Spasiva Soldier, spasiva Ivan !! Shivo hotches?

son historias de la misma vida
soldier,malinkaya marguerite es una niña buena, me deja tiempo para leer y traducir y cuando se despierta es mi alegria.
El texto de hoy es la historia que tenia que pasar una persona cuando queria ir al extranjero de una forma oficial (no turismo porque no exisitia en 1950)
MARINA NIkOLAEVNA
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A Marina la designaron a trabajar en el Centro de investigación lingüística después de terminar la universidad. (“designaron” porque antes era obligatorio a trabajar los primeros 3 años donde te habían enviado y luego ya podías elegir un trabajo tu mismo). Tarima con brillo en el pasillo, armarios llenos de “Noticias filológicas” y un silencio sepulcral. Los investigadores estaban en los despachos escribiendo, escribiendo….o apuntando algo de los libros. El silencio aquí no era el de una biblioteca, sino un silencio para envejecer y finalmente salir por la puerta a la jubilación. Aquí trabajan aquellos, a los que les gustaban las construcciones causativas y el artículo cero, los verbos durativos y abanicos de fonemas. Aquí se hablaba un especial idioma científico que a Marina le costaba mucho. No se podía decir: “Uj, me he equivocado de las paginas del artículo”, había que decir: “He incurrido en un error de paginación.”
De todo el Centro sólo el director podía viajar al extranjero, y sólo a Austria. Al regresar solía poner un cartel: “Lección “Dos semanas en Austria” con demostración de diapositivas (por las impresiones personales)”. Y así los empleados estaban una hora y media mirando las montañas nevadas, sierra tras sierra….
- Esta es Nina Sergeevna de Moscú y yo con gafas de sol. Estoy irreconocible, eh? Aquí estamos con los miembros de la sociedad “Austria – Unión Soviética”… Aquí hacemos los regalos en una fábrica de leche… Aquí estamos Nina Sergeevna y yo en casa de un activista de la sociedad….
Marina dividía a todos que habían estado en el extranjero en dos tipos.
Tipo numero uno. La mirada del narrador esta ofuscada, no puede quitar una especial sonrisa soñadora de la cara que aparece después de hacer un viaje al extranjero: a vosotros aquí es imposible contarlo, no se puede explicarlo. ¡Que carreteras tienen allí! ¡Que queso! ¡Y como me recibían!!!
Tipo numero dos. El narrador tiene una cara de aburrimiento y una mirada apagada.
- Una mierda del país. ¡Y eso se llama una ciudad! Cien miles habitantes. Aquí en el barrio de Dachnyj vive más gente. Comer allí no podía. No te dan el pan, en vez de mantequilla tienen margarina. Un te normal no me ofrecieron ni una vez. No hay nada que mirar en la tele.
La cara de este narrador tiene un bronceado extranjero. La chaqueta, la camisa y los calcetines que lleva están bien elegidos y fueron comprados sin prisa en una tienda buena. Esta clarísimo que va a ir allí donde todo esta tan mal hasta su último respiro. (lo decian asi para quitar el mito de ir al extranjero)
Cuando a Marina le ofrecieron a cambiar de trabajo y ser profesora de la universidad, ella lo acepto enseguida. Y le entraron tantas ganas a hacer un viaje al extranjero – a Dinamarca, claro que si.
El deseo de visitar Dinamarca era fácil de explicar: ya había sido profesora del idioma danés y literatura danesa durante diez años. Así se puede tener ganas de ver que es aquello ¿O no?
El sueño que había estado dormido durante tantos años se despertó un día cuando del departamento de la extranjería de la universidad a la cátedra de filología nórdica llego una plaza para hacer un viaje de conocimiento de una semana a Dinamarca. El jefe de la cátedra dijo que escribieran sus características los pretendientes mismos. “Vosotros pretendéis a ir – el rollo es vuestro”.
Había que enseñar la característica (6 copias hechas con el papel carbón) primero a un hombre de la tramitación de los viajes al extranjero. Su despacho antes estaba en una esquina detrás de la secretaría y el hombre era muy cortés con una mirada atenta. Siempre olía a un café recién tomado.
