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No sabría decir, pero es que le tengo cariño, como al CK "uno" y al EU2... Al Vicky "uno" aún le odio las pops, todo he de decirlo.
 
No sabría decir, pero es que le tengo cariño, como al CK "uno" y al EU2... Al Vicky "uno" aún le odio las pops, todo he de decirlo.
el vicky uno es el unico jugable, el otro es un juego en el que pasan cosas sin que te enteres
 
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Capítulo seis: Exiliados.

El 10 de abril José Antonio Primo de Rivera realizó un viaje digno de una novela de espías. Tras importunar a Hitler no cediendo a sus propuestas y preservando su libertad de maniobra, y tras bloquear los intentos de Hitler de convertir al antiguo general (ahora coronel) Juan Yagüe en comandante de la legión de voluntarios españoles de las SS, el líder falangista propuso buscar posibles soldados entre los refugiados nacionales en Francia.

Así fue como, mientras se disputaba la encarnizada batalla de Narvik, José Antonio partió hacia el campo de Argelès-sur-Mer, donde estaban concentrados cerca de 60.000 españoles. Ahora había menos, pues muchos de los 100.000 concentrados originales habían optado por regresar a España aprovechando la amnistía del gobierno republicano.

Muchos habían cruzado la frontera en enero de 1939. Todo había empezado cuando, tras destrozar Rojo el frente extremeño en julio y romper Casado las lineas franquistas en Brunete, el agotado ejército republicano sacó fuerzas de flaqueza y había hecho retroceder a Queipo hasta las puertas de Sevilla. Cuando otro imposible (que el ejército del Ebro cruzara el río y amenazara con marchar sobre Zaragoza) tuvo lugar y la moral franquista se sacudió, no hizo falta más que una pequeña ruptura del frente en Guadalajara para que todo se viniera abajo.

Engañados por las fintas extremeñas y aragonesas, las reservas nacionales habían volados hacia esos puntos. De repente cientos de tanques T-26, cazas I-16 y bombarderos SB-2 habían aparecido de la nada y provocado un hundimiento del frente. Para cuando se supo de la traición francesa, que había abierto las fronteras y permitido la llegada en masa de cientos de toneladas de armas, incluídos unos centenares de cañones del soixante-quince, los republicanos estaban en Bilbao y las fuerzas franquistas de Aragón y Navarra emprendieron una huída desenfrenada hacia Francia.

Desde entonces muchos refugiados estaban ahí. Jose Antonio, disfrazado de delegado de las Naciones Unidos, visitó Argelès-sur-Mer, y quedó traumatizado por lo que vio. Rodeados por la intemperie, los soldados y civiles españoles vivían agolpados desde la orilla del mar hasta los confines marcados por las altas alambradas. Las tiendas de campaña se mezclaban con chozas improvisadas y soldados armados, en grupos de cuatro en cuatro, se deslizaban con expresión indiferente entre los españoles.

De todo ese viaje el único saldo positivo sería la llegada, con cuenta gotas, de ciento cincuenta voluntarios a Alemania, a través de Suiza, entre finales de abril y el 10 de mayo de 1940.

Lo visto en Argelès-sur-Mer afectó profundamente al líder falangista. Se dice que al referir José Antonio lo visto a Serrano Suñer, éste murmuró:

-Si los rojos hubieran perdido la guerra, seguro que los franceses no les hubieran tratado de ese modo.
 
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José Antonio Girón de Velasco
conocido como el León de Fuengirola,
a la salida de una reunión de exiliados
nacionales en Berlín.



Capítulo siete. De generales y de soldados.

Por esas mismas fechas se discutía en Berlín quién podía ser el comandante de las unidades de voluntarios españoles, pues mientras que el Heer no veía con buenos ojos a muchos de los militares profesionales españoles que pululaban por Alemania esos días, a Himmler le faltaban voluntarios. Eso iba a llevar, más pronto que tarde, a uno de los primeros sinsabores de los falangistas militarizados.

