en el combate aéreo (antes de que apareciera el misil AA Sidewinder en el teatro de operaciones), la táctica británica fue más eficaz logrando sacar más provecho de las inferiores prestaciones de sus aparatos, que los argentinos aprovechando las superiores prestaciones de los suyos. :rolleyes:

Algo parecido podría haber ocurrido en Flandes- 1940, a pesar de las diferencias "en el papel". :rolleyes:

Durante la Guerra Civil Española. los Polikarpov I-16 de la República se enfrentaron sin complejos a los Bf 109-E y Stukas de la Legión Cóndor... y no pocas veces los obligaron a salir pitando y a abortar la misión.

Conque los aviones Aliados fueran tan "buenos" como el I-16, y sus pilotos tan buenos como los españoles y sus asesores soviéticos (que seguramente lo eran), podrían haberle plantado cara a la Luftwaffe... si sus doctrinas, tácticas y despliegues se lo hubieran permitido. ;)
 
El capitan Damarsal presenta sus saludos a su almirante Soldier ;)

Como bien indiqué en mi post la aplastante victoria alemana en primavera del 40 en Francia se debió sobre todo a la forma en que los alemanes ejecutaron su táctica y lo desastrosamente que defendieron los aliados, los polacos aislados de sus aliados se defendieron mucho mejor y con más dignidad que el ejército francés mil veces, pero existen partes de tu excelente exposición que no comparto, como equiparar los aviones aliados del momento con los alemanes o decir que los medios acorazados aliados eran mejores que los alemanes.

Intercambiar el armamento de un ejército y de otro no hubiese variado el resultado, dado que los anglofranceses hubiesen realizado la misma táctica, pero con el material aliado en manos germanas no hubiese sido tan útil, no olvidemos que los alemanes desarrollaron su ejército pensando en la britzkrieg, con lo cual muchos de los modelos blindados aliados no hubiesen sido válidos, debido a que los blindados deben combinar 3 factores de forma exencial potencia de fuego, movilidad y protección y los ingenieros aliados de preguerra pensaron en blindados que debían acompañar a la infantería en sus avances, no en vehículos que romperían el frente por sí solos y debían ser acompañados por ingenieros y artillería motorizados para explotar la brecha y caer sobre la retaguardia enemiga. Ese error de concepto llevó a diseñar malos carros al sacrificar elementos.

Recuerdo aquel hilo donde participe activamente en el debate, si me permites me gustaría utilizar este hilo para no tener que abrir otro y postear algunos artículos interesantes, así tendríamos toda la información concentrada en uno sólo, no veo necesario reflotarlo ya que los artículos que me gustaría postear no aparecen allí.

Da su permiso mi almirate ;)
 
LOS CARROS DE CRUCERO BRITANICOS

Los diseñadores británicos dividieron los carros de combate en dos tipos: los de apoyo de infantería, capaces de abrir brechas en las líneas defensivas contrarias, y los de crucero, destinados a la explotación del éxito. Los primeros habrían de ser lentos y bien protegidos y los segundos sacrificarían la protección en aras de la velocidad. Desafortunadamente tal filosofía condujo en la práctica a que las fuerzas británicas dispusieran sólo de vehículos inferiores a los de sus oponentes.

Durante los años inmediatamente posteriores a la primera guerra mundial, los británicos perdieron gradualmente su posición de liderazgo y guía en el diseño y empleo de los carros de combate, conquistada en los años 1916-1918. La pérdida de tan vital primacía tuvo múltiples motivos, entre ellos la carencia de fondos para nuevos proyectos o experimentos y la sangría, tras la reducción de personal, de elementos adiestrados y especializados. No obstante, un puñado de hombres resueltos logró mantener vivo un foco de interés por los carros y sus teorías de empleo; entre ellos se encontraba el coronel J. F. C. Fuller y el capitán B. Liddell Hart, oficiales en la reserva, que habían adquirido experiencia bélica con las unidades de carros de la primera guerra mundial y estaban dotados de la imaginación necesaria para convencerse de la importancia decisiva que el carro de combate conquistaría el dominio del campo de batalla, hecho que sucedió realmente durante los primeros años de la segunda guerra mundial. A pesar de todas sus previsiones, estos hombres, sin embargo, pusieron su empeño esencialmente en fuerzas enteramente acorazadas, sin poder prever el error que iba a derivarse de ello. En el marco de estas fuerzas, el carro predominaba y provocaba combates y batallas caracterizadas por la rapidez y cambio de las situaciones mediante la aplicación de procedimientos tácticos, basados a su vez en la velocidad y la fuerza de choque. Se emplearon algunas fuerzas experimentales en los años 20 para evaluar estos procedimientos, pera la falta de fondos necesarios muy pronto obligó a abandonar tales unidades.

