CAPITULO 1. Nuevas Órdenes
FRENTE OCCIDENTAL
En Francia la situación actual era crítica. 49 divisiones defendían la costa desde Rótterdam hasta lo Pirineos. Al frente de ellas se puso el Mariscal de campo Rommel. El zorro del desierto ya tenía experiencia en el país. En el 40 atravesó las Ardenas y en el 43 supervisó la construcción del muro Atlántico. Ahora, en el 44, debía reorganizar las desmoralizadas tropas y ponerlas en movimiento contra el enemigo.
En la madrugada del 20 de Junio llegó a Argentan. En las inmediaciones de esta localidad se encontraban 9 divisiones: una de estado mayor, 5 divisiones Panzer, dos divisiones motorizadas y la 2 Fallschirmjäger. Con ellas creó el 5 Panzerarmee. En Angers, a unos 20 km al oeste se encontraba el II SS Panzerkorps con 6 divisiones: una división de estado mayor, 4 Panzers y una mecanizada. También se encontraba en las inmediaciones el II FallschirmjägerKorps, con las divisiones 2 Fallschirmjäger 5 Fallschirmjäger y 6 Fallschirmjäger. Más al norte, en Rennes estaba el LXXXIV Armeekorps con dos divisiones motorizadas y 3 de infantería. En Cherburgo se encontraban rodeadas 3 divisiones más, pero Rommel ya no contaba con ellas. Su rescate era imposible y pronto caerían prisioneras. Dio orden por radio a su comandante, el Teniente General Brandt, de rendirse cuando empezara el fuego enemigo, ya que no tenía sentido el sacrificio de más vidas alemanas.
Toda la Luftwaffe sería desplegada en este sector, en los aeródromos de Mons y de Bruselas. La enorme superioridad aérea aliada podría, y de hecho estaba haciendo trizas las tropas alemanas en movimiento, además de que los intensos bombardeos sobre Alemania estaban minando la capacidad industrial del Reich
Según inteligencia, los Aliados no desembarcarían en ningún otro sitio de la costa norte pero existían planes de un desembarco a menor escala en Julio en la costa sur. Calculando los riesgos, decidió llevar todas las divisiones costeras de Bélgica y Holanda del a Le Havre. La división que defendía Burdeos fue enviada a Torun, así como dos de las divisiones estacionadas en Nimes, donde formarían un pequeño ejército de 4 divisiones que defendería el centro de Francia. Kleinheisterkamp fue asignado al LXXXIV Armeekorps, Student al II FallschirmjägerKorps, Rommel comandaría al 5 Panzerarmee y la II SS Panzerkorps, sería comandada por el general Kepler.
La OKW Reserve de Essen sería enviada a Leipzig, lejos de cualquier frente, ya que era un cuerpo que solo existía sobre el papel, solo un puñado de mandos militares y un par de carros era lo único que tenía. También envió la 1 Armee de estado mayor al mando de Begdorf a Nimes, para coordinar la defensa en el sur. Rommel se la jugaba el todo por el todo al dejar desprotegida la costa holandesa, belga y francesa, pero no tenia elección. Tenía 41 divisiones útiles, las de Cherburgo, Essen y las 3 que se quedaban en el sur no podría utilizarlas en Normandia, con numerosas bajas, desmoralizadas y desorganizadas, frente a 36 divisiones entre canadienses, ingleses, americanos y franceses, totalmente equipadas y motivadas para acabar con el pueblo que había empezado la mas atroz guerra del planeta.
