• We have updated our Community Code of Conduct. Please read through the new rules for the forum that are an integral part of Paradox Interactive’s User Agreement.

unmerged(39507)

Captain
Feb 6, 2005
470
0
Los desastres de Santiago de Cuba y Cavite en 1898 sumieron a la armada española en un periodo de incertidumbre y desmoralización, a los que se unió una crisis polítca, económica y de conciencia. tras su derrota frente a los Estados Unidos.
En la armada las acusaciones acerca de las responsabilidades generaron una profunda crisis moral entre los altos mandos y los oficiales. Ni las doctrinas de Mahan sobre la importancia del poderío naval, ni el desarrollo de la guerra hispano-estadounidense, en la que la marina americana hizo lo que quiso parecieron convencer al gobierno de la reconstrucción de la armada.
La situación era tan conflictiva que en 1900 ningún alto cargo quería desempeñar el cargo de Ministro de Marina en el gobierno Silvela.
Sin embargo aparecieron corrientes renovadoras de la llamada "generación del 98" y entre ellas la "regeneracionista", las cuales aseguraban que la solución del país pasaba por una modernización de todas sus instituciones.
Esta corriente caló en la Armada y paralela a ellas se fundó la "Liga Marítima", una asociación cuyo objeticvo consistía en fomentar los temas navales entre los partidos políticos y el gobierno. Esta asociación, presidida por Maura, tuvo influencia en lo que respecta a la modernización de la Armada. Esta preocupación sería una constante entre 1900 y 1914.
 
Los primeros planes navales

Entre 1899 y 1902, la Armada estuvo prácticamente inactiva, a excepción de unos ejercicios de tiro en la costas de Galicia y las visitas protocolarias a los puertos extranjeros.
En este periodo sólo se entregaron, en 1898, el crucero protegido de tercera clase Río de la Plata de 1950 toneladas, con una eslora de 76 metros y en 1902 el crucero Extremadura de 2134 toneladas y 88 metros de eslora.
A finales de 1902, el ministro de Marina, Sánchez de Toca , presentó lo que se denominó Primer Plan de Escuadra, en el que se preveía un presupuesto de 584 millones de pesetas para invertir en ocho años. Se reconstruirían las fuerzas navales, se desarrollaría la marina mercante y se fomentarían las industrias relacionadas con temas navales.
Para la reconstrucción de la flota, se comenzó por la reorganización del Estado Mayor Central y se intentó construir una Escuela Superior de marninería. En el plan se preveía la construcción de doce acorazados pero por razones económicas su número fue reducido a siete de 15000 toneladas, tres cruceros acorazados de 10000 toneladas y una cantidad no especificada de torpederos, submarinos y buques auxiliares. El proyecto no agradó a algunos miembros del gobierno y como consecuencia de enfrentamientos personales el plan fracasó.
En 1903, Jose Ferrandiz, intento un nuevo plan pero no llegó a terminarlo.
Durante 1905 se sucedieron dos planes de reforma naval los de Cobián y Villanueva que no se llevaron a cabo.
En septiembre de 1906, el rey Alfonso XIII presidió la botadura del crucero Reina Regente que se construía desde hacía nueve años en el Ferrol. Desplazaba 5871 toneladas, con una eslora de 103 metros y estaba armado con diez cañones de 150mm, doce de 57mm, ocho de tiro rápido de 37mmm y dos de desembarco de 75mm. Este crucero fromaba parte de los planes del siglo anterior y por lo tanto resultaba anticuado, aunque a posterior se le hicieron mejoras. Los cañones de 150mm erab del tipo "Gónzalez Rueda", ingeniero español que los había fabricado con nuevas patentes.
Durante ese año en Gran Bretaña se botaba el acorazado HMS Dreadnought, el primero con motor a turbina y armamento monocalibre. Todas las marinas europeas se pusieron a construir este tipo de acorazados mientras que la española, quedaba una vez más rezagada.
 
