En estos momentos en el foro inglés de historia hay una interesante discusión sobre la Armada, y se ha mencionado este artículo. Como me ha parecido notable, creo que lo voy a ir traduciendo (es largo)
La Derrota de la Armada Inglesa y el Resurgimiento Naval Español en el siglo XVI : Una Revisión Minuciosa de la Armada Invencible, sus Resultados Inmediatos, Sus Efectos a Largo Plazo, y su Desconocido Epílogo
Mitos desenmascarados y Hechos Sorprendentes
1589: La Expedición de Drake y Norris a Portugal
por Wes Ulm, Harvard University personal website, URL:
http://www.people.fas.harvard.edu/~ulm/history/sp_armada.htm, © 2004.
Introducción: El rey Felipe y la Guerra de los 20 Años
Muchas obras históricas relatan la famosa campaña de la Armada de 1588 entre la flota española y su enemiga inglesa como una especie de confrontación militar señalada y aislada que alteró radical e inmediatamente la suerte de los dos contendientes. Según la historia que se cuenta con frecuencia España, la potencia hegemónica en Europa antes de la campaña, quedó anonadada por una derrota absoluta, cediendo el control de los mares a la nación isleña del norte. Probablemente hayan leido que como resultado los ingleses y la Europa del norte en general pudieron dedicarse sin cortapisas a la exploración y la colonización del hemisferio occidental y Norteamérica en particular, una región que hasta entonces había sido un satélite de España y
su navegante vecino en la Península Ibérica, Portugal. España decreció hasta la insignificancia política y militar, se dice, mientras Inglaterra canibalizaba su imperio en el Nuevo Mundo y se hacia con la preeminencia. Pero esta descripción de la campaña de la Armada, perturbadoramente frecuente, es también falsa por completo y ni siquiera trata de relatar el
sorprendente epílogo de este combate naval — del que España saldría paradojicamente reforzada en su dominio de los mares, en vez de contemplar su decadencia. Este resurgimiento naval español tendría repercusiones masivas que continuan hasta el día de hoy - afectando el mapa de las Américas, reforzando el poder del Parlamento en Inglaterra al drenar los ingresos de la Corona, e incluso implicando a Irlanda y su atormentada historia.
La Campaña de la Armada no fue un conflicto aislado, sino tan solo una batalla en una larga y cruel guerra que implicaba no solo a España e Inglaterra, sino a toda la Europa Occidental en las ambiciones del rey de España, Felipe II. Esta 'Guerra de los 20 Años' se extendió desde los años centrales de la década de 1580 hasta 1604, y fue ni mas ni menos que la primera guerra guerra mundial: sus combates se libraron en el continente europeo, en las junglas de Panamá y el Caribe, en las cálidas aguas de la costa atlántica europea, bañadas por la Corriente del Golfo, y en las frías inmensidades del Pacífico. De hecho, el curso de los acontecimientos
después de la singladura de la Armada es fascinante, y en muchos aspectos por completo opuesto a lo que se asume y describe usualmente. Quizá la campaña individual más decisiva de la guerra no fuese la de la Armada Invencible, sino un combate mucho peor conocido librado en tierra y mar por España e Inglaterra en 1589, el año siguiente al intento de invasión de Inglaterra por España. En ese año un Armada Invencible inglesa mandad en parte por sir Francis Drake, el famoso corsario, lanzó una atrevida operación anfibia con una serie triple de objetivos, dirigida a quebrar el poderío de la corona española. Estuvo cerca del éxito, pero al final su derrota fue total y llena de drásticas consecuencias.
El resultado de la campaña de 1589 tendría inmensas consecuencias para la historia de la colonización en el hemisferio occidental, para el equilibrio de poder en el continente europeo, y para la melancólica y trágica historia de Irlanda. Y lo más importante, al contrario de lo que con frecuencia se asume, España saldría reforzada de la década que siguió a la Armada, con una marina renovada que era definitivamente capaz de rechazar los ataques de los bucaneros y transportar con seguridad los metales preciosos desde las Américas. La Inglaterra isabelina fue la perdedora en la mayoría de las restantes batallas con España, tanto en tierra como en el mar, y acabó inestable y endeudada, sus ambiciones coloniales arruinadas y sus recursos
socavados por una agotadora guerra de guerrillas en Irlanda. Ciertamente Inglaterra no dominó las mares tras el incidente de la Armada; España siguió controlando las aguas durante muchas décadas antes de que su cetro pasara a los holandeses, y después se produjera la titánica lucha entre Inglaterra y Francia por el dominio de las rutas marítimas en el siglo XVIII. La historia de la guerra angloespañola de finales del siglo XVI es mucho más compleja que el
titular periodístico ralativo a la Armada usualmente empleado, y también muchísimo más intrigante. El punto decisivo del conflicto no fue la derrota de la Armada Invencible española en 1588, sino el desastre de la Inglesa en 1589. Y en ambos incidentes jugó un pael destacado la aún fascinante figura de ese legendario marino inglés, sir Francis Drake, y un examen más
detallado de la expedición de 1589 a España y Portugal ayuda a iluminar mejor el carácter de Drake en toda su extraordinaria multidimensionalidad. La derrota de la Armada Invencible Inglesa en 1589, mal conocida pero notablemente significativa en sus consecuencias, se relata en este artículo.