FRENTE SUR
Dividido en dos, el central con Italia y Yugoslavia, y el oriental con Albania y Grecia, es hasta el momento el más tranquilo. Al frente primero se encontraba el General Harpe, mientras que el segundo, ocupaba la comandancia el teniente general Wenck. Al ser el que menos peligro tenía se trasladaron pocas tropas, el Armee Reserve en La Spezia, el Abs Genoa en Genova, Abs Vending en Venecia y el XV Gebirskorps en Tirana fueron enviados a Italia. Harpe tendría la difícil misión de constituir ejércitos funcionales con estas tropas tan heterogéneas. Además, 4 divisiones croatas, que en número de efectivos equivalía a poco más que una división alemana se enviaron Split, y otras dos a Dubrovnik, en la costa yugoslava. En el sector oriental, cinco divisiones búlgaras protegerían la costa griega, mientras que una división alemana situada en Grecia fue enviada a proteger la costa albanesa. Los alemanes confiaban que el ataque desde Normandia tendría a los aliados ocupados un tiempo en Francia.
FRENTE ORIENTAL
Durante 3 años fue el escenario más importante de la guerra, donde se produjeron las batallas más sangrientas y el número de bajas más escalofriante. Ahora, los rusos controlan la situación, y amenazan con entrar en Europa si Manstein no se lo impedía. Su primera orden: retirada hasta posiciones de pre-Barbarroja. Los ejércitos del norte y del centro no presentarán batalla y su retaguardia destruirá carreteras y puentes, minará la vanguardia de los rusos, hará todo lo que fuera posible para que a la llegada del invierno los soviéticos aún estén en las puertas de Polonia, o como mínimo, que penetren lo menos posible en territorio alemán.
Manstein, que comandaba directamente el ejército de Estonia replegó sus tropas hasta Lituania, detrás del río Dvina, donde intentaría detener en lo posible y durante el mayor tiempo que fuera capaz el avance enemigo. En el centro, se replegaría el Ejercito hasta Bielorrusia, intentando mantener el enorme frente con lo mas recto posible. Manstein era consciente de la inferioridad numérica de sus tropas, sobre todo en el centro, por lo que temía que la retirada de sus tropas de esta zona pondría en peligro su plan del rio Dvina. Un poco mas al sur, en Ucrania, las cosas estaban igual de mal. La superioridad numérica del enemigo, en algunas zonas de 2 a 1 hacían presagiar lo peor. En el sur, los comunistas habían penetrado en Rumania por Besarabia, en la zona de Chisineu, pero un poco mas al oeste, en Iasi, sus tropas, junto con las rumanas resistían más o menos bien.
Las divisiones húngaras en Hungría se enviarán a Strij. Envió las tropas búlgaras hacia Rumania, así como de todas las divisiones, que se encontraban en los Balcanes y que no habían sido enviadas a Italia. La Unión Soviética es mucho más peligrosa que unos partisanos serbios, al menos de momento.
También centró su atención en Finlandia. Este país del Báltico estaba siendo atacado desde todas partes menos desde el mar, no aguantaría mucho, y todo intento de ayuda estaba condenado al fracaso, además que Alemania no tenía ni material ni recursos humanos suficientes para ello. Pero tampoco podían dejar a un aliado en las garras de los comunistas. Manstein pensando detenidamente se decantó por la decisión más pragmática. Finlandia estaba condenada, pero no su ejército. Este se retiraría hacia Viipuri, mientras que las tropas alemanas del país se trasladarían hacia el norte de Noruega, cortando cualquier intento de los rusos de invadir esta parte de Escandinavia. El ejército finlandés sería abastecido por Alemania, su aviación, aunque escasa, pero valiosa, sería enviada a Normandia, y su reducida flota a Danzing. El gobierno se trasladaría a Berlín donde podría seguir existiendo. Se debía conseguir que los soviéticos desplazaran el mayor número de divisiones cerca de Viipuri y hacia el resto de Finlandia. Manstein habló con el Ministerio de Asuntos Exteriores Alemán para que comunicara al gobierno finlandés su plan. Así se hizo, pero el gobierno se negó en rotundo. “¡Nunca dejaremos que los rusos entren en Finlandia. Jamás! ¡Los detendremos igual que en el invierno del 40-41!” Es lo que se escuchaba en la cancillería finlandesa. Pero Mannerheim, encargado de la defensa de la nación estaba de acuerdo con Manstein. Si conseguían quitar algunas divisiones del frente alemán sería una ayuda para la defensa alemana, que era el único miembro del eje capaz de acabar con los rusos. Al final el gobierno cedió, y las tropas se replegaron a Viipuri, donde Mannerheim, empezó a crear las defensas necesarias para que sus 15 divisiones puedan resistir el mayor tiempo posible
Las tropas de Noruega, que iban a estar bajo el control de Manstein, pasaron a ser “independientes”. Se creó el Territorio Norte, bajo el mando de Dietl, que agruparía todas las divisiones alemanas en Finlandia y Noruega menos tres, que se quedarían en Oslo, Trondheim y Narvik. Dietl taparía la entrada de Noruega en el círculo polar, en un territorio muy montañoso y fácil de defender. Los alemanes no creían que los rusos atacarían esta región pero si que mantendrían una presencia militar importante en la zona para evitar incursiones alemanas en Finlandia.
