Hola fanáticos de la historia moderna. Saludos desde Santiago a la medianoche del ultimo sabado de noviembre.
Como les conté cuando me presenté en el hilo oficial (disculpas por aparecerme tan esporádicamente, pero proyectos y ayudantías me consumen gran parte del tiempo) estoy haciendo mi tesis de maestría sobre las relaciones internacionales de España y Francia durante el siglo XVI. Este semestre lo dediqué a leer, y he sacado algunas conclusiones bastante interesantes.
En primer lugar, he podido trazar una línea de tiempo que me permite hablar con propiedad de que, parafraseando a Ferdinand Lot, la Edad Moderna comenzaría recién en 1494, con la invasión de Carlos VIII a Italia, puesto que la lucha entre España y Francia sería la primera lucha nacional en Europa. A mi juicio 1453 no es un quiebre puesto que la reacción es pasiva y solo en el siglo XVI se concebiría al Imperio Otomano como una amenaza. En cuanto al Descubrimiento de América, hay que precisar que Colón no es "moderno" en el sentido estricto de la palabra, puesto que todavía cree que está impulsado por una misión divina a encontrar la ruta a la India y así lograr la conquista cristiana de Jerusalén.
Sabiendo la era de inicio, he podido inferir con claridad que el proceso de conformación de los Estados Nacionales en Europa encuentra su conclusión en 1588, cuando el sueño de una Europa unida en torno a la fe católica se rompe en mil pedazos con la derrota de la Invencible en el Canal de la Mancha.
En cuanto a la geografía política de la Europa del siglo XVI, he podido identificar en parte dos puntos de tensión. El primero es la expansión otomana de las primeras décadas, que se aceleraría con la llegada al trono de Solimán el Magnífico en 1520. El avance otomano ya alcanzaba la actual Argelia, y eso alarmaba a los españoles, debido a la alianza entre Solimán y Francisco I, que convirtió al Mediterráneo en una zona de alta peligrosidad. A la tensión política se une, en 1517 la tensión ideológica, cuando Lutero clava sus 95 tesis en Wittemberg y paulatinamente, se va conformando un norte protestante frente a un sur católico, que chocarían finalmente en la segunda mitad del siglo.
Tomando como base este eje cronológico, es posible identificar tres claras "identidades", en el sentido de los trabajos de Laville, que entran en tensión permanente, tanto interna como externa. Primeramente, se ha podido identificar una "identidad cristianocatólica" que abarca España, Francia y los estados italianos.
A esta identidad se opone, al norte de los Alpes, la "identidad protestante" cuyos principales portaestandartes serían primero los principados alemanes del norte y posteriormente, la Holanda rebelde y la Inglaterra isabelina.
Separada de estas tensiones, es posible encontrar la "identidad musulmana" que abarca gran parte de la Europa oriental y el norte africano, en constante choque con las potencias cristianocatólicas. Sin embargo, se logra una mayor cohesión e internalización del ideal otomano, debido a su concepción social.
En cuanto a la base bibliográfica que se dispone, es de vital ayuda la obra de Lapeyre sobre las monarquías europeas del siglo XVI. Asimismo, el libro de Perez sobre los Reyes Católicos es una buena base para entender una España en transformación. Asimismo, descubrí una tesis de 1959 sobre los Reyes Católicos y su política interna. También es util el aporte de historiadores ingleses como McKinney, St. Aubyn, Elton o Bindoff, cuyas obras, a pesar de estar escritas hace 40 años, siguen teniendo vigencia actualmente. Por su parte, no se puede despreciar el aporte de mi compatriota Marco Antonio Huesbe, de la Escuela de Derecho de la Universidad de Valparaíso, quien ha trabajado el tema del Estado Moderno desde su época de doctorando en Alemania, junto a Patricio Carvajal.
Para el Imperio Otomano, son útiles las obras de Stanford Shaw, Halil Inalcik y Colin Imber. Generalmente, son muy pocos quienes trabajan el tema del Imperio, debido en particular a la reticencia que muestran los turcos actuales a hablar de dicho tema, en especial por el espinoso asunto del genocidio armenio.
No se puede dejar de lado al clásico manual de la Universidad de Cambridge sobre la Historia del Mundo Moderno, del cual han sido de utilidad los tres primeros volúmenes. Tampoco el clásico texto de la Historia de la Edad Media de Salvador Claramunt, cuyos ultimos temas son de gran ayuda para esta investigación. Y por supuesto, no se puede dejar de lado a Manuel Alvarez Fernández y su notable biografía de Carlos V.
Tampoco se puede dejar fuera a José María Jover y a Karl Brandi, y sus notables estudios sobre Carlos V, y los nuevos estudios de John Lynch en 2000 y el libro coordinado por María Jesús Rubiera, sobre Carlos V, los moriscos y el Islam.
En materia de fuentes, se dispone de varias crónicas españolas que, con la rigurosidad característica de estos escritores (que tienen aun en la era de Internet sus continuadores), proporcionan una gran cantidad de antecedentes sobre el tema. Los clásicos Comentarios de Antonio de Herrera y la Historia General del Mundo del mismo autor, son esenciales para comprender este tema. De la misma manera, he logrado encontrar las crónicas de Prudencio de Sandoval, Pero Mexia, Alonso de Santa Cruz y Esteban de Garibay. Para los Reyes Católicos se dispone de la crónica de Hernando del Pulgar, corregida y aumentada en la edición de 1780. Por vía electronica, también se ha podido acceder a la crónica de Gonzalo Jimenez de Quesada, escrita como respuesta a un tal Jovio, por lo que bautizó su obra como el Antijovio.
