Cieslaw y el Águila Blanca de Lech (769-773)
El año es 769, los romanos del sur mantienen a raya a las tribus nómades y a los musulmanes del este , los francos y sus grandes reinos se encuentran en constante conflicto y noticias llegan desde todos los rincones de la tierra, caos y conflicto se esparce en cada una de las esquinas del mundo. Cieslaw Leszek, Gran Jefe de la Tribu de los Leszekos, ha despertado de una terrible pesadilla.
Al momento, recuerda la historia que le contaron sus abuelos, la de, Lech, Czech y Rus, que al tomar distintos caminos fundaron distintos pueblos, Lech es el padre de todos los polacos, de él viene el nombre de su Tribu, Leszek. Su símbolo, el Águila Blanca, es el símbolo de todos sus hijos, quienes ahora viven divididos y enemistados.
Desde hace años que está preocupado, la división de las tribus solo beneficia a los enemigos de su pueblo, pero el orgullo le gana a la razón y los tercos lideres de su pueblo han cerrado su corazón. Es imposible que los polacos sobrevivan separados en estos caóticos tiempos, lo sabe, cree que todos lo saben, pero que nadie se atreve a forjar la unión.
División de las tribus polacas hasta el año 769
De inmediato hace llamar a los augures y los reúne en sus aposentos. Luego de conversar un poco sobre el estado de las cosechas de este año y del estado general de las tribus, les cuenta la pesadilla que se ha repetido todas las noches desde hace un par de semanas.
- Augures, chamanes, sabios, en mis pesadillas he visto a mi pueblo, altivo y orgulloso, ser invadido y aplastado una y otra vez por las tribus del este y el oeste, nos alzamos, nos preparamos, pero somos sometidos por ellos, nos hacen desaparecer, pisotean nuestros símbolos más sagrados, pero en medio de todo, veo una mano amiga provenir desde las estepas, grandes hombres montados en rápidos caballos vienen y tratan de socorrernos, luego veo una luz proveniente del este, más allá de la tierra de las tribus sajonas, y luego, luego… la pesadilla termina.
Los augures, hombres sabios, condujeron a su Gran Jefe que saliera hacia el patio donde prendieron una fogata con maderos sacados del bosque sagrado del Templo Mayor, luego de invocar a los dioses a través de la entonación de los canticos sagrados le piden respetuosamente a Cieslaw que mire directamente hacia el fuego sin pestañear, porque allí están las respuestas.
Si miras con fé y con tu corazón dispuesto, puedes ver lo que sucederá.
Cieslaw observa, horas concentrado en sacarle respuestas al fuego, pestañeaba, se limpiaba los ojos para tratar de mitigar el ardor, y volvía a mirar, mientras tanto los augures entonaban los canticos sagrados mientras hacían sonar el suelo dando fuertes pisadas. Luego, el Gran Jefe se sentó en el suelo unos minutos, con los ojos cerrados, había visto todo, su pesadilla, las respuestas. Un gran águila blanca se posa sobre el Templo Mayor al momento en el cual el Gran Jefe se pone de píe y comienza a hablar, todos los sabios se miran entre ellos, asombrados.
- Señores, debemos cruzar el rio Vístula y unir a nuestros hermanos por las armas, debemos ser fuertes, debemos estar unidos para no ser conquistados. Necesito que envíen emisarios a las tribus nómades del Este, contraeré matrimonio con una de los suyos, también necesito que llamen a todos nuestros guerreros, la paz se conseguirá una vez que el Águila Blanca de Lech haya reunido a todos sus hijos bajo sus alas. No hay tiempo que perder. Debemos golpear fuerte y rápido, como el rayo de Perun.
Emisarios fueron enviados a todos los rincones de los dominios polacos, se sabía que las tribus polacas no serían sometidas sino que por medio del uso de la fuerza, pero para ello se necesitaba más que el poder de las armas de los Leszekos. La alianza matrimonial era vital, rápidamente llegaron noticias del éxito de la misión diplomática a Jazaria.