Manuel Mora Figureoa había demostrado gran valor a la hora de cazar obreros con otros señoritos andaluces, persiguiéndolos a caballo y armados de escopetas y de picas de las usadas para conducir al ganado (1), pero el Reichsführer, aún reconociendo que poseía el suficiente espíritu nacionalsocialista, no confiaba en sus escasas dotes militares. Aún así, acabaría enrolado en el batallón de voluntarios del Heer (2). Claro que la otra alternativa, Dionisio Ridruejo, tampoco le emocionaba especialmente. Pero Juan Antonio Girón de Velasco era otra cosa para Himmler, bombas aparte (3). Su fe en el nazismo y su bigotito hitleriano le daban el suficiente marchamo para mandar la unidad, opinaba Himmler.

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De izquierda a derecha: desconocido, Agustín Aznar Gener,
Manuel Mora-Figueroa, Armando Muñoz Calero, y José Manuel Guitarte.
La cuestión del mando del 733. (Spanische) Freiwilligen Batallion quedo resuelta pronto, porque, entre la afluencia de falangistas exiliados en Alemania, los llegados de Italia y Portugal y los que Francia iba liberando, para comienzos de mayo de 1940 se había forma la Spanische Legion, con efectivos próximos a los de una brigada de dos batallones y al mando de un militar falangista que caía muy bien a Hitler, el coronel Agustín Muñoz Grandes (4). El nombre del general Juan Yagüe, camisa vieja falangista y bastante apreciado por sus camaradas, suena como posible comandante de la futura unidad.

Mientras tanto, Girón parte hacia Noruega con la compañía de voluntarios españoles de las SS, para recibir su bautismo de fuego.

Por su parte, la Spanische Legion, también llamada la Legión Azul (Blaue Legion), es incoporada a la 205. Infanterie Division, al mando del Generalleutnant Ernst Richter, asignada al IV. Armeekorps (General der Infanterie Viktor von Schwedler), 6. Armee (Generaloberst Walther von Reichenau), Heeresgruppe B (Generaloberst Fedor von Bock).

(1) Jorge M. Reverte, La División Azul. Rusia, 1941-1944, página 27.
(2) Se enroló en la División Azul como comandante de infantería, le he hecho un apaño.
(3) En el pasado de Girón cuentan algunos atentados con bombas, según comenta Juan Luis Rodriguez Jiménez en su libro De Héroes e indeseables. La División Azul, en la página 75
(4) Su ascenso a general de brigada es una de las tantas víctimas de la derrota nacional.
 
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Capítulo ocho. De una campaña a la siguiente.

En Noruega los voluntarios de Girón apenas tuvieron un papel relevante en las acciones bélicas. Asignada a la fuerza enviada a rescatar a las tropas de Dietl en Narvik, la compañía no haría cosa que marchar por las frías carreteras y campos noruegos sin llegar a tomar parte en ningún combate y limitadas a realizar labores de guarnición, para gran decepción de su comandante y de los voluntarios, que permanecerían en el país nórdico hasta septiembre de 1940, para ser disuelta e incorporada a la nueva gran unidad hispana de la Wehrmacht.

Mientras, la Legión Azul penetraba con el IV Armée en Bélgica, conectando con los paracaidistas que habían ocupado Eben Emal en un audaz golpe de mano. Luego, tras el episodio de Dunkerque, vendría la reorganización de las tropas para la marcha sobre París en junio, pero las tropas españoles no llegarían a entrar en la capital gala, pues serían enviadas a perseguir a las tropas enemigas que retrocedían en desbandada hacia Normandía.

Con la rendición de Francia, los entusiasmados voluntarios españoles empezaron a ver al alcance de la mano la hora de la venganza y la invasión de España. Hitler, por su parte, tenía otros planes en mente.

Distraído con la rendición de Francia, otro problema se había sumado a su agenda: Yugoslavia. Desde mediados de 1939 el país balcánico estaba liderado por un gobierno anti-germano encabezado por el serbio Dragisa Cvetković y, aunque a mediados de 1940 se había forzado la dimisión de Stanoje Mihaldžić, ministro del interior y uno de los peores enemigos de Alemania, Hitler tenía pruebas de que la embajada británica estaba intentando convencer al príncipe Regente Pablo para que se aliara con los británicos. Sólo el derrumbe francés retenía la mano de Pablo.

