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jose2534

The Lost Chevalier, lord of [REDACTED]
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May 14, 2016
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Lo siguiente es un extracto del artículo “Qell’Nudar, historia de los orígenes”, publicado por la revista “Los Descubrimientos”, tomo 26, que es anualmente publicado por la división de xenosociología de la Soberanía Steccashi.

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“Los Qell’Nudar son mamíferos de dieta omnívora, con una piel rugosa y resistente cubierta de pelos en lo que es la parte frontal y lateral del cuerpo y de púas afiladas en lo que es la nuca, la espalda, y la cabeza. Según sus propios científicos, su especie surgió hace aproximadamente cincuenta mil años en Qell, un planeta más helado que el nuestro, dónde las fuentes de agua dulce en estado líquido son escasas, y dónde la lluvia en este estado es rara, por no decir imposible, dadas las bajas temperaturas, siendo la norma la nieve o el granizo.

Si bien se esperaría que esta especie fuera adaptable a diferentes ambientes y situaciones, habiendo vivido y prosperado en un entorno tan hostil para nosotros, nos hemos encontrado con que son bastante frágiles, más que nuestra propia raza, ante los cambios de índoles medioambientales. Tanto es así, que la sociedad Qell’Nudar gira frenéticamente en torno al uso de fuentes renovables de energía y al consumo responsable de los distintos recursos naturales, encargándose el mismísimo Gobierno Central de llevar a cabo extensas campañas de educación y de control agro-industrial, siendo tan ecologistas en sus políticas y legislaciones que casi rayan en un fanatismo enfermizamente sano para los mundos que habitan (véase “anécdotas populares”, página 2014).

La dura naturaleza en Quell obligó a las primitivas comunidades de los Quell’Nudar a tener una forma de vida sedentaria, que se mantiene, hasta hoy, fuertemente arraigada en su sociedad y mentalidad gracias a la cultura, al proceso de crianza de los individuos y al discurso de algunas religiones oficialmente reconocidas, que profesan la importancia de los Orígenes Personales. Aunque, cabe destacar, que esta inmovilidad provocó ventajas extraordinarias para esta especie que ahora recorre el universo asegurándose un dominio entre las estrellas: no hay criatura presente en el cosmos conocido que sea igualmente buena en cultivar la tierra, por más estéril que ésta sea, y en minar hasta las profundidades de la corteza planetaria en busca de metales o gemas preciosas. Esta especialización, reflejada en la gran mayoría de los casos a niveles macroeconómicos regionales, tira luz sobre los motivos detrás de los rasgos más militaristas de la cultura Quell’Nudar, que desde temprano ha tenido que guerrear cuando los intercambios comerciales eran imposibles o injustos a ojos de una u otra comunidad (Véase “La Guerra de las Potencias”, página 2041, la cual terminó instaurando el Comisariado Militar como método administrativo planetario), cosa que también llevó a un fanatismo culturalmente arraigado por la justicia en los tratos comerciales y la sociedad.

Finalmente cabe destacar algo sobre esta especie, algo por lo cual este artículo, o por lo menos este párrafo, nunca será leído por un Qell’Nudar dentro de la Liga de Qell: pese a que por fuera su gobierno se profesa democrático, abogado por las libertades civiles y lo justo que es el poder del pueblo para el pueblo, la realidad es que detrás de cada elección hay un círculo de individuos que toman todas las decisiones sobre el destino del estado y quien lo gobierna. Creemos que este Consejo que manda muy por encima del Comisario General se fundó hace aproximadamente trescientos año para evitar así que los Qell’Nudar se destruyeran durante la era de la Amenaza Nuclear, tiempos en los que el fanatismo por la justicia y los medios militares para alcanzarla podría haber llevado a cualquier Estado-Nación de Qell a bombardear con proyectiles nucleares a sus enemigos o rivales si estos no les daban tratos justos en el comercio o el respeto a sus ciudadanos dentro de sus fronteras.”

Seguiré actualizando esto cada tanto, a medida que voy teniendo tiempo para escribir ¡Que tengan un buen día!
 
Veamos a dónde va a parar esto...
 
La siguiente es una entrevista publicada en la revista “Progreso”, la cual es financiada por el Consejo Nacional de Inversiones, partido político que aboga por la paz como medio a la abundancia y la felicidad dentro de la Liga de Qell. En ella, un veterano de guerra, que peleó valientemente contra los invasores Uri durante la invasión de Vallaj Mog, describe su aterradora experiencia y reflexiona sobre la futilidad de la violencia en general.

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Entrevistador: Muchas gracias por venir, Cavo Von Fagas, me complace estar ante su cálida presencia.

Cavo: El placer es todo mío, Rald Toros.

E: Nuestros lectores desean saber en mayor profundidad cómo fue la invasión de los Uri; si bien hemos visto muchas producciones audiovisuales sobre la batalla, tanto ficticias como documentales, bien sabemos allá en Qell y los demás mundos de la Liga que la verdad deja, de seguro, en ridículo a estas reproducciones bibliográficas.

C: La verdad que sí, no he visto personalmente los estrenos, por obvios motivos, pero por lo que me han contado mis amigos debo decir que éstas historias noveladas no pueden estar más alejadas de la realidad, por lo menos de la que yo sufrí… no hubo en uno solo de los meses que duró la batalla una sola gesta digna de ser glorificada, sino una encarnizada y desesperada lucha por la supervivencia. Lo único en lo que podía pensar cuando empezaban los días era en si vería el sol ponerse por el horizonte, y entonces pensaba si lo vería alzarse de nuevo, o si sobreviviría hasta la próxima nevada.