- Marina Nikolaevna, Usted tendrá que escribir de nuevo su característica. Usted no ha puesto aquí ningún dato de su primer matrimonio: nombre y apellido de su primer marido, su año y lugar de nacimiento, donde trabaja… En otro párrafo tiene que poner:”El comité del partido de la universidad, el comité profesional de la universidad y el rectorado conocen las causas del divorcio de la docente Petrova y están de acuerdo con las causas del dicho divorcio”.
Eso a Marina le sorprendió: ella misma no entendía bien por que tontería se divorció pero en el rectorado (una centena de mujeres) saben las causas y están de acuerdo.
Para recoger los formularios para rellenar había una cola al departamento de la extranjería. Horario del departamento era una hora por la mañana y una hora por la tarde, cerrado los miércoles. Las dos chicas de allí, una morena y otra rubia, desde la mañana cansadas de que la gente esta preguntando diez veces lo mismo, hablaban en voces bajas y monótonas intentando ocultar su enfado.
- Le repito otra vez más. Hay que rellenar cuatro formularios a mano. No se puede a maquina! Ahora tenga los ocho formularios de color rosa, estos sólo a maquina! Ponga el apellido de soltera de su madre y su mujer. (el apellido que una mujer tiene de nacimiento, antes de casarse)
- Aquí no queda espacio.
- Pero Usted es como un niño pequeño, ¡madre mia! Puede acortar las palabras – ap.solt. Tiene que mencionar a todos, todos los familiares… Aquí tiene seis formularios azules, aquí pone su origen étnico y si es Usted miembro del partido, aquí no hace falta poner el lugar del trabajo. Bien, y 24 fotos, sin brillo, ovales, sin esquinita.
Los novatos quedaron perplejos: ¿para que veinticuatro? Una para el pasaporte y las 23, ¿a dónde las pegan?
- ¡Siguiente!
Se coló una señora mayor.
- Yo ya estaba aquí. ¡Sólo quería preguntar! Por favor…
Una voz con nota de culpabilidad se oyó detrás de la puerta:
- Perdone, Tanechka, le molesto otra vez. Si mi padre ya murió, ¿tengo que mencionarlo?
- Si, es obligatorio. Y ponga también si el era miembro del partido.
- ¡El murió hace 30 años!
- ¿Si era miembro del partido cuando murió o no? Y ponga también donde esta enterrado. Como se llama el cementerio, la fila, la plaza. ¡Irisha! Cierra la puerta. Hoy ya no atendemos más, ya tenemos un montón de trabajo.
Marina se estaba preparando para el viaje: se quedaba en el pasillo de la sala de lectura estudiando los retratos de los miembros de Politburó (el órgano central del partido), intentando encontrar algunas relaciones asociativas o una motivación interna de sus apellidos (eso para memorizarlos y aprobar el examen). Luego intento a imaginarlos en el papel de su marido o amante y así los pudo memorizar más rápido. Rechazo enseguida a Aliev y Suslov. Después de unas dudas eligió a Vorotnikov: un pintor desconocido dio una tristeza culta a sus ojos. La asistente de la cátedra volvió a Marina a la realidad. “¿Dónde se ha metido Usted? Ahora mismo tenemos una reunión de la comisión ideológica. ¿Cómo que qué comisión? ¡De la facultad!”
Antes de abrir la puerta y entrar en la sala Marina se puso una cara oficial: “No voy al extranjero para divertirme, no. De hecho, no quería ir – me esta obligando la cátedra: tienes que ir, Marina, tienes que recoger material para una nueva asignatura”.
La comisión ideológica constaba de dos señoras mayores con el pelo mal tintado. Una era docente en las obras de Anna Segers (una escritora alemana de DDR) y otra – una asistente sin doctorado que estaba escribiendo su trabajo “La imagen del trabajador en la literatura búlgara”. Las señoras parecían ser amables, Marina no necesitaba su cara oficial.
- ¿Cuáles son sus intereses científicos, Marina Nikolaevna?
- El sistema aspecto temporal de los verbos nórdicos.
Las señoras sonrieron atentamente que quería decir que la respuesta les gustó.
- ¿Cómo piensa Usted a utilizar el tiempo en este viaje al extranjero?
Que gusto sería decir les: me compro un salchichón muy rico y me lo como, y para beber una cerveza de lata. Me compro unos zapatos cómodos y los que llevo ahora, los rompe huesos, los tiro al estrecho Skagerrak. Y si me queda el dinero, compro jabón para regalar.
- Pienso trabajar en las bibliotecas, visitar museos.
