kaoss said:En realidad la carta es falsa, se la inventó un tío en los 70 e hizo lo del jefe indio para darle más dramatismo.
No lo sabía ¡qué sorpresa! ¡otro mito que cae!
kaoss said:En realidad la carta es falsa, se la inventó un tío en los 70 e hizo lo del jefe indio para darle más dramatismo.
Vacceo said:Me permito añadir a tu sugerencia un cómic que personalmente adoro: Yo Jerónimo de Jean Giraud (usease, Moebius).
General Kajer said:La verdad es que no sabemos nada de nada. Lo que dicen nuestros antepasados o lo que nos han legado, ¿hasta que punto es fidedigno? ¿Podemos creerlo? ¿Están sus enseñanzas, datos, información, libre de prejuicios, interéses, errores?
Damas y caballeros, si nisiquiera sabemos a ciencia cierta que pasa HOY en nuestro planeta, ¿que sabremos de lo que pasó ANTAÑO?
Si no sabemos que pasa en nuestro vecindario, más que en lineas muy generales y muy seguramente de forma errónea y/o parcial, ¿qué sabremos de lo que pasa ALLENDE LOS MARES?
Yo, personalmente, tras largos años de estudio, y de corroborar las fuentes escritas y orales, visitar los lugares que previamente he estudiado en los libros, etc, he llegado a la conclusión de que nada es certero.
Por lo tanto TODO ha podido ser posible. Por lo tanto NO SÉ NADA. Puaj, sólo puedo conjeturar y suponer. No me sirve para emitir un juicio. Así que NO SÉ, NO CONTESTO (para no errar).
Muchos filósofos van a ir a tu casa a pegarteVacceo said:Kager, todo historiador (o filólogo, o filósofo, o...) asume que conocer el pasado es algo para empezar complicado por la sencilla razón de que el objeto de estudio simplemente no existe.![]()
Soldier_Fortune said:Un poco más al W (al otro lado del Pacífico S), tenemos Nueva Zelanda.
Era una isla deshabitada, virgen y que había seguido un curso evolutivo ajeno al resto del planeta, hasta que llegaron los primeros mahoríes desde otras islas distantes y diminutas de la Polinesia, algunos siglos antes de que el capitán Cook navegara por allí.
Aquello debió haberles parecido inmenso. Por lo que se internaron tierra adentro en pequeños grupos mixtos, que prosperaron y fundaron diferentes clanes que de vez en cuando se encontraban, intercambiaban bienes... y también genes.
La clave de su prosperidad estaba en un ave inmensa (como el doble de grande que un avestruz), que no volaba y que era tan mansa (no tenía depredadores naturales) que se dejaba matar con menos resistencia que un borrego.
Así que era una fuente de alimento formidable; tanto, que los mahoríes dejaron de lado sus antiguas tradiciones marineras y de pesca, y prefirieron quedarse en los valles y bosques neocelandeses.
Incluso se hicieron extremadamente sibaritas: del dodo solo aprovechaban la cadera y los contramuslos, que al precer era lo más sabroso. El resto (como la abundante pero presumiblemente más seca pechuga) lo desechaban.
El caso es que todo apunta a que creció la población y por tanto la presión sobre los dodos. Tal vez habría que añadir períodos de incubación largos o costumbres de apareamiento con celos cortos y periódos sin celo muy largos.
Pero finalmente los dodos empezaron a escasear.
Incluso los mahoríes llegaron a incendiar bosques para hacer salir a los últimos dodos de sus escondites.
Y no solo eso: la competencia por el sustento suscitó la agresividad entre los diferentes clanes. Ya no se veían como "iguales que inspiraran amores fraternos", sino como competencia en la dura lucha por la subistencia.
De esa época al parecer vienen sus tradiciones guerreras, sus tatuajes y escarificaciones, sus armas, sus tácticas de combate y sus cantos de guerra (como el hacka conque los All Blacks halagan a sus rivales antes de cada partido de rugby, en el que prometen que los "harán pedazos y se los comerán vivos", literalmente).
Y lo de literalmente alude a que los mahoríes antes de la llegada de los británicos, practicaban el canibalismo ritual.
Cuando los ingleses se asentaron en Nueva Zelanda, del dodo gigante solo quedaban esqueletos que suscitaron el interés de los paleontólogos.
Como en las novelas de misterio, si la desparición de la megafauna coincide en el tiempo con la llegada del hombre, entonces, tendremos unas "pruebas circustanciales" que sitúan al "presunto responsble" cerca de las víctimas. Motivo, medio y oportunidad, señoríaBogorchu said:Por otra parte, lo de la extinción de los animales prehistóricos americanos debido al hombre es sólo una teoría.
Kgw said:Como en las novelas de misterio, si la desparición de la megafauna coincide en el tiempo con la llegada del hombre, entonces, tendremos unas "pruebas circustanciales" que sitúan al "presunto responsble" cerca de las víctimas. Motivo, medio y oportunidad, señoría![]()
Bogorchu said:Sólo quería precisar que esas aves gigantes se llamaban "moas", los dodos eran de isla Mauricio.
...
Kgw said:Como en las novelas de misterio, si la desparición de la megafauna coincide en el tiempo con la llegada del hombre, entonces, tendremos unas "pruebas circustanciales" que sitúan al "presunto responsble" cerca de las víctimas. Motivo, medio y oportunidad, señoría![]()
Puede que eso sea cierto en algún caso puntual, abogado...
Así que: dime que tienes algo más que pruebas circunstanciales para acusarme, abogado...
¿Lo tienes, abogado...?
Soldier_Fortune said:[MODO VOZ DE ROBERT DE NIRO/ON]
Puede que eso sea cierto en algún caso puntual, abogado...
Así que: dime que tienes algo más que pruebas circunstanciales para acusarme, abogado...
¿Lo tienes, abogado...?
[MODO VOZ DE ROBERT DE NIRO/OFF]![]()
![]()