Por ello, y casi de manera ausente, cuando, en vista a la más que previsible campaña española, Primo de Rivera le pidió que se formara una división de voluntarios españoles para participar en la liberación de su país, Hitler, consciente de los desesperados intentos del gobierno español por garantizar su neutralidad (demostrando de paso a Berlín su debilidad, o eso pensaba Hitler), dio su visto bueno, ansioso por ocuparse de otros problemas más inmediatos, como asegurar su flanco sur y evitar una penetración británica en los Balcanes.

Aún así, mientras la vista de Hitler permanecía fija en el sur, Göring se sumó a la "operación española" y comenzó a fabular con la creación de unidades de cazas y bombarderos enteramente españoles. De esta manera, hacia el 10 de julio estaba lista la creación de una división española de infantería, que recibiría el numeral de 250, y la Luftwaffe, que ya se preparaba para el asalto a Gran Bretaña, formaba el núcleo de los primeros escuadrones de caza y bombardeo españoles.
 
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¡Me apunto! Estoy deseando saber como la república se pega un tiro en el pie. Por aquello de que sea coherente con la historia tienen que meter mucho la pata para compensar el haber ganado la guerra. :p
 
Ya veremos... ya veremos...
 
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Capítulo nueve. Volando hacia el canal de la Mancha.


Curiosamente, la situación de la República Española se había visto bastante comprometida por los mismos esfuerzos de su gobierno por preservar su supervivencia. El enfriamiento de sus relaciones con la URSS no se había visto compensado por una mejora de las mismas con el Reino Unido o Francia, y el giro de los acontecimientos producido tras la derrota francesa sólo había empeorado la situación pues el gobierno de Indalecio Prieto, actuando casi como un pollo sin cabeza, había optado por una neutralidad total que había dejado al país casi tan aislado como lo había estado en 1898, salvo que esta vez los panzers estaban al otro lado de la frontera.

Hitler, como ya hemos visto, observaba a España con un cierto aire abúlico. Todos los intentos del Abwehr por inflamar los ánimos en España habían terminado con un cierto fracaso y, de hecho, habían ayudado más que estorbado al gobierno, para irritación de Hitler y bochorno del almirante Canaris, jefe del torpe servicio secreto alemán, pues no sólo no habían conseguido provocar el esperado enfrentamiento entre anarquistas y comunistas, sino que sus torpes acciones habían reforzado el deseo de vivir en paz de los españoles, cansados de rivalidades ancestrales que sólo llevaban a derramamientos de sangre.

De todos modos, se decía Hitler, con unas fuerzas armadas completamente inferiores a las germanas y luchando todavía por recuperarse de los estragos causados por la guerra, España podía ser ignorada, de no ser por el tentador objetivo que Gibraltar representaba. Sn embargo, centrado en derrotar a la RAF y manteniendo la vigilancia sobre Belgrado, el interés del Führer se desplazó nuevamente lejos de España. La operación Felix quedaba aplazada por el momento.

Mientras, la primera Escuadrilla Azul había entrado en combate. A Primo de Rivera le había costado encontrar un candidato adecuado que proponer. El comandante Ángel Salas Larrazábal, capturado por el enemigo en los días finales de la guerra al ser derribado su aparato, había acabado frente a un pelotón de ejecución tras ser juzgado por su papel en el bombardeo de Ochandiano, que tuvo lugar el 22 de julio de 1936.

Por lo tanto, la escuadrilla había sido puesta al mando de Joaquín García-Morato (1), el máximo as de la aviación nacional durante la guerra. Así, con García-Morato al frente de la primera Escuadrilla Azul de cazas y con José Ibarra Montís al mando de la primera de bombarderos, los exiliados nacionales entraron en combate en la batalla de Inglaterra.

(1) Sí, me he cargado a Salas Larrazabal y salvado a García-Morato. Soy así de caprichoso.
 