La de Anna Segers asintió:
- ¡Le deseamos un buen viaje!
Que amables sois, ideólogas, pensaba Marina camino a casa. No me torturabais, ni preguntabais de la historia de las reuniones de Politburó. Que dios os envié una buena tinta importada para el cabello.
Los jueves era cuando celebraba sus reuniones el buró del partido de la facultad. Ya había unas quince personas ante de la puerta, llamaban en el orden alfabético.
- ¿Qué preguntas hacemos a Marina Nikolaevna?
- ¿Cómo se prepara Usted para el viaje? ¿Tiene Usted un plan de preparaciones?
Eso preguntó un viejo cabrón, especialista en Fadeev (un escritor ruso comunista). Ya lleva estudiando “Molodaya Gvardia” 40 años y todavía no ha hecho ningún trabajo sobre ello. Pero no se puede despedirlo: participo en el desfile de victoria en la Plaza Roja (el primer desfile del 1945 donde participaron los soldados que habían llegado hacia Berlín). El desde siempre ha sido uno de los examinadores de los que querían entrar en la universidad (allí hacen los exámenes de finalizar el instituto y luego de entrar a la universidad en la respectiva universidad). El siempre hace la misma pregunta a los candidatos:” ¿Qué es lo más importante en la historia de esta universidad?” Las almas ingenuas se alegraban a esta posibilidad de mostrar sus conocimientos y empezaron a hablar de las 12 colegias, algunos empezaron desde el siglo XVII pensando que el lo apreciaría. En realidad lo que faltaba era decir que aquí Vladimir Ilich Lenin hacia sus exámenes en la facultad de derecho.
- Estoy estudiando historia de movimientos de los trabajadores daneses. Estoy trabando con el material de los periódicos.
Marina había oído que a los del buró del partido les gusta que no simplemente lean los periódicos, sino “trabajen” con ellos.
El secretaria del buró (esta estudiando el folklore soviético pero tiene becas en Inglaterra) tosió en el puño.
- Aquí esta todo claro, creo. Esta Usted libre. Invite a Ptichka Anatolij Vasilievich.
Los aprobados por el buró del partido de la facultad estaban admitidos para una entrevista de la comisión central ideológica de la universidad. Allí había gente de todas las facultades esperando su turno. En las colas así la gente siempre da consejos, cuenta su experiencia personal. La mayoría estaba nerviosa. Otros estaban con las miradas distraídas y no participaban en las conversaciones. Todo esto parecía una cola para hacer un aborto: todas van a pasarlo mal ahora, y las alegres y las verdes del miedo. Nadie te va a salvar. No hay camino atrás. Reza.
Marina se unió a los habladores. De ellos supo que la comisión constaba de 6 hombres y una mujer. ¡Hay que esquivar de la mujer! Hace preguntas sobre los luchadores africanos por la libertad. Quiere sus apellidos, quien esta en la cárcel, quien esta en libertad. De los hombres hay tres que son komsomoltsy (miembros de la unión de juventudes comunistas) y te pican como las abejas. No conocen a misericordia porque hacen su carrera en el partido. Había que intentar que te examine una persona mayor, el coronel de la cátedra de preparación militar era muy recomendable porque le gustaban las mujeres de cualquier presencia y edad. Marina tuvo suerte: la examino un histórico mayor, autor del trabajo “Sobre los derechos humanos – verdaderos y falsos”. Le gustaba mucho hablar de si mismo. Se lo contó a Marina que el estaba con un ejercito en Corea, que allí hay unas ratas muy raras, todas blancas con colas cortas. Las ratas entrenadas por los Estados Unidos que podían atacar a los soldados soviéticos y bajar su capacidad de luchar. Marina estaba escuchando al histórico con mucho interés, le hacia preguntas, reía, cuando le parecía que a el le gustaría esto.
Al mismo tiempo oía como uno de los komsomoltsy con la cara gris decía a un docente biólogo:
- Lo siento, pero tendrá Usted que venir otra vez. No sabe cuanto gas esta obtenido en los últimos 5 anos (antes la económica estaba planeada por el partido para cada 5 años), no puede formular los objetivos de los comunistas de Nepal….
El examinador de Marina sacó el peine, lo paso por su pelo escaso, sopló en el peine para limpiarlo, suspiró y hizo su firma.