E: ¿Cómo fue el reclutamiento, Cavo? ¿Recuerda cuándo comenzó?

C: Todo comenzó cuando los comisarios de nuestro planeta se enteraron de la derrota del Primer Ejército de Clones y de la Primera Flota Estelar a manos de las fuerzas del Consejo de Uri. Casi en el acto comenzaron los reclutamientos masivos entre toda la población apta para el combate. Yo salí sorteado en la segunda tanda de reclutamiento; lo que en retrospectiva fue un golpe de suerte, porque recibí un mejor entrenamiento que aquellos que fueron reclutados durante los bombardeos.

E: ¿Acaso esto fue perjudicial para la normalidad del planeta? ¿Cómo fueron los negocios? Según sé eras el orgulloso propietario de una fábrica.

C: Fue desastroso, camadas enteras se quedaron sin sus padres, y el pánico entre la población no militar fue tal que los negocios se vinieron a pique, mi empresa entró en quiebra al mes de iniciado mi entrenamiento.

E: ¿Cómo fueron los bombardeos?

C: Luego de que el Puerto Espacial y la Estación de Defensa fueran nada más que esqueletos metálicos retorcidos flotando inertes en el espacio, como un par de lunas, comenzaron a caer las primeras bombas; y aunque los Uri fueron considerados en sus objetivos, apuntándole solo a instalaciones militares y fortalezas defensivas antiaéreas esparcidas por el globo, debo decir que de vez en cuando se tomaban la licencia para bombardear una que otra zonas civil altamente fortificada.

E: ¿Cuándo fue que descendieron los ejércitos de asalto?

C: Cuando no nos quedaba mucho armamento pesado para evitar su desembarco. Verá usted, cuando un ejército desembarca sobre un planeta hostil tiene que estar seguro de que los defensores no cuentan con defensas sólidas ni con baterías antiaéreas lo suficientemente poderosas como para eliminar las naves en pleno descenso; y aunque contábamos con uno que otro armamento antiáereo, al momento de su descenso poco pudimos hacer para frenarlos.

E: ¿En dónde estaba usted durante el primer día del ataque?

C: En Mell’Therak, y era noche cerrada, al menos para mí, cuando la invasión comenzó. Mi batallón había sido designado a ocupar un barrio central de la ciudad, siendo el centro de coordinación y bastión de última línea un gigantesco complejo de edificios que habíamos reacondicionado para el combate. Nuestra única gran gesta ese día fue derribar una nave de transporte enemiga que estaba descendiendo sobre un parque a unos veinte kilómetros de distancia; para ello usamos nuestros lanzamisiles portátiles, concentrando todo nuestro fuego en ese solo objetivo.

>>Pasada una hora de eso llegó la primera oleada de enemigos, que venían con vehículos ligeros de reconocimiento como apoyo. A estos pudimos contenerlos, pero todo cambió cuando llegaron los tanques, la infantería pesada de asalto y, finalmente, las aeronaves de bombardeo de precisión. Fue ahí cuando retrocedimos a la última línea de defensa del perímetro y evacuamos por los túneles de escape, terminando en las afueras de la ciudad.

E: ¿Algo más sobre esa primera batalla?

C: Maté a diez enemigos con mi rifle de plasma, y la pared de neo hormigón tras la cual me encontraba a cubierto me salvó la vida de un proyectil explosivo de gran calibre que fue disparado por uno de los vehículos de asalto y reconocimiento que acompañaron a la primera oleada.

E: ¿Qué hicieron luego de haberse retirado del combate?

C: Nos reunimos con el resto del ejército 33, enterándonos que a todos los batallones los habían expulsado de la ciudad. Raudamente preparamos la defensa de la región y el asedio de la ciudad, cosa de recuperarla tarde o temprano. Las semanas siguientes al desembarco nos la pasamos luchando en bosques, montañas, valles, pueblos y ciudades. Los Uri quizá tenían la ventaja del apoyo orbital y su fe ciega en sus misteriosos dioses, pero nosotros conocíamos el terreno y teníamos la resolución de no postrarnos ante su autoridad. Muchas veces los Uri mandaron drones que gritaban propagandas sobre como los que se rendían serían tratados con respeto.

E: ¿Pensó en rendirse?

C: A veces… sí.

E: Cuéntenos sobre cómo recuperaron la Capital Regional.

C: Eso… eso… eso fue una locura de la cual no sé cómo salimos con vida. Luego de que todos los ejércitos del planeta coordinaran un asalto a nivel global contra las capitales regionales, último bastión de los Uri, nos lanzamos en una serie de operaciones ofensivas cuyo objetivo era romper y penetrar dentro del perímetro defensivo de los invasores.

>>Dos días después de comenzado el asalto, y estando bajo un intenso fuego proveniente desde la órbita terrestre, pudimos ingresar en la ciudad. No sé cómo pasó, porque los recuerdos me son borrosos, pero luego de varias horas de combate me separé de mi escuadrón… solo recuerdo salir de una nube de humo y escombros para encontrarme solo, con la radio de mi casco rota y todo a mi alrededor guardando un silencio de ultratumba.

E: ¿Qué pasó luego?

C: Unas naves Uri sobrevolaron mi posición, y rápidamente reconocí que eran bombarderos. Me metí en un edificio justo a tiempo para evitar las explosiones que reventaron la avenida en la que estaba unos minutos atrás, pero quedé aturdido por un buen rato antes de poder ponerme de pie. Estaba dentro de un gran hall, la luz rojiza del sol entraba por los huecos dejados por las explosiones y los ventanales rotos… y allí estaba aquel Uri, en su armadura de combate, mirándome con su único ojo a través del visor de su casco. No tenía armas de fuego, solo sus puños de tres dedos y su puñal; por lo visto se había perdido como yo.