Las teorías de los investigadores y los resultados de las experiencias, erróneamente interpretadas y aplicadas, siguieron ejerciendo una maléfica influencia sobre los diseños de carros británicos durante varios años. La doctrina vigente los convenció de la necesidad de dos tipos de carros: uno lento y óptimamente blindado, para el apoyo directo a las unidades de infantería; el otro, mucho más rápido, en el que el blindaje se sacrifica a favor de la velocidad, decisiva para la explotación de las brechas creadas inicialmente por la infantería respaldada por los carros y por la acción en profundidad contra la retaguardia enemiga. Esto supuso la división efectiva entre carros de infantería y carros de crucero (cruiser).

Los carros para infantería fueron vehículos lentos, protegidos por potentes cascos blindados; los de crucero, en cambio, fueron carros relativamente veloces, con un blindaje muy delgado. Ambos tipos carecieron de un armamento adecuado porque los diseñadores utilizaros las piezas disponibles en aquel momento, adaptándolas a los vehículos, sin mayor visión de futuro. Consecuentemente, tanto en los carros para infantería como en los cruceros se montó un pequeño cañón de 40 mm (dos libras) que empleaba un proyectil perforante de alta velocidad. La pieza, en principio no inferior a ninguna de las que utilizaban proyectiles perforantes en servicio en cualquier otro país, adolecía de la limitación de no poder disparar proyectiles de alto explosivo, lo que conllevó que tuviera que instalarse en algunos Cruiser (y carros para infantería) un obús de 76,2 mm, de baja velocidad inicial, capaz de disparar granadas rompedoras para el apoyo cercano, montaje poco habitual. Estos vehículos recibieron la denominación de carros CS (Close Support, apoyo cercano).
 
La división entre carros para la infantería y de crucero, aunque presentaba aspectos positivos, olvidaba el hecho de que la eficacia de un carro depende de la equilibrada combinación de las características de potencia de fuego, protección y movilidad. Si cualquiera de estas características se sacrificaba o descuidaba en beneficio de otra, tal desequilibrio determinaba la ineficacia del arma. En los cruiser, dos de estas características, la potencia de fuego y la protección, se suprimieron a favor de la velocidad con lo que se adherían a las concepciones de la penetración a través de la ruptura acorazada y del ataque en profundidad, difundidas por los estudiosos en el período entreguerras. Otras naciones no siguieron el razonamiento británico. Por ejemplo los alemanes adoptaron directamente las teorías de Liddel Hart y Fuller, pero produjeron vehículos blindados que cristalizaban una combinación mucho más equilibrada entre el armamento, la protección y la movilidad, sin que se efectuara una separación entre carros para la infantería y carros de crucero. Los soviéticos simplemente construyeron excelentes carros y en cantidades enormes, mientras que por el contrario, los norteamericanos permanecieron a la espera hasta recibir y disponer de los fondos necesarios.

A la concepción británica ya mencionada anteriormente, se añadió la comprensible pero deplorable carencia de capacidad de diseño y producción. En el período de entreguerras, casi todos los centros de producción de armamento tuvieron que reducir su actividad hasta el punto de que la industria pesada, imprescindible para la producción de carros, prácticamente dejó de existir. La única gran industria que mantuvo un cierto nivel de producción de carros de todo tipo y que continuó trabajando sobre pedidos comerciales para la exportación de carros ligeros y medios a todo el mundo fue la firma Vickers. Por ello, no debe asombrarnos que la firma hubiese adquirido una valiosa experiencia en el diseño y construcción de carros básicos, cuya carencia sería pagada a un elevado precio por muchas de las compañías que se orientaron posteriormente hacia este sector carentes de toda competencia específica. Estas nuevas firmas se reagruparon en una organización unitaria para la fabricación de carros de combate dentro del ámbito de un programa oficial de creación de la industria correspondiente. Los mayores productores de automóviles y camiones fueron naturalmente los primeros en ser convocados, pero tampoco faltaron las industrias dedicadas de ordinario a la fabricación de buques y de locomotoras de vapor. Con el tiempo, estas firmas asumirían alguna paternidad en diseños y producciones, y posteriormente, algunas de ellas fabricaron, partiendo de cero, proyectos que, considerados desde un punto de vista actual, resultaron absolutamente insatisfactorios.
 