El comité del partido de la universidad celebraba sus reuniones en la sala Petrovskij. Los fogueados daban consejos a los novatos:
- Cuando te llaman a la sala, pasa al centro, hay una silla allí. Siéntate cuando te inviten sentarte. Mientras están leyendo tu característica permanece sentado. Cuando empiecen a hacer preguntas tienes que levantarte. El que permanece sentado no tiene respeto al comité.
- ¿Y si no me siento?
- No. Si te dicen que te sientes, tienes que sentarte.
Leer la característica de Marina le tocó a una señora de la facultad de derecho, una bestia. La cantidad de sus trabajos publicados refunfuñó incomprensiblemente y lo del divorcio leyó en una voz alta y clara.
- ¿Preguntas para la camarada?
- La camarada Petrova quiere visitar Dinamarca, ¿es que ya no hay nada que ver en su propio país?
De repente el secretaria del comité se puso a defenderla:
- Marina Nikolaevna es joven todavía. Tendrá tiempo para viajar aquí también. Usted va a estar una semana en el extranjero, ¿podrá su marido estar este tiempo solo?
Era una broma, entendió Marina. Había que quedarse confusa, mirar abajo, sentir un poco de vergüenza. A ellos les gusta.
- No se puede dejar al marido solo. Todo puede pasar… ¡Siguiente!
El comité distrital del partido era la última que quedaba por superar. Desde allí tus papeles van a ir a un lugar donde los van a estudiar en silencio sin hacer preguntas (a KGB que también tenia que dar su permiso. Y todavía hace falta su permiso para poder recibir un pasaporte para viajar). Se recomendaba ir a este comité vestido con pulcritud pero sin gusto. ¡Nada de maquillaje, nada de perfume! El comité constaba de tres señoras con peinados “del partido” – pelo blanco y elevado. Las señoras del comité odian a las profesoras jóvenes de la enseñanza superior.
Marina fue una de los últimos para entrar, había dos personas de una fábrica de coches y una de la fábrica Vibrador antes de ella. Las señoras del comité estaban cansadas y tenían las miradas malévolas.
- ¿Participa Usted en los subbotniki de Lenin? (un trabajo gratis de limpiar las calles etc un sábado una vez al año)
- Claro que si, todos los años.
- ¿Trabaja Usted en el deposito de horticultura? (antes era obligatorio para todos los científicos, profesores de la enseñanza superior etc trabajar gratis de vez en cuando en las bases de horticultura – recoger hortalizas etc)
- Una vez al mes según los turnos.
La señora con la cara de desprecio se metió un lápiz en el pelo y se rascó la cabeza:
- Las de la universidad son las que peor trabajan en la base. Hay muchas vagas. No saben recoger la col. A lo mejor no les deja la educación. Tengo los informes del mes pasado: diez de la universidad estaban intentando llevarse limones.
Otra señora estaba leyendo la característica de Marina, moviendo los labios.
- Y su primer marido, ¿se caso otra vez o no? ¿Tiene niños con su nueva mujer?
A Marina le gustaban las mujeres así, siempre se podía encontrar una lengua común con ellas. Hay que satisfacer la curiosidad femenina, contar de su vida privada con todo el detalle, con humor, sin sentir pena por si misma. Ellas tienen la curiosidad. Después de haberles contado todo de quien estaba con quien las señoras se pusieron más amables y Marina entendió: el comité distrital superado.
Quedaba lo último, un certificado de estado de salud. La médico de cabecera en un gorro de lana miró a Marina rápidamente y empezó a escribir remisiones: para el neuropatólogo, otoloringólogo, ginecólogo, rentgenólogo… Pruebas de sangre y orina.
¿Tiene Usted 30 años ya? Haremos un cardiograma también… Las pruebas de sangre y orina había que hacer antes de las 8 de la mañana y, como si fuera adrede, las consultas del resto de los médicos empezaban después de las 6 de la tarde.
Mientras Marina intentaba recibir una consulta de neuropatólogo, los análisis ya se habían hecho antiguos y tenía que repetirlos. Los compañeros aconsejaron regalar una caja de bombones para cada médico. “¿Y como se la voy a dar? Enseguida al entrar o desnuda en la revisión o ponerla en la mesa mientras la médico se esta lavando las manos”, - estaba atormentándose Marina.