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Capítulo diez: bautismo de fuego


Las Escuadrillas Azules se formaron apelando al espíritu de la “Waffenbruderschaft” (“hermandad de armas”), algo a lo que los alemanes daban mucho valor (1). Aún así, existía una cierta tirantez entre los pilotos y personal de tierra español, algo que se extendía entre los voluntarios del Heer, como prueba una anécdota protagonizada por el teniente mecánico Fernando Urtasun Vidal (2). Urtasun, agotando hasta el último minuto el tiempo concedido para encontrar tres defectos en un motor, enumeró al instructor alemán cinco defectos, con la apostilla final: "los tres primeros eran los que yo tenía que ver y los otros dos son los que no tenía que ver porque ustedes no sabían que existían" (3).

La primera escuadrilla recibió su bautismo de fuego apenas hubo terminado la Kanalkampf. La escuadrilla lucharía junto a la unidad de bombarderos en lo que se denominó el Adlerangriff, cuando la Luftwaffe se dispuso a aniquilar a la RAF, que, según Goring, estaba al borde de la derrota. Entre el 13 de agosto y el 20 de octubre, las dos escuadrillas realizarían 190 salidas de caza y 87 de bombarderos, derribando 4 aviones enemigos a cambio de 2 propios, muriendo en combate el teniente Luis Alcocer Moreno-Abella (4).

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Integrantes de la Primera Escuadrilla.
Foto:http://www.lasegundaguerra.com/viewtopic.php?t=3642

(1) Esta “hermandad de armas” se inició con la Legión Cóndor y se mantuvo con las Escuadrillas Azules. Sin duda fue uno de los elementos que tuvieron su peso a la hora de explicar las cesiones de aviones o tecnología aeronáutica por el Reich a la España franquista.
(2) Sirvió en la primera escuadrilla azul en nuestra historia real y fue condecorado con la Cruz de Hierro de 2ª clase.
(3) Palabra de Steiner que contestó eso.
(4) Nacido en Burgos, formó parte de la primera escuadrilla azul. Veterano de la Guerra Civil y As con 5 derribos, era hijo del alcalde de Madrid Alberto Alcocer y Ribacoba, y sobrino del General de Aviación Luis Moreno Abella Gil de Borja, Marqués de Borja, uno de los pioneros de la Aviación Militar Española. Murió en un accidente, siendo la primera baja mortal de las escuadrillas azules.
 
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Capítulo once: objetivo Londres


La primera escuadrilla de caza fue retirada del frente a finales de octubre para ser reorganizada y, junto a la segunda, ser integradas en una ala de caza propia. La segunda escuadrilla voló en misiones de combate contra el Reino Unido hasta mediados de noviembre, junto a la escuadrilla de bombarderos, a la que se sumó una segunda unidad a comienzos de noviembre.

Estas unidades realizaron menos misiones que en la anterior etapa, pues su entrenamiento no había contemplado acciones nocturnas y los bombarderos fueron retirados de sus operaciones el 20 de noviembre, tras una decepcionante actuación: en las 100 misiones de bombarderos y 50 de cazas se perdió un bombardeo y dos cazas (muriendo el capitán Antonio Noriega Labat el 3 de noviembre y, cuatro días después, es capturado tras ser derribado el alférez Antonio Navarro Pérez). Los pilotos azules reclamaron siete aviones enemigos derribados más dos probables. El capitán Manuel Bengoechea, que derriba tres aparatos británicos, se convierte en el primer voluntario español en ser condecorado, recibiendo la Cruz de Hierro de 2a clase.

A partir de diciembre se comienza a formar una tercera escuadrilla de caza, al mando del comandante Carlos Ferrándiz Arjonilla y se organizan todas las unidades bajo el mando único del coronel Joaquín García-Morato, pasando el comandante José Muñoz Jimenez a asumir el mando de la primera escuadrilla de caza. Los pilotos españoles no volverán a tomar parte en ninguna acción bélica hasta abril de 1941. Para entonces una cuarta escuadrilla, al mando del comandante Mariano Cuadra Medina, se habrá unido al Spanische Gruppe.
 