No obstante estas afirmaciones suponen adelantar acontecimientos en la historia de los cruiser, porque los dos primeros carros de crucero fueron fabricados por la Vickers-Armstrongs. El primero sería el A9 Mk I, con un motor de autobús AEC y basado en un proyecto simple con numerosas superficies planas remachadas. Asimismo, tenía la característica, vigente en aquel tiempo, de dos torretas auxiliares instaladas a los lados del puesto del conductor, en la parte delantera y provistas de sendas ametralladoras. La suspensión, del tipo de movimiento lento se emplearon más tarden, en otros muchos carros Vickers prácticamente sin modificaciones.

El otro carro de crucero, el A10 Mk II, proyectado también por la Vickers-Armstrongs, se concibió inicialmente como un carro para la infantería. En realidad, resultó ser un vehículo híbrido, definido como carro de crucero pesado, muy similar al Mk I, pero desprovisto de torretas auxiliares. Mientras que el Mk I y el Mk II se construyeron en fábricas transformadas de construcciones ferroviarias, ya estaba en curso un nuevo proyecto, el A13 Mk III, que montaba la suspensión por barras de torsión, ideado por el norteamericano J. Walter Christie, que permitía mejores prestaciones en todo terreno y un incremento de la velocidad. Hasta entonces la mayor parte de los carros utilizaban la suspensión Horstman, simple y fácil de reparar o sustituir cuando eran dañadas, pero de carrera limitada, con menoscabo del conjunto de las prestaciones. El Mk III, producido por la Nuffield Mechanization Ltd., seguía el esquema general y tenía el aspecto de los dos tipos precedentes, a excepción de la suspensión de tipo Christie, que ahora presentaba grandes ruedas. El posterior Mk IV fue en la práctica una versión del Mk III con blindaje reforzado.

A comienzos de 1940, cuando la 1ª División Acorazada llegó a Francia, la gran unidad todavía carecía de material de diverso tipo, desde cañones y ametralladoras a las piezas de recambio y municiones. Faltaban la artillería de campaña, el material de ingenieros y pontoneros, los cañones antiaéreos y otras unidades auxiliares. Los mismos carros carecía aún de diversos componentes: muchos de ellos tuvieron que entrar en combate teniendo como única arma el fúsil de algún miembro de la tripulación que apuntaba por el agujero del escudo destinado a la boca de fuego.

En Arrás los carros alemanes quedaron detenidos por los carros de infantería, no por los carros de crucero. Estos últimos en su mayoría estaban desplegados al oeste de la dirección principal de avance de los alemanes, a través del norte de Francia y cuando entraron en combate, a intervalos, durante tres o cuatro semanas, tuvieron escasos éxitos, sufriendo graves pérdidas. Las desafortunadas tripulaciones de los carros aprendieron demasiado tarde que el delgado blindaje de sus vehículos no resistía ni siquiera los proyectiles del cañón alemán contracarro más ligero, mientras que sus cañones de 40 mm tenían escaso efecto sobre los carros alemanes más pesados. En el trascurso de los combates, además, se vieron obligados a experimentar nuevos procedimientos tácticos, después de haber perdido muchos carros cargando contra el enemigo a la manera tradicional de la caballería. Finalmente, aprendieron que los ataques realizados sobre los flancos desde posiciones cuidadosamente emboscadas y el avance a cubierto, eran más satisfactorias que las cargas.

Mientras que en Francia las unidades de crucero estaban aprendiendo el oficio, sucedía lo mismo en el Próximo Oriente, donde tuvieron que afrontar, además, problemas logísticos y de supervivencia en el desierto. Carros de crucero de todos los tipos participaron en las campañas iniciales de 1940-41 contra los italianos y las duras lecciones de Francia, se repitieron con frecuencia porque los italianos disponían de algunos cañones contracarro muy eficaces.