E: ¿Qué sucedió?

C: Nos abalanzamos el uno contra el otro, chocamos, nos golpeamos, yo usé mis garras y mi cuchillo de batalla, él su puñal espiralado y toda la fuerza de la que disponía; era un feroz combatiente. Finalmente logré romper su defensa y apuñalarlo en el cuerpo, momento en que el Uri trastabilló y cayó al piso, con mi puñal aún clavado en el pecho. Yo estaba bajo tal frenesí que me abalancé sobre él, moliéndole el visor de su caso a puñetazos. Recuerdo que cuando el cristal se rompió un aire húmedo me golpeó la cara y que un olor a sal inundó mis fosas nasales: estaba oliendo el aire del mundo natal de aquel Uri. Aún hoy tengo una imagen congelada de ese momento en mi mente… en dónde puedo ver que el ojo de esa criatura me estaba pidiendo algo…

E: ¿Qué cosa?

C: Piedad… pero no pude dársela, estaba tan aterrado que no noté esto y mis puños siguieron golpeando… no sentí nada romperse, los Uri son mayormente invertebrados… para cuando me quise dar cuenta mis puños estaban golpeando la nuca del casco, atravesando un charco espeso de color celeste.

E: ¿Lamenta lo que pasó?

C: Todos los días, casi todo el dinero que hago hoy en día con mi nueva empresa es donado a la fundación de Huérfanos de Guerra Uri.

E: ¿Cómo tomó la noticia de que se había firmado la paz con los Uri, y que nos habían cedido uno de sus mundos?

C: El resultado de la guerra no me podía importar menos, ya habíamos retomado el mundo meses antes del fin del conflicto pero jamás fue roto el bloqueo y sus incesantes bombardeos. Cuando no escuché más explosiones y pude salir de mi refugio caí de rodillas y lloré mirando al cielo, lloré como un cachorro hasta que el sol salió por el horizonte… era de noche en mi ciudad al momento de la firma de la paz… y acababa de nevar.
 
Los siguientes textos han sido extraídos del capítulo introductorio del tomo “Primer Conflicto”, escrito por el actual gobernador de Qell, Perak Fen, ex combatiente de la Primera Flota Estelar y encargado de su reconstrucción luego de su derrota ante los Uri en el sistema Raprix.

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Parte Primera

Capítulo III

Los Motivos de Todas las Partes

Líneas Generales

Si bien nuestros Comisarios han intentado diluir las razones del conflicto a un simple enfrentamiento entre Especies Libres y Especies Dominadas, debo advertirle al lector que la verdad sobre los factores y hechos que desencadenaron la guerra fueron una mezcolanza de compuestos políticos, económicos e ideológicos altamente explosivos y complejos.

[...]

Muchos de los historiadores galácticos omitieron, en el tomo publicado el año pasado “Historia del Gran Enfrentamiento”, que los detonantes de la guerra pueden rastrearse y encontrarse no en el Consejo de Uri, sino en los Clanes de Guerreros Independientes Pelisimus, nación estelar culpable en todas las fuentes oficiales de desencadenar el enfrentamiento entre nosotros, nuestra aliada la República de Ciudadanos Mandasura, y los Uri.

Estos clanes, gobernados por una democracia apegada fuertemente a tradiciones que podrían definirse como medievales, estaban relativamente en paz con nosotros y su vecina la República de Mandasura hasta que vieron cómo se firmaba la Carta Federativa [...]. Pero antes de hablar en profundidad del infame “Discurso a la Debilidad”, debo hablar de nuestra aliada, la República de Ciudadanos Mandasura, que en ese tiempo era gobernado por, como nosotros, un Comisariado Militar, pero uno altamente volátil e impredecible.

[...]

República de Ciudadanos Mandasura

La República de los Mandasura era gobernada, antes de que comenzara el conflicto, por un sistema democrático en el cual los cargos públicos eran disputados ferozmente entre la población civil y la militar. Al jefe supremo del estado se lo llamaba “Comisario General” fuera cual fuera el origen del mismo, siendo no poco común que este puesto lo ostentara alguien que emergió de la esfera civil, careciendo completamente de experiencia militar en el espacio o la tierra.

Muchos en la Liga estábamos siempre atentos a las batallas discursivas que se desatan durante las elecciones en la República de los Mandasura, y como si fuera un deporte mirábamos los debates entre candidatos y reíamos ante semejante desunión entre los partidos políticos; muchos contemplábamos todas y cada una de las discusiones inútiles que se daban a menudo entre los aspirantes a Comisario General, soliéndonos reír una hora o dos… pero entonces uno de los candidatos dijo, cuando le preguntaron qué haría en caso de volverse el jefe supremo del estado, y cito sus palabras: “Formaré la primera federación de la galaxia, y la formaré con nuestros vecinos los Qell'Nudar” a lo que luego agregó, abriéndose de brazos, los cuatro (gesto entre los Mandasura que indica gran comodidad y seguridad) “¿Qué mejor aliado podríamos pedir para defender la libertad y la democracia en la galaxia?”

[...]

