Capítulo 6. Vidas cruzadas
Parte II: Numiel
“Hay una vía elevada, manifiesta en el cielo sereno; tiene el nombre de Láctea y es visible por su propia blancura.
Por aquí hay un camino para los dioses hacia el palacio del gran Tonante y hacia su morada real.
A derecha e izquierda se llenan los atrios de los dioses nobles, abiertas las puertas.
La plebe vive en lugares apartados entre sí.
En esta parte los poderosos e ilustres habitantes del cielo colocaron sus Penates.
Éste es el lugar al que, si se le concediera audacia a mis palabras, no temería llamar el Palatino del Gran Cielo”
Numiel avanzaba por el pasillo 0-V1D-10 de la popa de “su” nave. Le gustaba referirse a ella así, recalcando que era de su propiedad. Enfatizándolo. Incluso la había bautizado de forma extraoficial con el nombre de “Vidas Kruzadas”. En realidad, solo era el capitán y la nave pertenecía a los Kustodi0s del N0-Di0s…bueno, al Imperi0 Kustodi0, casi nadie utilizaba ya el antiguo término, que había quedado limitado a su uso como un mero formalismo. Muchas voces, las menos conservadoras, pedían un cambio definitivo en el nombre. Numiel sabía que a Anael le preocuparía más la posición en las estadísticas de la Red Galáctica que el nombre con el que aparecía. Por eso era el mejor y más sabio líder Kustodi0.
Se dirigía a la habitación de Linno, un Kustodi0 que había sido preseleccionado por Rizoel como principal responsable para difundir la doctrina “anaeliana” en el siguiente destino al que se dirigía, la nueva colonia Xhampiñia en el sistema Sastran. Un planeta árido que había servido para afianzar las fronteras en la parte norte y darle un “mordisquito” más al territorio de unas muy debilitadas orugas. Un punto muy estratégico dentro del mapa geopolítico de esa zona del Anill0.
Y cuyo objetivo sería abarrotarlo de esclavos fungoratas que produjesen importantes cantidades de minerales y comida para el imperio, a un coste bajísimo. A quien le importaba la calidad de vida de los infectos fungoides varelviv. Eran animales, inferi0res. Estaban allí para servirl0s. “Otro éxito de Anael”, pensaba Numiel.
Linno era uno de tantos; aquellos que preferían abandonar la vida en la luna de Alahelada, dónde solo podían habitar Kustodi0s, para “calentar sus alas” durante un tiempo en mundos áridos o desérticos, aunque estuviesen llenos de sucios esclavos fungoratas y babosas.
El plan de estos Kustodi0s siempre era hacer dinero rápido y crearse un buen curriculum durante unos años para intentar luego alcanzar un hueco en la selecta, sectaria y elitista sociedad de la Catedral. O -¿por qué no permitirse soñar?- en los magníficos mundos del anillo del Coraz0n de Di0s.
Por ello, Linno viajaba junto con algunos miles de Kustodi0s más, que formarían parte del cuerpo militar y policial en la nueva colonia. Básicamente, se dedicarían a reprimir todo posible atisbo de revuelta fungorata. Sabiendo que el viejo sanguinari0 de Luciferus era el nuevo gobernador de la colonia, Numiel tenía claro que lo harían con verdadera mano dura. De hecho, el título que ahora ostentaba Luciferus era el de Gobernador de Sector.
El Imperi0 había atravesado una situación macrologística sin precedentes en cuánto al límite de colonias, por lo que se había decidido dotar de cierta autonomía legal y fiscal a esta nueva colonia. A Numiel no le había gustado esta decisión pero Rizoel, el “ala derecha” del emperador, le había explicado que había sido una obligación ineludible. El imperio no atravesaba ahora problemas de energía ni de minerales. Su economía estaba bastante saneada. Pero sufrían una crisis de “influencia” importante. Numiel sabía que no era culpa de Anael...
Era debido a que las arcaicas estructuras organizativas del imperio se habían resentido tras una expansión tan rápida.
Era lógico, no habían sido diseñadas para una sociedad que se llegase a extender por tantos planetas, a varios años luz del Oj0 de Di0s. Con un estructura social tan compleja. Rizoel aseguraba que ese era el principal motivo de la “Iniciativa anaeliana”, aunque sus enemigos políticos, como el propio Luciferus, lo acusarían de Tiran0 si se enteraban de sus planes. Por eso se estaba preparando todo de forma secreta, encubierta.
En realidad, Numiel entendía muy bien al joven Linno. La vida en Tundra Titán, de donde él mismo procedía, no era más fácil que en Alahelada. No todos los Kustodi0s procedían de una Estirpe de renombre...o sabían cómo falsearla.
Lo cierto es que vivir en estos planetas de climas tan adversos tenía efectos devastadores en el “bienestar” Kustodi0.
Numiel pretendía también ganarse un buen puesto en la capital kustodia, algún cargo político relevante cuando se formase la facción de forma oficial, quizás incluso solicitar una adopci0n de un Tanque…En ese momento, sonó la alarma de la nave. La voz de uno de sus asistentes en la cubierta le dijo a través del intercomunicador que era un situación conflictiva en una de las bodegas de carga fungorata de la zona trasera de la nave.
Numiel decidió entonces dirigirse en persona hacia allí inmediatamente, ya que en realidad se encontraba bastante cerca físicamente. Solo debería coger un ascensor que lo llevase 165 pisos más abajo y estaría justo al lado de la puerta de la bodega. ¡Qué curioso! Era exactamente el mismo almacén donde había eliminado a la espía humana hacía unas semanas, el número N1-V3N, y donde ahora estaban reubicados muchos fungoratas, para de esta forma optimizar el espacio libre disponible en la nave de transporte, tras la parada en el mundo-anillo.
Legar al lugar serían menos de diez minutos. El asunto del candidato Linno tendría que esperar. Numiel no quería problemas en la “Vidas Kruzadas”. No quería llamar la atención y que su secreta misión pudiese verse perjudicada. Cuando por fin llegó a dicho almacén, pudo observar con sorpresa por la holopantalla de la entrada que el propio Linno, junto con otro grupo de Kustodi0s, estaban atacando con armas láser el cargamento de fungoratas. Varios cadáveres varelviv yacían ya por el suelo.
Numiel se quedó horrorizado. No por las importantes pérdidas económicas ya perpetradas por el grupo, tampoco porque Linno estuviese totalmente fuera de sí, estrangulando a un fungorata con sus propias manos mientras gritaba incoherentes eslóganes xenófobos …sino porque en una holopantalla cercana, el mismísimo Luciferus presenciaba toda la escena, hablando con Linno y animándole, como si existiese cierta complicidad entre ellos….en su nave.
Tendría que hablar con Rizoel inmediatamente para buscar un nuevo candidato.
Parte II: Numiel
“Hay una vía elevada, manifiesta en el cielo sereno; tiene el nombre de Láctea y es visible por su propia blancura.
Por aquí hay un camino para los dioses hacia el palacio del gran Tonante y hacia su morada real.
A derecha e izquierda se llenan los atrios de los dioses nobles, abiertas las puertas.
La plebe vive en lugares apartados entre sí.
En esta parte los poderosos e ilustres habitantes del cielo colocaron sus Penates.
Éste es el lugar al que, si se le concediera audacia a mis palabras, no temería llamar el Palatino del Gran Cielo”