EL plan Ferrándiz

En 1907 accedió al poder el conservador Antonio Maura y el capitán de navío José Ferrándiz fue nombrado ministro de Marina. Al fin, pudo aprobarse un plan de reforma naval que se llevaría a cabo en ocho años con un presupuesto de 200 millones de pesetas.
El proyecto fue aprobado el 7 de enero de 1908 casi por unanimidad, ya que la oposición voto a favor. Además de la reorganización interna de los mandos, el ministro emprendió un clara política de construcción naval.
Entre 1909 y 1910 se pusieorn en grada en el arsenal de El Ferrol los acorazados España, Alfonso XIII y Jaime I, construidos por la Sociedad Española de Construcciones Navales (SECN).
Los acorazados eran del tipo Dreadnought, aunque de menores dimensiones y desplazamiento. Sus características eran la siguientes:15700 toneladas, eslora 140 metros, manga 24 metros y calado 7,7 metros. La planta motriz estaba constituida por turbinas Parsons de 11500 hp a velocidad normal y 20000 a velocidad forzada. Estaban alimentadas por 12 calderas Yarrow que le perimitían navegar a una velocidad máxima de 19,5 nudos. Su armamento lo constituían 8 cañones Vickers de 305mm, 20 cañones de 101mm, 2 de 47 mm, 2 de desembarco de 70mm y ametralladoras Maxim. La dotación era de 859 hombres.
Las torres podían ser accionadas hidráulica o manualmente y disponían de teléfonos y telémetros. En junio de 1914 el España hizo las primeras pruebas de artillería mediante las cuales se demostró que los acorazados podían disparar todas las piezas mayores por una sola banda en combate paralelo o 6 piezas en combate de caza o retirada.
Fueron construidos tres destructores, Bustamante, Villaamil y Cadarso de 370 toneladas, eslora de 67,5 metros, manga de 6,75 metros y calado de 2,10 metros. La planta motriz eran turbinas Parsons de 6250hp que les permitían una velocidad máxima de 20 nudos y una autonomía de 950 millas. El armamento estaba compuesto por 5 cañones Vickers de 57mm y 4 tubos lanzatorpedos. Su dotación era de 70 hombres. Fueron construidos en Cartagena por la SECN y entregados entre 1914 y 1916.
Entre 1912 y 1914 entraron en servicio los cañoneros Lauria, Laya, Recalde y Bonifaz de 800 toneladas, con una eslora de 65,4 metros, manga de 9,1 metros y calado de 2,9 metros. La planta motriz era de turbinas Parsons con 1220hp que proporcionaban una velocidad de 13 nudos y autonomia de 3000 millas. Su armamento era de 4 cañones Vickers de 76mm y 2 ametralladoras. La dotación era de 130 hombres.
Por último se construyeron en Cartagena veintidós torpederos de 180 toneladas, eslora de 50 metros, manga de 5 metros y calado de 1,47 metros. La planta motriz eran turbinas Parsons de 650hp a velocidad normal y 3750 a velocidad máxima con lo que alcanzaban 18 nudos y autonomía de 1000 millas. Su armamento era de 3 cañones Vickers de 47mm, y 3 tubos lanzatorpedos, uno sencillo y el otro doble. Tenían una dotación de 30 hombres.Fueron numerados del 1 al 22 y sirvieron hasta la década de los 40.
El programa se cerró con la botadura de 3 buques de vigilancia costera, Dorado, Delfín y Gaviota de 160 toneladas y armados con un cañón Nordenfelt de 42mm.
 