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El teniente Ramón Escudé Gilbert
Capítulo doce: Guerra y Crisis

Las cuatro escuadrillas de caza del Spanische Gruppe tuvieron un papel discreto durante la invasión de Yugoslavia, mientras las dos de bombarderos eran enviadas a Prusia Oriental para ser reequipados con bombarderos Junkers Ju 88A, que reemplazaban a los Dornier Do 17Z. Su bagaje, tras treinta salidas de caza, fueron dos cazas Fury enemigos, derribados por los tenientes Ramón Escudé (1) y Emilio Barañano (2), de la tercera escuadrilla.

Mientras tanto, en Berlín, bajo la "amistosa" presión de sus aliados germanos, José Antonio Primo de Rivera había formado una especie de gobierno en el exilio que había tardado poco en convertirse en fuente de problemas para todos. Todo había comenzado cuando la versión germanizada del periódico "Arriba" publicó, el 19 de mayo de 1941, un artículo en el que recordaba el papel de Franco como primer cruzado contra el Comunismo (3), lo que levantó numerosas ampollas y no pocas críticas para el secretario de Prensa y Propangada, Álvaro Tovar (4). Pero mayores problemas llegaron cuando el ex-corresponsal de ABC, Jacinto Miquelaena (5) publicó un sanguinario articulo contra los judíos que provocó la protesta de otro periodista exiliado, Vicente Gállego, indignado por los improperios vertidos por Miquelarena.

Esto causó un pequeño rifirafe entre Serrano Súñer y Tovar, que fue acusado por el primero de no saber controlar su feudo. José Antonio, amigo de ambos, medio en la disputa y el asunto quedó enterrado, pero no olvidado. Tobar se vengaría cuando su periódico apenas dedicara. unos meses después, unas pocas lineas al famoso discurso de Serrano Suñer en ocasión de la invasión de Rusia.


(1) Nacido en Lérida. Fue condecorado con la Cruz de Hierro de segunda clase el 7 de junio de 1942.
(2) El teniente Barañano de la historial real derribó 4 aviones soviéticos.
(3) En realidad eso lo escribieron en el ABC
(4) Sí, el lingüísta falangista pro nazi citado en https://forum.paradoxplaza.com/foru...os-el-ideal-visigótico.1006628/#post-22571395
(5) Fue corresponsal de ABC, de la agencia EFE y de Clarín En Buenos Aires, Berlín, Londres y en París. Es un caso muy curioso el de este periodista y escritor pues, antes de abrazar el antisemitismo hitleriano, fue un destacado antiracista.
 
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La hora de la verdad,
el momento de acuñar una frase
(1)
Capítulo trece: Rusia es culpable!

Los meses que median entre la Batalla de Inglaterra y el comienzo de la operación Barbarroja suponen un inmenso enfrentamiento en el seno de Falange. José Antonio Primo de Rivera se ve forzado a luchar para evitar que los nazis se adueñen del partido, pero su libertad de maniobra era escasa. No disfrutaba de las simpatías hitlerianas, como León Degrelle. Su independencia y sus diferencias ideológicas con Hitler le dan más de un quebradero de cabeza, de manera que se llega a plantear irse a Italia, a donde ya se han marchado algunos falangistas, como Manuel Hedilla y Jose Luís de Arrese.

Las injerencias del Führer y de sus colaboradores alcanzan su punto álgido hacia mayo de 1941. José Antonio se planteó seriamente "exiliarse" a Italia, pero no quería "desertar" a sus camaradas en Alemania. El tira y afloja se prolonga hasta mediados de junio, cuando José Antonio, respaldado por la vieja guardia falangista, se prepara para su propia "Noche de los Cuchillos Largos". En una reunión habida el 20 de ese mes, José Antonio destituye de todos su cargos a Ramón Serrano Suñer, demasiado pronazi y sospechoso de ser el hombre de Hitler dentro de Falange, a José Luna, a Manuel Valdés Larrañaga y a Gerardo Salvador Merino, entre otros. Estos dos últimos serán "alistados" a la División Azul después de su destitución.