Numiel avanzaba por el pasillo 0-V1D-10 de la popa de “su” nave. Le gustaba referirse a ella así, recalcando que era de su propiedad. Enfatizándolo. Incluso la había bautizado de forma extraoficial con el nombre de “Vidas Kruzadas”. En realidad, solo era el capitán y la nave pertenecía a los Kustodi0s del N0-Di0s…bueno, al Imperi0 Kustodi0, casi nadie utilizaba ya el antiguo término, que había quedado limitado a su uso como un mero formalismo. Muchas voces, las menos conservadoras, pedían un cambio definitivo en el nombre. Numiel sabía que a Anael le preocuparía más la posición en las estadísticas de la Red Galáctica que el nombre con el que aparecía. Por eso era el mejor y más sabio líder Kustodi0.

Se dirigía a la habitación de Linno, un Kustodi0 que había sido preseleccionado por Rizoel como principal responsable para difundir la doctrina “anaeliana” en el siguiente destino al que se dirigía, la nueva colonia Xhampiñia en el sistema Sastran. Un planeta árido que había servido para afianzar las fronteras en la parte norte y darle un “mordisquito” más al territorio de unas muy debilitadas orugas. Un punto muy estratégico dentro del mapa geopolítico de esa zona del Anill0.

Y cuyo objetivo sería abarrotarlo de esclavos fungoratas que produjesen importantes cantidades de minerales y comida para el imperio, a un coste bajísimo. A quien le importaba la calidad de vida de los infectos fungoides varelviv. Eran animales, inferi0res. Estaban allí para servirl0s. “Otro éxito de Anael”, pensaba Numiel.