Mas planes navales no llevados a cabo

Las consecuencias de la Semana Trágica de Barcelona y las derrotas en Marruecos hicieron caer el gobierno Maura. Su sucesor Canalejas advirtió que el plan Ferrandiz continuaría y se adoptaron los presupuestos necesarios.
A consecuencia de las acciones navales en Marruecos de 1912, Canalejas y Romanones idearon un nuevo Plan Naval a desarrollar en ocho años. Se incluía la construcción de 3 acorazados de 20800 toneladas, 3 destructores, 6 submarinos, 4 cañoneros y 9 torpederos. Todos estos buques reemplazarían a las unidades próximas a dar de baja, el 75% de la escuadra era considerada anticuada. El presupuesto era de 320 millones de pesetas de los que 43 eran para pagar las deudas del plan Ferrándiz. El hecho de construir acorazados de 20000 toneladas, suponía colocarse a la cabeza la ingenieria naval europea, ya que el desplazamiento de los mismos era superior al de todos los acorazados de este tipo construidos hasta la fecha. Canalejas ignoraba que la SECN no contaba con ingenieros capaces para realizar esta obra.
El asesinato del presidente en 1912 acabó con el proyecto. Le sucedió Dato y se acordaron los presupuestos para acabar los buques en construcción. Según iban entrando en servicio los nuevos buques se daban de baja los buques obsoletos. Uno de ellos el Numancia fue conservado como buque escuela para huérfanos de suboficiales.
En junio de 1913, el ministro Amalio Gimeno presentó un nuevo proyecto. Se construirían 3 acorazados de 21000 toneladas, 2 cruceros exploradores de 3000 toneladas, 6 destructores y ocho submarinos con un presupuesto de 245 millones de pesetas. Se mejorarían las instalaciones del Ferrol, Cartagena y Cádiz pero la caída del gobierno acabó con el plan.
A comienzos de 1914, el minstro de Marina del gobierno Dato, vicealmirante Augusto Mirnaada, desarrolló un nuevo plan. Fué presentado a las Cortes en abril. El proyecto pretendía ante todo acabar el plan Ferrándiz. Este proyecto conocido como Primer Plan Miranda pedía la construcción de un acorazado, un crucero, un destructor, tres submarinos y otras unidades menores y terminar el acorazado Jaime I que todavía estaba en El Ferrol. El presupuesto ascendía a 158 millones de pesetas a realizar en nueve años en tres fases trienales.
 
Le segundo plan Miranda

El 30 de junio, Miranda presentó un nuevo plan, en el que se pedía la construcción de un crucero de 6000 toneladas. De los 158 millones iniciales se redujeron a 15 millones. De este plan surgió el crucero Reina Victoria Eugenia de 5590 toneladas, eslora de 140,8 metros, manga de 15,2 metros y calado de 5,6 metros. El buque no fue entregado hasta 1923 aunque la quilla fue colocada en 1915. Estab propulsado por turbinas Parsons alimentadas por 12 calderas Yarrow (6 de carbón y 6 de nafta) con 26000 hp. Su velocidad era de 26 nudos y la autonomía de 4000 millas a 18 nudos. El armamento estaba constituido por 9 cañones Vickers de 150mm de fabricación española, 4 de 47mm, 1 de 76mm, 4 ametralladoras y 4 tubos lanzatorpedos. Era un crucero rápido pero no tenía la potencia de fuego de los verdaderos cruceros que se construían en Europa como los Invincible británicos o los Derfflinger alemanes.
Mientras en Europa había estallado la Primera Guerra Mundial. España se declaró neutral aunque se crearon opiniones favorables a los dos bandos. Miranda ordenó proteger las costas y así el crucero Cataluña y el cazatorpedero Teror dejaron Ceuta y se situaron en Las Palmas y Tenerife. El acorazado Pelayo y cuatro torpederos se situaron en Mallorca. El crucero Río de la Plata en las rías gallegas. El crucero Carlos V en Cádiz y el acorazado Jaime I de dirigió a Ceuta a vigilar el estrecho de Gibraltar.
 
