canarias said:
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Aún así se lanzaron ataques frontales para mantener fijadas a las guarniciones, y el coste para las DI's alemanas que los llevaron a cabo fue bastante elevado.
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Nunca hubo tales ataques frontales contra la línea Maginot: los franceses se equivocaron solos desplegando 4 ejércitos detrás de la línea, en apoyo de los 200.000 efectivos de la guarnición de la fortaleza... lo que les aseguraba una ventaja de 4:1 ¡¡en defensa!! :wacko:
El plan Amarillo jamás planteó un ataque directo contra la línea, ni siquiera con fines diversivos.
Lo único que necesitaron hacer los alemanes, que conocían muy bien el despliegue francés, fue reforzar la equivocación del alto mando francés, desplegando 2 ejércitos bajo el mando de von Leeb y haciendo "ruido" para hacerles creer a sus enemigos que tratarían de irrumpir por ahí. Ese ruido consistió en un intenso tráfico radial y de reconocimiento aéreo, de forma tal que la inteligencia francesa tragó el cebo y confirmó la impresión de los octogenarios mariscales de Francia: que esta vez los alemanes atacarían por el S a través de la Maginot una vez que el avance por Bégica hubiera progresado suficientemente, y que lo que venía advirtiendo un impertinente brigadier recién ascendido (De Gaulle y su previsión de una irrupción masiva por Luxemburgo), era algo entre estúpido e
imposible.
Cuando se produjo la ruptura en las Ardenas, ya era demasiado tarde para intentar redesplegar al menos 3 de aquellos 4 ejércitos para hacer algo más eficaz: París estaba por caer, Hoth estaba a punto de llegar al mar, Alemania dominaba el espacio aéreo francés y bombardeaba nudos y puentes ferroviarios a voluntad, y el frente se deterioraba rápidamente... así que se quedaron por ahí, intentando formar un frente hacia al N, solo para ser arrollados por el cpo. panzer de Guderian, seguido por los Ejércitos II y XII que tras rebasar Luxemburgo y el extremo N de la línea viraron hacia el S.
Recién el el 17 de junio los alemanes atacaron a la fortaleza en 2 puntos: en Bitche y Colmar para ayudar a reducir la bolsa que se había formado en el sector de Espinal. Pero no fue un ataque frontal (que habría estado condenado al fracaso, o en el mejor de los casos habría producido muchas bajas innecesarias): se inflitraron con pequeñas unidades de zapadores que se encargaron de cortar alambradas y comunicaciones, abrir pasillos en los campos de minas, y neutralizar los fortines y reductos que protegían a los fuertes principales.
El 25 de junio, aún cuando todavía no había sido completamente rodeada ni tomada, la línea se rindió obedeciendo las órdenes de su gobierno.