La Derrota de la Armada Inglesa y el Resurgimiento Naval Español en el siglo XVI : Una Revisión Minuciosa de la Armada Invencible, sus Resultados Inmediatos, Sus Efectos a Largo Plazo, y su Desconocido Epílogo
Mitos desenmascarados y Hechos Sorprendentes
1589: La Expedición de Drake y Norris a Portugal
por Wes Ulm, Harvard University personal website, URL:
http://www.people.fas.harvard.edu/~ulm/history/sp_armada.htm, © 2004.
Introducción: El rey Felipe y la Guerra de los 20 Años
Muchas obras históricas relatan la famosa campaña de la Armada de 1588 entre la flota española y su enemiga inglesa como una especie de confrontación militar señalada y aislada que alteró radical e inmediatamente la suerte de los dos contendientes. Según la historia que se cuenta con frecuencia España, la potencia hegemónica en Europa antes de la campaña, quedó anonadada por una derrota absoluta, cediendo el control de los mares a la nación isleña del norte. Probablemente hayan leido que como resultado los ingleses y la Europa del norte en general pudieron dedicarse sin cortapisas a la exploración y la colonización del hemisferio occidental y Norteamérica en particular, una región que hasta entonces había sido un satélite de España y
su navegante vecino en la Península Ibérica, Portugal. España decreció hasta la insignificancia política y militar, se dice, mientras Inglaterra canibalizaba su imperio en el Nuevo Mundo y se hacia con la preeminencia. Pero esta descripción de la campaña de la Armada, perturbadoramente frecuente, es también falsa por completo y ni siquiera trata de relatar el
sorprendente epílogo de este combate naval — del que España saldría paradojicamente reforzada en su dominio de los mares, en vez de contemplar su decadencia. Este resurgimiento naval español tendría repercusiones masivas que continuan hasta el día de hoy - afectando el mapa de las Américas, reforzando el poder del Parlamento en Inglaterra al drenar los ingresos de la Corona, e incluso implicando a Irlanda y su atormentada historia.
La Campaña de la Armada no fue un conflicto aislado, sino tan solo una batalla en una larga y cruel guerra que implicaba no solo a España e Inglaterra, sino a toda la Europa Occidental en las ambiciones del rey de España, Felipe II. Esta 'Guerra de los 20 Años' se extendió desde los años centrales de la década de 1580 hasta 1604, y fue ni mas ni menos que la primera guerra guerra mundial: sus combates se libraron en el continente europeo, en las junglas de Panamá y el Caribe, en las cálidas aguas de la costa atlántica europea, bañadas por la Corriente del Golfo, y en las frías inmensidades del Pacífico. De hecho, el curso de los acontecimientos
después de la singladura de la Armada es fascinante, y en muchos aspectos por completo opuesto a lo que se asume y describe usualmente. Quizá la campaña individual más decisiva de la guerra no fuese la de la Armada Invencible, sino un combate mucho peor conocido librado en tierra y mar por España e Inglaterra en 1589, el año siguiente al intento de invasión de Inglaterra por España. En ese año un Armada Invencible inglesa mandad en parte por sir Francis Drake, el famoso corsario, lanzó una atrevida operación anfibia con una serie triple de objetivos, dirigida a quebrar el poderío de la corona española. Estuvo cerca del éxito, pero al final su derrota fue total y llena de drásticas consecuencias.
El resultado de la campaña de 1589 tendría inmensas consecuencias para la historia de la colonización en el hemisferio occidental, para el equilibrio de poder en el continente europeo, y para la melancólica y trágica historia de Irlanda. Y lo más importante, al contrario de lo que con frecuencia se asume, España saldría reforzada de la década que siguió a la Armada, con una marina renovada que era definitivamente capaz de rechazar los ataques de los bucaneros y transportar con seguridad los metales preciosos desde las Américas. La Inglaterra isabelina fue la perdedora en la mayoría de las restantes batallas con España, tanto en tierra como en el mar, y acabó inestable y endeudada, sus ambiciones coloniales arruinadas y sus recursos
socavados por una agotadora guerra de guerrillas en Irlanda. Ciertamente Inglaterra no dominó las mares tras el incidente de la Armada; España siguió controlando las aguas durante muchas décadas antes de que su cetro pasara a los holandeses, y después se produjera la titánica lucha entre Inglaterra y Francia por el dominio de las rutas marítimas en el siglo XVIII. La historia de la guerra angloespañola de finales del siglo XVI es mucho más compleja que el
titular periodístico ralativo a la Armada usualmente empleado, y también muchísimo más intrigante. El punto decisivo del conflicto no fue la derrota de la Armada Invencible española en 1588, sino el desastre de la Inglesa en 1589. Y en ambos incidentes jugó un pael destacado la aún fascinante figura de ese legendario marino inglés, sir Francis Drake, y un examen más
detallado de la expedición de 1589 a España y Portugal ayuda a iluminar mejor el carácter de Drake en toda su extraordinaria multidimensionalidad. La derrota de la Armada Invencible Inglesa en 1589, mal conocida pero notablemente significativa en sus consecuencias, se relata en este artículo.