Dos días después, Serrano Suñer se cobra una venganza pírrica. Al conocerse las noticias del inicio de la operación Barbarroja, se convocan a los falangistas afincados en Berlín y sus cercanías para que asistan a un acto público frente a la sede de Falange, situada en el palacio Tiele-Wincker, la antigua embajada española situada en el área diplomática de la capital germana, al sudeste del barrio de Tiergarten, cerca de la Postdamer Strasse (2). La embajada no había sido devuelta a la República Española, puesto no existían relaciones diplomáticas entre ambas naciones y, lo más importancia, el III Reich no la reconocía como estado.

Hacia el palacio Tiele-Wincker se encaminaron varios cientos de falangistas y de españoles exiliados. El espectáculo de los allí reunidos era variopinto, pues se mezclaban todo tipo de uniformes, desde los que llevaban la clásica camisa azul mahón arremangada; otros iban de negro, el uniforme del SEU, el antiguo sindicato universitario; otros se habían disfrazado con el uniforme pardo de los nazis o con peculiares adaptaciones propias. No pocos van simplemente con sus ropas de paisano. Entre ellos estaba Ramón Serrano Suñer, ataviado con la chaqueta blanca sobre la camisa azul.

Como la destitución de Serrano Suñer es todavía un secreto, no tuvo problemas en colarse en el palacio y llegar hasta un balcón en su fachada, desde donde lanzó su famosa arenga, muy probablemente escrita por Dionisio Ridruejo.

"Camaradas, no es hora de discursos; pero sí de que la Falange dicte en estos momentos su sentencia condenatoria ¡Rusia es culpable! Culpable de nuestra guerra civil. Culpable de la muerte de tantos camaradas y tantos soldados caídos en aquella guerra por la agresión del comunismo. Del la esclavitud de nuestra pobre patria bajo el yugo de las hordas judeomarxistas. El exterminio de Rusia es una exigencia de la historia y del porvenir de Europa".

Con estas palabras comenzaba la aventura falangista en la URSS y desaparecía de escena Serrano Suñer.





(1) Que el Cuñadísimo acuñara una frase no es un pleonasmo, pero casi.
(2) La que iba a ser nueva embajada, situada en la Liechtensteinalle, no estuvo lista hasta marzo de 1943, y fue dañada gravemente por los bombardeos aliados en noviembre de ese año. Hoy en día ese edificio aún es la embajada española en Berlín.
 

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Capítulo catorce: Unternehmen Barbarossa

La ambición de Hitler hizo que el mundo contuviera el aliento el 22 de junio de 1941 cuando lanzó a la Wehrmacht a la conquista de la URSS. Convencido de que en las llanuras rusas y en los abundantes recursos del gigante soviético se encontraba la clave de la grandeza de la raza aria, y determinado a destruir a su odiado enemigo comunista, Hitler emprendió su más ambiciosa ofensiva hasta la fecha.

La URSS estaba casi indefensa para lo que se avecinaba. Tras las purgas estalinistas, la moral del ejército rojo, privado de sus mejores cuadros de mando, estaba bajo mínimos.

Tres Heeresgruppen (Grupo de Ejércitos) - Nord, Mitte y Süd- liderarían el asalto al imperio soviético, amansado cuatro millones de soldados, más de tres mil tanques, más de dos mil quinientos aviones y más de siete mil piezas de artillería.

El Heeresgruppe Nord tomaría Riga durante la primera fase para luego capturar Leningrado antes de la llegada del invierno. No lo tenía fácil. El complicado terreno, boscoso, con numerosas colinas y pantanos, ayudarían a los defensores, que tendrían la opción de retirarse tras el río Daugava y resistir allí. La velocidad era clave. Además, su ala sur debía apoyar el avance el Heeresgruppe Mitte y ayudar a cercar el saliente de Suwalki.

Esto era vital, pues se esperaba que el Heeregruppe Mitte aplastara al enemigo en los pantanos de Bielsk, aunque su comandante, von Kluge, dudaba que los tanques del 3. Panzergruppe pudieran abrirse paso a través del complicado terreno con la suficiente rapidez para cercar a los soviéticos. Cruzado el Bug se capturaría Bielsk, no había posible discusión según el Führer. Y de ahí se marcharía sobre Minsk, luego Smolensk y finalmente Moscú. Y todo ello antes de que cayeran los primeros copos de nieve.