¿Que opina la comunidad sobre mi tema de tesis de maestría? Interesante, ¿no creen?
Como les conté cuando me presenté en el hilo oficial (disculpas por aparecerme tan esporádicamente, pero proyectos y ayudantías me consumen gran parte del tiempo) estoy haciendo mi tesis de maestría sobre las relaciones internacionales de España y Francia durante el siglo XVI. Este semestre lo dediqué a leer, y he sacado algunas conclusiones bastante interesantes.
En primer lugar, he podido trazar una línea de tiempo que me permite hablar con propiedad de que, parafraseando a Ferdinand Lot, la Edad Moderna comenzaría recién en 1494, con la invasión de Carlos VIII a Italia, puesto que la lucha entre España y Francia sería la primera lucha nacional en Europa. A mi juicio 1453 no es un quiebre puesto que la reacción es pasiva y solo en el siglo XVI se concebiría al Imperio Otomano como una amenaza. En cuanto al Descubrimiento de América, hay que precisar que Colón no es "moderno" en el sentido estricto de la palabra, puesto que todavía cree que está impulsado por una misión divina a encontrar la ruta a la India y así lograr la conquista cristiana de Jerusalén.
Sabiendo la era de inicio, he podido inferir con claridad que el proceso de conformación de los Estados Nacionales en Europa encuentra su conclusión en 1588, cuando el sueño de una Europa unida en torno a la fe católica se rompe en mil pedazos con la derrota de la Invencible en el Canal de la Mancha.
En cuanto a la geografía política de la Europa del siglo XVI, he podido identificar en parte dos puntos de tensión. El primero es la expansión otomana de las primeras décadas, que se aceleraría con la llegada al trono de Solimán el Magnífico en 1520. El avance otomano ya alcanzaba la actual Argelia, y eso alarmaba a los españoles, debido a la alianza entre Solimán y Francisco I, que convirtió al Mediterráneo en una zona de alta peligrosidad. A la tensión política se une, en 1517 la tensión ideológica, cuando Lutero clava sus 95 tesis en Wittemberg y paulatinamente, se va conformando un norte protestante frente a un sur católico, que chocarían finalmente en la segunda mitad del siglo.
Tomando como base este eje cronológico, es posible identificar tres claras "identidades", en el sentido de los trabajos de Laville, que entran en tensión permanente, tanto interna como externa. Primeramente, se ha podido identificar una "identidad cristianocatólica" que abarca España, Francia y los estados italianos.
A esta identidad se opone, al norte de los Alpes, la "identidad protestante" cuyos principales portaestandartes serían primero los principados alemanes del norte y posteriormente, la Holanda rebelde y la Inglaterra isabelina.
Separada de estas tensiones, es posible encontrar la "identidad musulmana" que abarca gran parte de la Europa oriental y el norte africano, en constante choque con las potencias cristianocatólicas. Sin embargo, se logra una mayor cohesión e internalización del ideal otomano, debido a su concepción social.
En cuanto a la base bibliográfica que se dispone, es de vital ayuda la obra de Lapeyre sobre las monarquías europeas del siglo XVI. Asimismo, el libro de Perez sobre los Reyes Católicos es una buena base para entender una España en transformación. Asimismo, descubrí una tesis de 1959 sobre los Reyes Católicos y su política interna. También es util el aporte de historiadores ingleses como McKinney, St. Aubyn, Elton o Bindoff, cuyas obras, a pesar de estar escritas hace 40 años, siguen teniendo vigencia actualmente. Por su parte, no se puede despreciar el aporte de mi compatriota Marco Antonio Huesbe, de la Escuela de Derecho de la Universidad de Valparaíso, quien ha trabajado el tema del Estado Moderno desde su época de doctorando en Alemania, junto a Patricio Carvajal.
Para el Imperio Otomano, son útiles las obras de Stanford Shaw, Halil Inalcik y Colin Imber. Generalmente, son muy pocos quienes trabajan el tema del Imperio, debido en particular a la reticencia que muestran los turcos actuales a hablar de dicho tema, en especial por el espinoso asunto del genocidio armenio.
No se puede dejar de lado al clásico manual de la Universidad de Cambridge sobre la Historia del Mundo Moderno, del cual han sido de utilidad los tres primeros volúmenes. Tampoco el clásico texto de la Historia de la Edad Media de Salvador Claramunt, cuyos ultimos temas son de gran ayuda para esta investigación. Y por supuesto, no se puede dejar de lado a Manuel Alvarez Fernández y su notable biografía de Carlos V.
Tampoco se puede dejar fuera a José María Jover y a Karl Brandi, y sus notables estudios sobre Carlos V, y los nuevos estudios de John Lynch en 2000 y el libro coordinado por María Jesús Rubiera, sobre Carlos V, los moriscos y el Islam.
En materia de fuentes, se dispone de varias crónicas españolas que, con la rigurosidad característica de estos escritores (que tienen aun en la era de Internet sus continuadores), proporcionan una gran cantidad de antecedentes sobre el tema. Los clásicos Comentarios de Antonio de Herrera y la Historia General del Mundo del mismo autor, son esenciales para comprender este tema. De la misma manera, he logrado encontrar las crónicas de Prudencio de Sandoval, Pero Mexia, Alonso de Santa Cruz y Esteban de Garibay. Para los Reyes Católicos se dispone de la crónica de Hernando del Pulgar, corregida y aumentada en la edición de 1780. Por vía electronica, también se ha podido acceder a la crónica de Gonzalo Jimenez de Quesada, escrita como respuesta a un tal Jovio, por lo que bautizó su obra como el Antijovio.
¿Que opina la comunidad sobre mi tema de tesis de maestría? Interesante, ¿no creen?