Mientras estaba en las colas esperando, Marina se leyó todos los periódicos de las paredes (un periódico que hace el mismo personal de la institución). En cada ambulatorio hay un médico que escribe, y Marina se puso a memoria las poesías de la Hoja de sanidad y de Las voces de los médicos universitarios.
¡Estudiante! Acuérdate de una regla muy importante:
Haz siempre la limpieza con el mocho.
El ftiziatro Mokeev B.
Un drogadicto nos resulta desagradable:
Débil, sin afeitar, un jeringue en la mano.
Nuestro consejo, amigo, es
Divertirse con el deporte!
La enfermera mayor Nikitenok A.
El ultravioleta va a ayudar a los niños
A no coger raquitis.
En invierno esta jugando
Una raya del sol en sus mejillas.
El asistente Klychko F.
Al final Marina tenía el certificado en sus manos: “Certificamos que Marina V.N. no tiene contraindicaciones por su salud para estar una semana en Dinamarca”. Sólo la jefe del ambulatorio Tamara Ivanovna podía poner un sello redondo en el certificado. Ella lo hacía en las horas de atención al público, una vez a la semana, los lunes.
El doctor con el que Marina hizo amistad en estas colas del ambulatorio estaba buscando validol (una medicina cardíaca): “¡Qué bestias! Los estrangularía con mis propias manos. ¡Como torturan! Quieres ir a Francia – sangre del dedo, si es a Inglaterra – ¡ya de la vena! ¿Y los que están arreglando los papeles para los Estados Unidos? Te van a chupar toda la sangre”.
El lunes a las 7 de la mañana ya había una cola grande para Tamara Ivanovna, para conseguir un sello. A las 10, llena de entusiasmo y fuerzas, ella dijo: “!Camarados! Habrá que esperar un poquito. Una reunión urgente de los jefes de consultas. ¡No se preocupen! ¡Voy a atender a todos!”
Catorce mujeres, las jefas de consultas, entraron una tras otra en el despacho de Tamara Ivanovna. En el pasillo se oía lo que estaban diciendo en el despacho:
- Hablen más bajo, ¡por favor! Las combinaciones de hoy son siguientes: dos latas de conservas pero de cerdo, tres cajas de te de la India, un bote de guisantes y pimienta negra molida. Además, 4 botes de berza marina. (es que antes de vez en cuando se podía conseguir algo de comida a través del trabajo, en forma de “combinaciones”, es decir, que no podías comprar sólo una cosa, tenías que coger toda la combinación).
- ¡Que buena es la combinación! La berza marina puedes cortar en trozos muy pequeños y añadir así en las ensaladas con remolacha.
- Hablen más bajo, ¡camarados! Hay también pantalones de Yugoslavia para estar en casa que dan mucho calor, pero sólo las tallas pequeñas.
- ¿Y no hay grandes? ¿De qué color?
- ¡Pero si son pantalones! ¿Qué le importa el color?
Ya…… Pensaban los profesores agotados de la cola por otro lado de la puerta….Y daban el juramento de Hipócrates estas sinvergüenzas…
Quedaban nada más que dos semanas para el viaje cuando Irochka del departamento de la extranjería alcanzó a Marina en el malecón de la universidad.
- Oj, ¡que bien que le he encontrado! No le dejan ir. Dicen que la situación internacional se ha endurecido y pueden ir solo los miembros del partido con experiencia de estar en el extranjero. No pasa nada, ¡ya irá Usted otra vez!
Irochka pilló el trollybus que había llegado, sólo su falda roja quedó atrapada entre las puertas.
En la cabeza de Marina se quedó todo vacío…. “He gastado tres meses en las comisiones idióticas, he visitado diez médicos… Pedía. Me humillaba…. Lo merezco”.
No quería ir a casa. Quería simplemente sentarse en un banco. Marina no notó como llegó al zoo, - las piernas recordaban que había bancos allí. En el suelo de una jaula sucia estaba un animal sin nombre de un tamaño mediano – no había nada escrito al lado de la jaula. El animal estaba tumbado el la esquina más lejana, sin moverse, con la cola al público y el morro a la sucia pared. No quería ver a la gente. La despreciaba. O ya se había cansado de vivir desde hace mucho tiempo. Marina entendió que quería ella: tumbarse al lado del animal, con la espalda a los niños y el marido, y estar mucho tiempo así sin moverse.
FIN
ps: superfalco, creo que es una pelicula historica.