Al sur, el objetivo del Heeregruppe Süd era Kiev. Roto el frente en Lvov, los Panzergruppen 1 y 2 volarían hacia la capital ucraniana y forzaría la retirada de las tropas soviéticas que pudieran amenazar a Rumania. El 11. Armee se conformaría en contener al enemigo y mantenerlo ocupado.

La Blitzkrieg había llegado al Este de Europa.
 

Capítulo quince: Jose Antonio contra mundum.

Barbarroja supuso una crisis inesperada (otra más) en el seno de los exiliados nacionalistas españoles, cuando diversos ex-generales encabezados por Varela demandaron que se formara una unidad de voluntarios integramente formada y mandada por oficiales y militares profesionales del desaparecido ejército nacional (1).

La discusión entre militares y falangistas, que ya venía existiendo desde el mismo estallido de la contienda bélica, alcanzó en este momento un punto álgido que acabó con la paciencia del mismísimo Adolf Hitler, que, harto de unos y de otros, adoptó una solución que sólo fue recogida parcialmente por los cronistas e historiadores, pero que, a partir de sus consecuencias, poder terminar de reconstruir.

Por un lado, Hitler adoptó la solución salomónica de dividir los voluntarios en dos "cuerpos". Uno, profesional, integrado en el Heer, y otro, de voluntarios en su mayoría falangistas, incorporados a las SS. En cierto modo, era un retorno a los orígenes. Unos y otros formarían parte de diferentes unidades y, mientras que poner a las 250 División en pie de guerra con sus efectivos profesionales iba a tomar más tiempo del deseado, los voluntarios falangistas estuvieron listos de inmediato para partir al frente

Así, mientras que la 250 División no comienza su traslado hasta el 15 de julio, la Legión de Voluntarios Españoles contra el Bolchevismo, integramente formada por falangistas y al mando del coronel Juan Yagüe (2). La LVE, oficialmente el 733. (Spanische) Infanterie Regiment, formado por dos batallones, parte hacia el frente el 1 de julio. En agosto un tercer batallón se suma a la LVE.

A todo esto, sin que surja un motivo o explicación oficial, la estancia de Jose Antonio Primo de Rivera en Alemania llega a un brusco final y el 5 de julio parte para instalarse en Roma, donde permanecerá hasta julio de 1943. Al parecer, Hitler, harto de la inflexibilidad de Primo de Rivera y su negativa a plegarse a las exigencias germanas, acabó por sugerir al caudillo falangista que en Roma encontraría un ambiente mejor para sus ideas, aunque Primo de Rivera también dudara de Mussolini. Fuera lo que fuera, era obvio que la estancia de Primo de Rivera en Alemania había llegado a su fin.

(1) Al parecer, Varela, en una exhibición de soberana estupidez, demandó a Franco que la unidad de voluntarios españoles fuera una unidad del ejército profesional, lo que hubiera planteado un enorme problema diplomático a España, pues habría supuesto casi una declaración de guerra de facto a la URSS. De esta propuesto sólo tenemos la palabra de Serrano Suñer, tal como recoge Xavier Moreno Juliá en su "La división azul", páginas 69-70, pues no hay actas que lo acrediten.
(2) Le he rebajado el grado por motivos literarios.
 
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Capítulo dieciséis: Camino del Frente


Los batallones españoles salen de Berlín en olor de multitudes, pues a los exiliados españoles se suman no pocos berlineses que sienten curiosidad por ver de cerca a esos soldados gritones y morenos. Se entona el Cara al Sol y la versión española de Ich hatte einen Kamarade, que es cantada en los dos idiomas por los asistentes. La Marcha Real, ya se sabe, no tiene letra, pues eso... pero sí se ataca el himno de la Infantería y el de la Legión, además de El Novio de la Muerte. Se dan vivas a España, a José Antonio, a Alemania y a Hitler. (1)