Pasados unos meses, una gran comitiva de hombres a caballo ingresó a las tierras de la Tribu de Leszek, al centro, y rodeada de un pequeño sequito de jóvenes mujeres Khazar, venía Tura, hija del Kan Menumarot de Yabghumakh, Canciller de Jazaria, junto a todos ellos, un importante contingente de guerreros Khazar como dote y protección.
Comitiva de Tura, guerreros Jazaros combatiendo bandidos de las estepas camino a Leszek
El Matrimonio se llevó sin complicaciones, Tura había aprendido algunas de las palabras del idioma polaco en el camino y se veía emocionada, Cieslaw estaba muy satisfecho con el matrimonio, tal vez con el tiempo uno de sus hijos podría casarse con la hija de un gran Kan de las estepas, y traer el poder militar de los nómades junto a ella para beneficio del pueblo. No había razón para temerles, sus sueños y pesadillas habían sido considerados proféticos por los augures y en ellos los Khazar peleaban del lado de los polacos, él les creía, ellos sabían.
Tras meses de preparaciones, la Tribu de Leszek avanzó sobre los pueblos polacos al otro lado del Vístula, comenzando una rápida sucesión de victorias producto de la fuerza de sus hombres y la velocidad y astucia de los jinetes Khazar.
Una vez conquistadas las tribus más débiles, Cieslaw y sus hombres se vieron ante una dificultad para la cual no se encontraban preparados, esto debido a que los pueblos polacos del este se habían unido bajo el estandarte de la Gran Polonia debido a la presión del avance del ejercito Leszeko.
Una victoria rápida sobre Gran Polonia aseguraba la unificación de los hijos de Lech
Durante la primera batalla los ejércitos Leszekos y de Gran Polonia se enfrentaron con todas sus fuerzas en las praderas de Silesia, hombres que en el fondo eran hermanos se masacraban entre sí obedeciendo ordenes de sus jefes, debido a la confusión y el caos producto del frenético combate tropas enemigas lograron rodear a Cieslaw y a su comitiva de guerreros polacos, uno a uno caían los fieles combatientes, el Gran Jefe de los Leszekos se defendía heroicamente cuando recibió un corte en el muslo izquierdo, sangrando, se arrodilló sin pensar jamás en la derrota, dispuesto a combatir hasta el último momento por la unificación de su gente, sus hombres entonces lo rodearon estableciendo una posición defensiva.
Los guerreros Khazar constituyeron un recurso invaluable durante la guerra.
La caballería Jasara cruzó a través de las fuerzas enemigas, matando a todo enemigo que se le interpusiera en su camino, rescatando al Gran Jefe, Cieslaw tuvo que retirarse a sus tierras para recuperarse de la herida que rápidamente se infectó, mientras sus soldados peleaban y ganaban por él, pasados unos meses se recuperó de la herida sufrida en combate, justo a tiempo para firmar el pacto de unión de su pueblo tras las sucesivas victorias sobre sus rivales.
En estos dos años, Cieslaw había tenido cuatro hijos, Piskla, su primogénito, había nacido poco después de su recuperación tras haber sufrido una grave herida en batalla. Los otros tres habían nacido seguidamente.
Una vez unificadas las tribus, se formó un consejo en el cual cada una de estas llevaba un representante, allí se decidió la creación del Reino de Polonia. Cieslaw había sido coronado Rey de todos los hijos de Lech, esto no significaba el fin de su misión en esta tierra, pero era un comienzo, ahora las tribus debían trabajar en conjunto para lograr fortalecer el nuevo reino.
El año es 773, los Romanos del sur enfrentan una revuelta que amenaza la estabilidad del imperio, los Francos se han unido en un gran reino tras años de conflictos internos, las tribus del este se encuentran fragmentadas y el orgulloso Reino de Polonia se mantiene unido frente al caos.