La noticia, en resumen, fue impactante para todos, pero más que nada en nuestra nación. Pero debo destacar como fue recibida en Qell, dónde uno de los comediantes más famosos del planeta, el señor Ilmas Wek, en su programa televisivo de sátira y comedia política, hizo más bien un chiste del tema, dejando caer su mandíbula y exagerando así una mueca de incredulidad. A continuación transcribiré lo dicho en ese programa, que salió al aire doce horas después de las declaraciones del candidato a Comisario General de los Mandasura:

*Ilmas Wek mira a los espectadores completamente relajado, sentado detrás de su icónico escritorio mientras sonríe tranquilamente*

“Todos estamos acostumbrados a escuchar de los Mandasura, sí, *aparece una foto de un Mandasura en un costado de la pantalla* esas plantas duras con cosas en su pecho que parecen ojos pero no lo son, y pensar ‘me pregunto qué cosas irán a decir los candidatos en esta elección’”

*Se muestra rápidamente un clip del candidato durante el debate cuando dice su propuesta*

*De vuelta al estudio se ve a Ilmas Wek boquiabierto y con los ojos bien abiertos sobreactuando con humor su incredulidad*

“Oh… Bueno… eso fue inesperado.”


Luego, el comediante lanzó un monólogo sobre las ventajas y desventajas de semejante asociación y se dice que con su análisis inclinó la balanza a favor de la formación de una federación con nuestros vecinos, pese a haber dejado en claro un par de puntos de importancia sobre las desventajas por venir.

El Consejo de Uri, por su parte, según las fuentes de las que disponemos gracias a la conquista reciente de Raprix, quedó pasmado ante esta noticia y rápidamente lanzó una serie de alarmas políticas para que los recursos del estado comenzaran a fluir hacia la flota y el ejército, en caso de que la federación se formara y nosotros decidiéramos lanzar un ataque contra ellos.

Hasta aquí, como podemos observar, no hubo un gran enturbiamiento del status quo político: el Consejo de Uri siempre nos odió y ya venía preparándose para una guerra, aunque defensiva y nunca con tanta urgencia; y la república de los Mandasura siempre había sido un aliado importante para nosotros, siendo conocimiento común que llegar al siguiente paso en nuestra asociación era cuestión de tiempo, aunque nadie se lo venía venir tan rápido. Los únicos que se sintieron verdaderamente ofendidos ante todo esto fueron los Clanes Pelisimus, que lanzaron inmediatamente una declaración pública intergaláctica diciendo “Mandasurans, creímos que eran guerreros”.


Se Funda la Federación

Dedicaré las siguientes líneas para describir como la propuesta de aquel político Mandasuran dio un golpe desestabilizador a la vida cotidiana de nuestros conciudadanos: Los militaristas de la rama más dura de la política se opusieron fervientemente a una asociación de semejante índole y dejaban en claro su disconformidad en dónde fuera que se encontrasen; los pacifistas vieron en la posible federación una oportunidad de hacer negocios más libremente con nuestros vecinos; los igualitaristas consideraron seriamente la propuesta como una forma de mejorar la seguridad interestelar; y los xenófilos intensificaron sus esfuerzos políticos para ganar relevancia y llevar a buen término la asociación.

Sorprendentemente para todos, aquel candidato que propuso fundar la federación ganó las elecciones por cuatro votos de diferencia, y a los siete meses de haber asumido nos propuso la creación de la Primera Federación Intergaláctica de Pueblo Libres (para ese entonces ya existía una Federación en la galaxia, compuesta por oligarquías espiritualistas, pero para mantener su noción de “primera federación” el nuevo Comisario General Mandasuran cambió un poco los términos y el concepto de nuestra federación). Lo que siguió fue un ferviente debate entre nuestros políticos y nuestro Comisario General sobre si se debía aceptar la propuesta de una unificación política-militar de tal envergadura.

Finalmente, tras un par de meses de conversaciones, se llegó a un acuerdo y se fundó la federación. Y no más de una semana después de eso los Clanes de Guerreros Independientes Pelisimus lanzaron su infame “Discurso a la Debilidad”, declarándole la guerra a la República de Ciudadanos Mandasuran, a la cual planeaban anexar por completo. Pero los clanes no venían solos a la contienda, puesto que con ellos estaba el Consejo de Uri, cuyo objetivo era humillarnos, y para ello acudió al conflicto con una flota de potencia devastadora. El comediante Ilmas Wek dijo ni bien se tuvo información de las capacidad bélicas de la flota Uri “¿No es que eran pacifistas estos tipos? Dudo mucho que esos cañones en sus naves repartan paz, esperanza y fe a sus enemigos.”

Muchas gracias por leer, realmente no me esperaba que nadie leyera nada, y mucho menos que alguien respondiera algo o se interesara. Sin lugar a dudas llegaré a escribir algo más sobre líneas generales y en la próxima parte puede que toque un poco más la geografía galáctica para que se puedan ubicar un poco más sobre dónde se desarrollan los acontecimientos, también planeo hablar de cómo es que los ejércitos de clones se desarrollaron y como terminó el conflicto y que llevó a su fin. ¡Muchas gracias por leer y que tengan buen día!
 
Me gusta mucho tu estilo, explicando los hechos desde el punto de vista de los ciudadanos normales de tus dominios (los programas de humor, una entrevista, etc). No es una simple lista de batalla y contendientes.

El comediante Ilmas Wek dijo ni bien se tuvo información de las capacidad bélicas de la flota Uri “¿No es que eran pacifistas estos tipos? Dudo mucho que esos cañones en sus naves repartan paz, esperanza y fe a sus enemigos.”
También pensé lo mismo en ver el signo pacifista en tus enemigos :p
 
Los siguientes son unos artículos publicados en la revista científica “Acción Genética”, de la Liga de Qell. La revista en cuestión comenzó a ser distribuida al público en el año mismo en que se descubrió el vuelo interestelar, siendo la que leeremos a continuación la publicación número 523 desde esa primera edición. En ella, un grupo de científicos, simplificando términos y formas de describir las cosas, para así alcanzar a un público más amplio, detallan cómo el estudio activo y sin restricciones sobre los individuos y poblaciones de alienígenas primitivos facilitó el avance en neurología, manipulación genética, sociología y, finalmente, clonación:

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Ética en el Estudio de Primitivos, Discusiones de Ayer y Hoy

Por Rald Vun

[...]