Linno era uno de tantos; aquellos que preferían abandonar la vida en la luna de Alahelada, dónde solo podían habitar Kustodi0s, para “calentar sus alas” durante un tiempo en mundos áridos o desérticos, aunque estuviesen llenos de sucios esclavos fungoratas y babosas.

El plan de estos Kustodi0s siempre era hacer dinero rápido y crearse un buen curriculum durante unos años para intentar luego alcanzar un hueco en la selecta, sectaria y elitista sociedad de la Catedral. O -¿por qué no permitirse soñar?- en los magníficos mundos del anillo del Coraz0n de Di0s.

Por ello, Linno viajaba junto con algunos miles de Kustodi0s más, que formarían parte del cuerpo militar y policial en la nueva colonia. Básicamente, se dedicarían a reprimir todo posible atisbo de revuelta fungorata. Sabiendo que el viejo sanguinari0 de Luciferus era el nuevo gobernador de la colonia, Numiel tenía claro que lo harían con verdadera mano dura. De hecho, el título que ahora ostentaba Luciferus era el de Gobernador de Sector.

El Imperi0 había atravesado una situación macrologística sin precedentes en cuánto al límite de colonias, por lo que se había decidido dotar de cierta autonomía legal y fiscal a esta nueva colonia. A Numiel no le había gustado esta decisión pero Rizoel, el “ala derecha” del emperador, le había explicado que había sido una obligación ineludible. El imperio no atravesaba ahora problemas de energía ni de minerales. Su economía estaba bastante saneada. Pero sufrían una crisis de “influencia” importante. Numiel sabía que no era culpa de Anael...

Era debido a que las arcaicas estructuras organizativas del imperio se habían resentido tras una expansión tan rápida.

Era lógico, no habían sido diseñadas para una sociedad que se llegase a extender por tantos planetas, a varios años luz del Oj0 de Di0s. Con un estructura social tan compleja. Rizoel aseguraba que ese era el principal motivo de la “Iniciativa anaeliana”, aunque sus enemigos políticos, como el propio Luciferus, lo acusarían de Tiran0 si se enteraban de sus planes. Por eso se estaba preparando todo de forma secreta, encubierta.
En realidad, Numiel entendía muy bien al joven Linno. La vida en Tundra Titán, de donde él mismo procedía, no era más fácil que en Alahelada. No todos los Kustodi0s procedían de una Estirpe de renombre...o sabían cómo falsearla.

Lo cierto es que vivir en estos planetas de climas tan adversos tenía efectos devastadores en el “bienestar” Kustodi0.

Numiel pretendía también ganarse un buen puesto en la capital kustodia, algún cargo político relevante cuando se formase la facción de forma oficial, quizás incluso solicitar una adopci0n de un Tanque…En ese momento, sonó la alarma de la nave. La voz de uno de sus asistentes en la cubierta le dijo a través del intercomunicador que era un situación conflictiva en una de las bodegas de carga fungorata de la zona trasera de la nave.
Numiel decidió entonces dirigirse en persona hacia allí inmediatamente, ya que en realidad se encontraba bastante cerca físicamente. Solo debería coger un ascensor que lo llevase 165 pisos más abajo y estaría justo al lado de la puerta de la bodega. ¡Qué curioso! Era exactamente el mismo almacén donde había eliminado a la espía humana hacía unas semanas, el número N1-V3N, y donde ahora estaban reubicados muchos fungoratas, para de esta forma optimizar el espacio libre disponible en la nave de transporte, tras la parada en el mundo-anillo.
Legar al lugar serían menos de diez minutos. El asunto del candidato Linno tendría que esperar. Numiel no quería problemas en la “Vidas Kruzadas”. No quería llamar la atención y que su secreta misión pudiese verse perjudicada. Cuando por fin llegó a dicho almacén, pudo observar con sorpresa por la holopantalla de la entrada que el propio Linno, junto con otro grupo de Kustodi0s, estaban atacando con armas láser el cargamento de fungoratas. Varios cadáveres varelviv yacían ya por el suelo.
Numiel se quedó horrorizado. No por las importantes pérdidas económicas ya perpetradas por el grupo, tampoco porque Linno estuviese totalmente fuera de sí, estrangulando a un fungorata con sus propias manos mientras gritaba incoherentes eslóganes xenófobos …sino porque en una holopantalla cercana, el mismísimo Luciferus presenciaba toda la escena, hablando con Linno y animándole, como si existiese cierta complicidad entre ellos….en su nave.
Tendría que hablar con Rizoel inmediatamente para buscar un nuevo candidato.