Operaciones navales en Marruecos

A principios de octubre de 1906, se celebró en Algeciras un conferencia internacional para decidir el control de Marruecos. Se acordó que el país sería dividido en dos protectorados, uno bajo adminstración española y otro bajo administración francesa. Este acuerdo fue del agrado de Gran Bretaña, la cual no deseaba un pleno entendimiento franco-español en la zona.
Sin embargo los marroquíes y sobre todo las cábilas norteñas no aceptarón la "protección" ni la división y se rebelaron.
A mediados de octubre la armada Española se apostó en la bahía de Algeciras y durante dos décadas operó desde ella en sus acciones contra Marruecos.
En julio de 1909 una serie de escaramuzas con los rebeldes rifeños motivó la llamada de los reservistas. A raiz de estos combates el general Marina ordenó que los cañoneros Doña María de Molina y Martín Alonso Pinzón bombardearan la desembocadura del río Kert y los alrededores del Cabo Negro.
Asismismo las dotaciones del guardacostas acorazado Numancia, el crucero Extremadura y el transporte Almirante Lobo reforzaron la guarnición de Melilla sitiada por los rifeños.
El 26 de julio estalló una huelga general en Barcelona, como respuesta a la llamada de los reservistas. Al día siguiente la huelga desembocó en una insurrección popular. Se levantaron barricadas y se quemaron conventos. Las tropas que debían ser embarcadas hubieron de sofocar la rebelión que duró hasta el día 31 y en la que perdieron la vida casi 100 personas.
El 28 de julio se produjo el desastre del barranco del Lobo en el que una brigada al mando del general Pintos cayó en una emboscada y sufrió numerososas bajas.
Las noticias de la matanza causaron gran impacto en la Península y el ambiente antibelicista se fue apaciguando y dió lugar a un sentimiento de revancha.
En septiembre se inciaron las operaciones para recuperar el terreno perdido y al final de mes las tropas españolas entraban en Nador y Zeluán y destruían el campamento rifeño del monte Gurugú.
Se creó la Agrupación de Fuerzas Navales en el Norte de Äfrica compuesta por los cruceros Carlos V, Princesa de Asturias y Extremadura, el destructor Osado, los cañoneros Marqués de la Victoria, Álvaro de Bazán, y Doña María de Molina, además de buques auxiliares, como los vapores Cataluña y San Francisco de la compañía Transmediterranea.
El 10 de noviembtre de 1910 se firmó el tratado hispano-marroquí que ponía fin a las hostilidades. En 1911 hubo una nueva serie de escaramuzas que provocó la intervención de Francia.
Canalejas envió al transporte Almirante Lobo y al crucero Cataluña a Larache y Alcazarquivir, que fueron ocupadas por los españoles.
Durante 1912 la flota intervino en las islas Chafarinas, en la península de las Tres Forcas y en Alhucemas, en operaciones de limpieza y anticontrabando. El año anterior, el cañonero Nueva España, había apresado a más de cuarenta embarcaciones que transportaban armas para los rebeldes.
En agosto de 1912 el crucero Carlos V, bombardeó la zona del río Kert y los cañoneros Laya y Recalde bombardearón la zona costera de Beni Urragiel.
Se criticó la intervención del crucero por el hecho de utilizar sus cañones de gran calibre para bombardear "unos pocos reductos de moros". La prensa española criticó además el gasto inútil de proyectiles.
En estas acciones se puso de manifiesto la falta de estabilidad de los cañoneros tipo Reclde. Este problema se dió sobre todo a la falta de buenos ingenieros. Los cañoneros se tuvieron que lastrar otra vez.
En 1913 la Armada realizó misiones para controlar el contrabando y de apoyo al ejército mediante el bombardeo de reductos rebeldes.
EL transporte Almirante Lobo efectuó operaciones de desembarco en Arcil en las que participó el crucero Carlos V, que bombardeo las cábilas de Omara.
En una de estas operaciones el cañonero General Concha embarrancó frente Alhucemas y los rebeldes asaltaron el buque; la tripulación sostuvo un combate cuerpo a cuerpo que duró catorce horas y en el cual murieron el comandante del buque, capitán de corbeta Emilio Castaño y varios marineros. Los supervivientes fueron rescatados por los cañoneros Recalde y Lauria y el crucero Reina Regente hundio los restos del buque.
Con esto temina el primer periodo de la guerra de Marruecos que luego se prolongaría hasta 1926.
 
Gran exposición Hernan, y que pena que la mayoria de las ideas de esos hombres para resucitar la armada no pudieran llevarse a cabo, debido a la situación en la que estaba el pais.
 
Muchas gracias por la exposición, muy interesante Hernan.

Otra que tengo que meter en la recopilación ;)