Fue con el descubrimiento de los Sondrithan que los Qell’Nudar nos percatamos de la necesidad de plantearnos un interrogante nunca antes cuestionado por considerarse cosa de ficción: ¿Cuál es nuestra obligación y nuestro deber para con las criaturas inteligentes primitivas?

Hoy en día, esta pregunta sigue circulando por los pasillos de las grandes academias planetarias, sin encontrar una respuesta universalmente aceptada. Nuestra opinión, que es la que prevalece por ahora en este campo, es que tenemos mucho que ganar al disponer completamente de estos seres que son tecnológica, psicológica y filosóficamente inferiores a nosotros, aunque cabe señalar que ésta visión está perdiendo fuerza en el presente.

Cada vez más y más científicos señalan el dilema ético y moral que existen en nuestros estudios, pidiendo que los mismos sean cancelados y prohibidos en todos los dominios de la Liga, señalando, además, que los mismos no son necesarios para el rápido avance de las ciencias, como lo fue en el pasado.

¿Pero qué seríamos los Qell’Nudar sin los permisos que nos otorga el Comisariado Militar para estudiar activamente a seres con una inteligencia sensible? Pues claramente no seríamos la nación más avanzada en la galaxia en cuanto respecta a genética y sociología; tampoco tendríamos a nuestra disposición la tecnología necesaria para la creación masiva de ejércitos de clones, que salvan a nuestros jóvenes de estar en el frente de batalla, en planetas foráneos de características adversas.

Los científicos encargados de esta revista y muchos otros estamos preocupados de las consecuencias que acarrearían la cancelación de los estudios activos sobre los primitivos. Hacer esto seguramente provocaría mucho daño a los estudios Xenologicos, genéticos y médicos, cosa que no debería permitirse en nombre de la Liga y el poder de sus Ciencias Aplicadas.

[...]


Clonación Avanzada

Por Monak Vagas

Fue gracias a los miles y miles de sujetos de prueba que tuvimos a disposición que pudimos avanzar tan rápido en lo que concierne a la clonación de individuos ya maduros con conocimientos técnicos preconcebidos. Sin estos sujetos de prueba hubiera tomado décadas, quizá siglos, llegar al nivel tecnológico que tenemos hoy.

Muchos de los primitivos de los que dispusimos murieron durante o después de los experimentos, otros fueron regresados a su mundo, ya fuera porque no nos servían y no tenían traumas irreparables o porque simplemente debían cumplir con un propósito entre los suyos, y varios siguen en nuestros centros de investigación, listos para ser utilizados en futuros experimentos genéticos, médicos, sociológicos o psicológicos.

Nuestra actual versatilidad administrativa en lo que concierne al manejo de las colonias Qell es en parte producto de estos experimentos, incluso las terapias psicológicas y médicas lo son. Casi todas nuestras comodidades y avances se los debemos a estos primitivos, que el Comisario General respeta claramente al dejarlos seguir independientes, viviendo en la dulce ignorancia del pasado y la nostalgia, siempre bajo nuestra protección.

Muchos de los que están leyendo estas líneas no desearán saber los detalles de los experimentos que hicimos con los individuos, como aquellos que disfrutan de la carne de los Merekir desconociendo el proceso mediante el cual se obtiene, pero para aquellos que lo deseen, pueden ir a la página de la universidad de xenosociología de Qell y entrar en el apartado “Estudios Sobre Primitivos”: ftlw.Xenosociología.cem.ac.ql

Ahora hablemos de la clonación, cosa que conseguimos luego de décadas trabajando con individuos. Primero aprendimos a clonar el ADN, un paso significativo pero insuficiente para nuestros propósitos, luego conseguimos generar embriones sin necesidad de usar ninguna de las células reproductivas de los progenitores, los cuales dejamos en vientres o huevos artificiales para simular lo natural.

Con esto se dio también, obviamente, la creación de placenta artificial de la cual los embriones obtienen los nutrientes para crecer. A la primera camada la vimos crecer de forma natural, sin saltarnos ningún estadio de su gestación, y una vez que emergieron los liberábamos de vuelta en sus mundos, en zonas rurales controladas y vigiladas en secreto, para ver si se desarrollaban con normalidad y si podían reproducirse; podían, afortunadamente, hacer ambas cosas.

Luego comenzamos a acelerar el proceso de gestación de los individuos en nuestros laboratorios, teniendo crías de los primitivos que previamente necesitaban trece meses de gestación en solo once, luego en ocho, y tras muchas pruebas y errores, terminamos gestándolos en veinte días, el mínimo alcanzado.

Pero aún no conseguíamos que estos tuvieran conocimientos preconcebidos ni que siguieran en el vientre artificial hasta una edad más avanzada. Tuvimos que hacer muchos experimentos, tuvimos que recoger muchas muestras de la superficie; incluso hubo que empezar de cero en muchas ocasiones, o retomar teorías y modelos de aplicación descartados con anterioridad. Pero finalmente lo conseguimos, y el primer clon con habilidades de combate nació. Éste fue probado en simulaciones y eliminado en ellas; luego volvimos a clonarlo con algunos ajustes, y fue eliminado nuevamente; finalmente, tras miles de intentos, logramos tener a un clon que superó todas las pruebas, al cual aplaudimos con entusiasmo antes de desecharlo.

[...]

