Voy a iniciar mi relato corto basandome en una idea practicamente utopica, la de un reino Occitano (comprendiendo como tal las provincias de la actual Francia, que en su dia fueron occitanas) que ha de luchar por sobrevivir y tal vez llegar a ser potencia. Debido a que es una idea casi descabellada, he preferido no utilizar ningun nombre historico, asi que todos los personajes seran inventados.
Espero que podais perdonar mi falta de rigor historico y que los que leais esto lo veais como una historia, que tal vez hubiera estado bien.
Para facilitarme el trabajo, las relaciones diplomaticas y los nombres de los personajes de otros reinos tambien seran inventados, para darle mayor logica al Imperio Occitano, y no encontrarnos con cosas extremadamente chocantes.
Por otro lado no voy a poder introducir ningun tipo de ilustracion, ya que aqui en el exilio carezco de ellas
Bueno, esperando poder captar vuestro interes, y por otro lado soltar mi vena escritora, comienzo este relato.
YA era de dia. Remi "il Beau" se habia despertado temprano aquella maniana, casi no habia dormido. Las noticias que le habian llegado el dia anterior le habian dejado intranquilo; por que querria su padre, el Rey, verlo en palacio tan urgentemente? Algo grave habia tenido que suceder, pero... el que? Hacia mas de dos anios que habian vencido al frances en los campos de Toulouse con ayuda de aragoneses, anglos y polacos. El papa, gracias a la influencia templaria, habia perdonado el catarismo, lo que hacia entre ver anios de paz y tranquilidad para Occitania. El Mediterraneo era un mar seguro para ellos, ahora que contaban con la ayuda de la Corona de Aragon, y su flota era moderna y estaba tripulada por veterenos genoveses, incluso el comercio volvia a florecer, despues de los anios de la guerra...
No encontraba explicacion, tal vez no tuviera que ir a Toulouse para hablar del reino, tal vez tuviese que ir por que algo habia sucedido en la familia. Fuera lo que fuese, la solucion no estaba en quedarse pensativo. Se vistio rapidamente, mando que ensillaran su caballo he hizo llamar a Velmont "il Brave", su primo, su amigo y su hombre de confianza.
Juntos acompaniados por un pequenio sequito partieron hacia la capital occitana que se encontraba a dos dias de camino.
Mientras en Toulouse el tiempo pasaba, y Raymond I, Rey de Occitania, esperaba con impaciencia a su hijo y al resto de su corte. algo como aquello no podia hacerse esperar. Maldijo el dia en el que creyo que la liberacion occitana era cosa facil, y se maldijo asi mismo por renunciar a su enriquecimiento personal en favor de un pueblo que le adoraba. Pero asi era el, un hombre fuerte y decidido, no contaba mas de 45 anios, y sus brazos se conservaban fuertes, al igual que serena su cabeza, su porte era envidiado, y la justicia era su mayor virtud. Solo se podia quejar de una cosa, era demasiado impulsivo, y ahora se arrepentia.
Espero que podais perdonar mi falta de rigor historico y que los que leais esto lo veais como una historia, que tal vez hubiera estado bien.
Para facilitarme el trabajo, las relaciones diplomaticas y los nombres de los personajes de otros reinos tambien seran inventados, para darle mayor logica al Imperio Occitano, y no encontrarnos con cosas extremadamente chocantes.
Por otro lado no voy a poder introducir ningun tipo de ilustracion, ya que aqui en el exilio carezco de ellas
Bueno, esperando poder captar vuestro interes, y por otro lado soltar mi vena escritora, comienzo este relato.
YA era de dia. Remi "il Beau" se habia despertado temprano aquella maniana, casi no habia dormido. Las noticias que le habian llegado el dia anterior le habian dejado intranquilo; por que querria su padre, el Rey, verlo en palacio tan urgentemente? Algo grave habia tenido que suceder, pero... el que? Hacia mas de dos anios que habian vencido al frances en los campos de Toulouse con ayuda de aragoneses, anglos y polacos. El papa, gracias a la influencia templaria, habia perdonado el catarismo, lo que hacia entre ver anios de paz y tranquilidad para Occitania. El Mediterraneo era un mar seguro para ellos, ahora que contaban con la ayuda de la Corona de Aragon, y su flota era moderna y estaba tripulada por veterenos genoveses, incluso el comercio volvia a florecer, despues de los anios de la guerra...
No encontraba explicacion, tal vez no tuviera que ir a Toulouse para hablar del reino, tal vez tuviese que ir por que algo habia sucedido en la familia. Fuera lo que fuese, la solucion no estaba en quedarse pensativo. Se vistio rapidamente, mando que ensillaran su caballo he hizo llamar a Velmont "il Brave", su primo, su amigo y su hombre de confianza.
Juntos acompaniados por un pequenio sequito partieron hacia la capital occitana que se encontraba a dos dias de camino.
Mientras en Toulouse el tiempo pasaba, y Raymond I, Rey de Occitania, esperaba con impaciencia a su hijo y al resto de su corte. algo como aquello no podia hacerse esperar. Maldijo el dia en el que creyo que la liberacion occitana era cosa facil, y se maldijo asi mismo por renunciar a su enriquecimiento personal en favor de un pueblo que le adoraba. Pero asi era el, un hombre fuerte y decidido, no contaba mas de 45 anios, y sus brazos se conservaban fuertes, al igual que serena su cabeza, su porte era envidiado, y la justicia era su mayor virtud. Solo se podia quejar de una cosa, era demasiado impulsivo, y ahora se arrepentia.
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