Mientras en los frentes se reorganizaban las tropas y se impartían órdenes, en Berlín tampoco paraban. El nuevo gobierno dirigido por Bormann encargó a Messerschmitt el diseño de un nuevo bombardero con turborreactores, el Ar 234 B Blitz, superior a cualquier avión enemigo, y se encargó a Focke-Wulf el diseño de un nuevo interceptor, el He-162 Salamander. A la empresa I.G. Farben se le encargó el diseño de una nueva planta de generación de combustible sintético, para paliar en lo posible la escasez de petróleo del Reich. A Siemens fue encomendado la creación de un nuevo plan de producción agraria para aumentar los recursos humanos de Alemania, y por último Konrad Zuse desarrollaba la creación de una nuevo componente electrónico que ayudaría en las investigaciones alemanas. La paralización del proyecto nuclear enfureció a los mas fieles de Hitler, que como él pensaban en que las armas futuristas salvarían a Alemania. Speer les convenció de que la necesidad más urgente ahora son mejores armas convencionales y más petróleo, pero que nunca se abandonaría completamente el proyecto nuclear.
Se trabajó sin descanso en la compra de recursos para el Reich. Lo más urgente era el combustible para la maquinaria de guerra alemana. Sin él se detendría sin remedio. Se buscó primero en los países del Eje, en Rumania principalmente, que se convirtió en el principal proveedor de petróleo a cambio de suministros y planos tecnológicos, en los países neutrales pero simpatizantes, como España y Portugal, e incluso en América, ya que Argentina seguía siendo amigo de Alemania.
Speer escuchó las peticiones da cada general, sus necesidades más urgentes y obró en consecuencia. Según las instrucciones de Manstein se reforzarían primero las divisiones panzer, las motorizadas y las mecanizadas, así como todos los aviones. Las tropas de infantería deberán esperar. Todo lo que no fuera una bomba volante se dejó de producir. Se empezó a construir una línea defensiva en la frontera polaca y se puso en marcha el entrenamiento de nuevas divisiones, concretamente rondas de 9 divisiones de infantería que reforzarían las costas europeas, los territorios ocupados y el frente ruso. Desde todos los frentes se pedían cosas imposibles, más tanques, más aviones, más divisiones mecanizadas, más artillería, pero fabricarlo todo era imposible. Todas las divisiones habían sufrido bajas y perdido mucho material y había que reemplazarlo. Speer tuvo que estirar la industria alemana lo máximo posible, buscando siempre lo prioritario; fabricar lo básico, los suministros necesarios para la subsistencia y un poco mas, y nada de modernizar equipamiento hasta que todas las tropas estén completamente equipadas y hayan sido reemplazados el mayor número de bajas. Pero de todas las peticiones que recibió hubo una en la que primero rió, y luego, dudó de la salud mental de Rommel. Le pedía tres escuadras de transportes aéreos para invadir Inglaterra.