Gracias por leer, la verdad es que he estado ocupado últimamente, y no he vuelto a jugar a esta partida desde prácticamente la primera parte de este AAR, en parte porque tengo mucho por escribir de la misma, como ser la Segunda Guerra Uri y la Invasión de los Clanes, y también escribir los cambios políticos que sacudieron a los contendientes de la primera guerra, ja, mucho que hacer, y también porque no tengo tiempo para jugar la verdad :T, bueno, nos leemos la próxima
 
Los siguientes párrafos son extractos de la novela trágica “Muerte en la Lanza de los Dioses”, texto muy popular entre los miembros de los Clanes Pelisimus. La misma fue escrita por un superviviente de la Gran Guerra contra la Liga de Qell y la República Mandasuran, y en ella se detallan las vivencias de un individuo durante la guerra.

“El silencio fue absoluto, nadie se atrevió a lanzar un grito de alegría ante la victoria.
Pasmados y petrificados en nuestros lugares vimos como la última corveta de los Mandasuran flotaba inerte en el espacio, moviéndose hacia nosotros, muerta y apagada, mientras escuchábamos la voz artificial de nuestros sensores que nos decían: ‘señales de vida nulas; no se detectan fuentes de energía operacionales’.
Nos dimos cuenta entonces que nuestros enemigos eran realmente débiles y frágiles, y empezamos a temer que no encontraríamos honor ni gloria en las batallas por venir.”


“Ninguno de todos nuestros escuderos podía creer que las fuerzas de defensa planetaria de los Mandasuran se rindieran tan rápidamente ante nuestra fuerza de invasión. Muchos pensaron que se les había robado la posibilidad de morir con gloria y honor en un campo de batalla, tanto a ellos como a nuestros enemigos.
Pero quizá lo peor fue que nos pasamos los siguientes ciclos solares supervisando el desarme de los Mandasuran, y no faltó aquel de los nuestros que opinara que sería mejor devolverles las armas y obligarlos a luchar hasta la muerte contra nosotros.”


“[...]. Cuando los videos que los Paladines nos dieron terminaron, todos quedamos como estúpidos ante la adrenalina que corría por nuestras raíces y hojas. Esos Qell’Nudar se defendían con garras y dientes, y los Uri fueron aplastados bajo su coraje y resolución en Vallaj Mog. Ellos serían grandes enemigos, si tan solo fueran nuestro objetivo y no la insípida república. Y fue entonces que uno de nuestros Ancianos convocó una Junta de Guerreros.”


“Las opciones estaban sobre la mesa, las discusiones habían terminado, ahora nos tocaba votar: o nos quedábamos y seguíamos conquistando los mundos lejanos de la república, o nos dirigíamos a la Constelación Sagrada de la Lanza, dónde se encontraba Qell, el mundo natal de los Qell’Nudar.
[...] la suerte estaba echada, y el resultado fue claro: todos los guerreros, tanto los de la flota como los del ejército, optamos por ir a combatir contra los Qell’Nudar.”


“Qell estaba defendido, cuando llegamos al sistema, por un puerto espacial y una estación estática de defensa fuertemente armada y rodeada por un campo minado. El puerto estaba equipado con un sistema de misiles guiados y se encontraba produciendo corbetas de guerra en los astilleros a un ritmo acelerado, puesto que la flota principal de los Qell’Nudar había sido derrotada por los Uri y no se sabía dónde estaba, si seguía existiendo o siquiera cuándo y dónde volvería a aparecer.
Embriagados con la idea de una muerte honorable en batalla nos abalanzamos hacia adelante, enfrentándonos de lleno contra los misiles y los proyectiles de plasma. [...]
[...]
Cuando finalmente la victoria estaba cayendo en nuestras manos, cuando por fin podíamos estar tranquilos de que los muertos habían partido al más allá con honor y gloria, escuchamos una alarma en nuestros sensores y vimos como tres corbetas estallaban y se partían en mil pedazos ante nosotros... La flota perdida de los Qell’Nudar había aparecido de repente, y sin perder ni un segundo había abierto fuego contra nosotros y nuestros compañeros de armas.
Nuestro Paladín Supremo rápidamente dio la orden de encarar la nueva amenaza, y fácilmente se pudo sentir la emoción en su voz: la batalla estaba más interesante que nunca, y se había vuelto una oportunidad para ganar gran honor y gloria.
Al principio supimos que cualquiera podía ganar, y esto lo sabíamos todos, tanto los Qell’Nudar como nosotros. Las dos flotas, sobre todo la de los Qell’Nudar, estaban en un estado más que deplorable, y las bajas habían debilitado nuestras fuerzas... por esto cualquiera podía ganar.
[...]
La batalla ya llevaba unos días, nuestro Paladín Supremo había muerto y nuestras fuerzas estaban en desventaja numérica tras una sucesiva cadena de corvetas destruidas en rápida sucesión por los destructores enemigos. Ahora nos estaba comandando el Anciano Comandante, y este estaba dispuesto a dar la orden del deshonor:
‘Retírense’
‘¿Qué hay de las tropas de asalto? –Se quejó un Jefe— Si nos retiramos la distorsión espacio-temporal les impedirá saltar tras nosotros.’
‘Si quieren partir al más allá con la cabeza en alto diciendo que lucharon y murieron contra los Qell’Nudar aquí en Qell, háganlo, yo prefiero retirarme ahora y decirle a mis ancestros que defendí a los clanes y nuestro mundo de nuestros enemigos.’
[...]”


“Y el Anciano tenía razón, una vez que los Qell’Nudar se rearmaron vinieron a nuestros dominios con una poderosa flota e interminables ejércitos de clones, conquistando planeta tras planeta y sistema tras sistema, liberaron a la República Mandasuran en poco más de un mes, la cual también se rearmó a una velocidad impresionante y nos atacó con fuerza. El Anciano murió en batalla sobre nuestro mundo de origen, y yo me salvé de casualidad en una cápsula de escape cuando mi nave estaba explotando. Fui hecho prisionero por los Qell’Nudar... [...] y fue así como perdimos nuestro poder, y la guerra.”

Y bueno, al fin terminé esta parte, ahora a dormir, y luego a trabajar, que la comida no se paga de otra forma... más adelante escribiré tanto sobre el final de la guerra y sus consecuencias, como también un cierre para este AAR, porque como podrán ver esto no es un AAR común y corriente, es más una especie de novela sobre textos y otras cosas...
 
*clap, clap, clap*

Entre sonoros aplausos, mientras se quita su gorra como comandante de la Tecnocracia Suri, avanzó hasta el centro del escenario mientras las luces se encendían de nuevo.

- Damas y caballeros, hoy hemos acabado de visualizar otro honorable episodio de la gran Liga de Qell , de los poderosos a la par que sabios Qell'Nudar. Pero como vuestro Comandante, vuestro guardián de las muchas aberraciones que pueblan el frío y solitario espacio exterior os pregunto... -los brazos extendidos, una sonrisa que suma carisma por segundos, un silencio teatral, el público está preparado-...Queremos seguir viendo y leyendo sobre los Qell o nos quedaremos con las pantallas apagadas?

*Miles de gargantas rugen al mismo tiempo, sus pies golpean incesantemente el suelo, sus puños se alzan al aire una y otra vez, un solo sonido hace temblar aquella cúpula... Qell! Qell! Qell!*

Espero que mi aportación literaria para entrar en el rol de la historia no te moleste, me sumo a las gentes de Suri diciendo que gran relato, que gran AAR, con ganas de conocer más a sus gentes, sus guerras y sus vivencias.
 
El siguiente texto es un extracto del libro “Primer Conflicto” de Perak Fen, en dónde se detalla la razón detrás del letargo de los Uri durante la guerra.


Parte XX​

Capítulo XVI​

Apuñalado por la Espalda​

Muchos libros han intentado dar motivos aparentemente lógicos para justificar el comportamiento Uri luego de su derrota en la superficie de Vallaj Mog, pero la gran mayoría son propagandísticos o simplemente falsos. Los autores y equipos de “investigación” han dado teorías profundamente contaminadas de ideología y agendas políticas, lo que ha llevado a un catalogable cuerpo de teorías sobre qué hizo que la flota Uri permaneciera en la órbita de Vallaj Mog hasta el final de la guerra, ignorando objetivos estratégicos que sin dudas les hubiera dado una ventaja en el conflicto y probablemente una victoria que no los obligara a ceder uno de sus mundos en las firmas de paz. Algunos han escrito que dicho comportamiento se debió a que siempre estuvieron esperando la segunda flota de invasión terrestre, que nunca llegó, mientras que otro grupo sostiene que este comportamiento se dio por un motín entre las filas de la flota, que se rebelaron contra las órdenes del Consejo Religioso para así saciar una sed de venganza incontrolable contra los habitantes y defensores del planeta sobre el que orbitaban.

Pero ambas teorías no podrían estar más alejadas de la realidad: los Uri no estaban esperando como cachorros perdidos la llegada de refuerzos, mucho menos sabiendo que nuestras fragatas bloqueaban los accesos al sistema y cazaban a toda nave hostil; tampoco había un motín entre los oficiales de la flota, si algo voy a destacar de los Uri es que pese a su pacifismo tienen un orden militar fuertemente disciplinado que casi los hace guerreros envidiables.

No, los motivos son más profundos y solo pueden rastrearse en el mismísimo Consejo de Uri, dónde los diferentes Templos batallaban entre sí para conseguir más adeptos y poder dentro del Consejo. Y fueron el Templo de la Disciplina, el Templo de la Gloria y el Templo de la Diosa, junto a una docena de templos menores, los que no dudaron en capitalizar la derrota en Vallaj Mog.

Y fue entonces que las cosas se complicaron para el Templo de la Esperanza, que gobernaba en ese momento junto al Templo del Dios Sereno, el Templo de la Llama Primigenia y un puñado de templos menores muy populares: la flota dejó de recibir sus órdenes, el chantre simplemente no podían comunicarse con los capitanes de las naves; los adeptos de todos los templos de la alianza gobernante comenzaron a recibir información sobre la situación de la guerra y lo que estaba en juego; y el Consejo Religioso se agitó y convulsionó en consecuencia.

El chantre del Templo de la Esperanza, que precedía el ahora caótico Consejo de Uri, sabía bien qué estaba pasando, pero era ineficaz a la hora de enfrentar a los templos que planeaban su caída puesto que la guerra ya había drenado casi toda su credibilidad e influencia. Y eso queda claro en una comunicación que interceptamos de la flota en órbita sobre Vallaj Mog, y que fue la última en ser escuchada hasta el final de la guerra.

Capitán de la Flota: Aquí el Templo del Vacío… sacerdotisa Sler’Fuj, este canal es solo para el Chantre del Consejo, cortaré la comunicación.

Sler’Fuj: Yo no haría eso, Capitán, a no ser que desee ser visto como un hereje cuando regrese a Uri.

C: ¡¿Cómo se atreve a amenazarme?! ¡El chantre escuchará es esto!

S: El chantre sostiene el poder, sí, pero eso solo le queda suficiente para manejar el consejo por uno o dos año más, y eso si ganamos la guerra… puede estar seguro, capitán, que la dirigencia del Consejo descansará en los Tres Templos Originales, los cuales siempre debieron ser los únicos en tener voz y voto en nuestro gran dominio.

C: ¿¡Esta loca, sacerdotisa!? Este no es el momento para sus juegos políticos. Acabamos de perder incontables vidas en la superficie de Vallaj Mog y aún estamos mandando equipos de rescate cuando sabemos de supervivientes.

S: Por lo visto no atiende a la Verdad, así que lo dejaré claro, para que entienda con mayor facilidad: si acata las órdenes del chantre no podrá volver a Uri cuando la guerra termine, será un monstruo sanguinario que luchó contra el Espíritu de la Paz para saciar la sed de poder de un hereje que nos gobernó bajo engaño, y así los adeptos del Templo del Vacío quedarán desacreditados para siempre. Si, en cambio, cortas las comunicaciones con el chantre, volverás a casa como un héroe de guerra, que intentó luchar contra el mal que representan los Qell’Nudar en la galaxia, y el Templo del Vacío tendrá un lugar en el nuevo orden.

C: Pero si no hacemos nada…

S: Sé muy bien que los Qell’Nudar ganarán esta guerra, y algunos de los nuestros sufrirán bajo su dominio, pero es un precio a pagar por el Despertar de la Verdadera Fe. Los Qell ya han derrotado a los Pelisimus y su flota ha sido reconstruida y mejorada a una velocidad que no pensábamos posible; una lucha ahora nos costaría mucho, y habrá más guerras en el futuro, guerras más importantes que ésta a la que nuestro chantre nos ha arrastrado. Ahora dime, capitán, qué eliges.


No hubo respuesta del capitán, y tampoco ninguna otra comunicación posterior a esta. Es obvio que el Templo del Vacío, como se llama al cuerpo de flotas civiles y militares de los Uri, decidieron rendirse ante la inevitable revolución política que estaba aconteciendo en su gobierno.

Gracias @Borrel, la verdad es que me inspiraste a escribir más y me alegraste el día, he estado en una suerte de hiatus por cuestiones personales. En la siguiente entrega voy a explicar tanto qué pasaba en el Consejo de Uri y qué sucedió al finalizar la guerra, además de como se llegó a su conclusión
 
La siguiente es una carta publicada en la sección “Voces de Otros Mundos” de la revista “Cultura Lejana”, publicada por el Partido Reformista Xeno. En la misma se pueden leer las palabras de un sacerdote Uri llamado Govace, que le habla al veterano de guerra Von Fagas, quien previamente había dado una entrevista publicada en la revista “Progreso”. El Uri en cuestión es residente de Raff’Fujj, del sistema Raprix cedido a la Liga de Qell al finalizar el Primer Conflicto.


“Mis palabras se atropellan, cortándose entre ellas como un cardumen compacto de peces aleta afilada, cuando pienso en el Uri que asesinaste en Vallaj Mog, Von Fagas. Pero, al mismo tiempo, debes saber que tanto yo, como muchos otros de los míos, descansamos aliviados al saber que nuestro semejante no murió solo, víctima de una bomba o una ráfaga de plasma disparada desde algún punto lejano en el campo de batalla.
La muerte, para los nuestros, es algo más trágico que para un Qell’Nudar, puesto que nosotros, a diferencia de ustedes que tienen la certeza de que decenas de almas llorarán su partida al Mar del Descanso, no tenemos ninguna garantía de que alguien nos vaya a recordar o a extrañar.
Pero en vez de hablar de nuestra Fe Colectiva, de esos puntos en común que atan a todas las creencias y los templos de los Uri, prefiero hablar de aquel guerrero anónimo que falleció en Vallaj Mog bajo los puños frenéticos de Von Fagas, puesto que con los datos que aportó en su testimonio podemos rearmar más o menos su mentalidad en los momentos previos a perecer.
Aquel Uri, que Von Fagas encontró solo en un edificio ruinoso, no había sido arrastrado, como él, por las fuertes mareas de la guerra, sino que había ido allí voluntariamente para encontrar la paz antes de la muerte. Esto es común entre los nuestros cuando sentimos que se acerca nuestra hora: nos conformamos y llegamos a buen término con la realidad, que es la muerte de todas las cosas, y nos recluimos para no molestar a los demás y poder meditar en silencio y tranquilidad.
También cabe destacar que mi semejante no llevaba consigo armas de fuego, y por eso puedo suponer que estaba buscando contemplar su propio Reflejo en el estanque de la mente, para así beber la alegría de sus acciones pasadas.
Si bien mi hermano de fe estaba desarmado, careciendo de arma alguna capaz de hacer daño a distancia, debo destacar que llevaba un cuchillo, pero no cualquier cuchillo; éste, por la forma espiralada con la que se lo describió, era una daga ceremonial del Templo de la Llama Primigenia. Esto nos da a entender que aquel Uri era un fiel adepto a los dioses de la pasión, que atraen a sus adeptos a las Profundidades Luminosas con un remolino de emociones descontroladas cuando mueren.
Obviamente, como todo ser que aprecia su vida y su presente, y siguiendo a pie de la letra su fe, aquel Uri se lanzó al combate. Si él ganaba la lucha hubiera seguido con su plan de esperar la muerte en un lugar apartado, pero como perdió podemos decir algo para Von Fagas, a quien le agradecemos su valiente hazaña.
La última mirada de nuestro semejante pedía piedad, sí, pero no la piedad que tú crees: estaba pidiendo la mayor misericordia que se le puede dar a un Uri que está por morir y su petición solo puede traducirse en una palabra... “Recuérdame”

En el siguiente AAR voy a contar qué ocurrió durante y después de la victoria de los Qell y los Mandasuran, ahora quería darle un cierre a la historia de aquel Uri que enfrentó a Von Fagas