No falta nadie. Ni José Antonio, que parte al día siguiente hacia Roma de nuevo; ni Serrano, dispuesto a darse el último baño de multitudes de su carrera; ni Pilar Primo de Rivera, encabezando la sección femenina de Falange; ni el general Varela, que espera con ansia asumir el mando de la siguiente expedición de voluntarios; y Muñoz Grandes, que partirá al día siguiente hacia Baviera para sumir el mando de la División Azul, pero en avión (2). La 250a División se encuentra en Grafenwöhr, donde está incorporando a con nuevos voluntarios para cubrir el hueco dejado por la LVE. Apenas salga el último soldado de los cuarteles bávaros se comenzará a entrenar la siguiente división de voluntarios españoles, la 300a. Mientras, se prepara todo para formar a la tercera división la 350a y en Berlín se empieza a hablar del "Ejército Español de Liberación" (Spanische Befreiungsarmee), aunque sólo sea como una posible hipótesis.

La Legión de Voluntarios Españoles contra el Bolchevismo, con un centenar de marroquíes incorporados en Polonia a última hora (3), formando una compañía de reserva, ultima su entrenamiento sobre la marcha. Entre sus filas figuran Agustín Aznar, Dionísio Ridruejo y Eduardo de Rojas y Ordóñez, conde de Montarco (4), aunque Montarco no durará mucho en el frente. Acusado de escapista y cobarde, tras repetidos intentos de ser destinado a la retaguardia, terminará frente a un pelotón de fusilamento (5), como ya veremos.

Luis Ciges, que anda metido en la cocina de la LEV, sonríe camino del frente, pues él se libró de tener que jurar lealtad al Führer. (6)

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Agustín Aznar,
que fuera jefe de milicias falangistas
y admirador irredento de Hitler.​


(1) Más o menos, el mismo repertorio entonado y los mismos gritos aullados cuando salen los trenes de Madrid en julio de 1941, cambiando el "viva Franco" por el "Viva José Antonio" que, en nuestro 1941, a lo sumo, estaría "Presente!".
(2) Siempre hubo clases, y por muy falangista que el general fuera, algunas comodidades no se podían rechazar.
(3) Ciento seis marroquíes del Tabor de Regulares I de Tetúan destinado en Ibiza. Se ofrecieron voluntarios en mayo de 1942, pero fueron rechazados.
(4) Alistados de los primeros con la Azul... tengo planes para todos.
(5) Montarco fue, efectivamente, acusado de escapista y de cobarde, e importunó tanto a Muñoz Grandes que este acabó enviándolo de vuelta a España, aunque no de la manera que más le hubiera gustado, sospecho, al general, es decir, de una patada en los...
(6) Para que luego se quejen algunos de tener que pelar patatas.
 
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Capítulo diecisiete: Dawai, Dawai!

No todo salió según lo planeado en Berlín, al menos en el sector asignado al ejército húngaro, donde no sólo los atacantes fueron contenidos por el Ejército Rojo, sino que éste, además, pasó al contraataque con nueve divisiones al mando del general Kuzma Petrovich Trubnikov, que, tras una potente descarga artillera, y con gritos de "Hurrah! Hurrah!" (que pronto se harían muy conocidos para todos los enemigos de la URSS), se lanzaron contra Presov. Por suerte, el cuerpo expedicionario eslovaco y una división de caballería húngara fueron enviados a apoyar a los defensores de la ciudad.

En Prusia, el contraataque ruso había causado fuertes bajas a la 58. División motorizada, que tuvo que replegarse, abriendo así una brecha en el frente. Los Stukas del VIII. Fliegerkorps, que estaban apoyando la ofensiva alemana, fueron desviados para frenar el ataque soviético. Además, en un error táctico, se ordenó al 5. Panzerkorps que contraatacara en dirección a Torun para destruir por el flanco el contraataque enemigo. Por desgracia, ese movimiento tardaría dos días en poder ejecutarse y, mientras tanto, esos tanques no podrían ser usados donde verdaderamente hacian falta.

También en Rumanía los planes no salían como Hitler esperaba. Un contraataque ruso había roto el frente rumano, forzando a que Buscarest destinara al 6 Cuerpo para salvar la situación.

Sin embargo, en el resto del frente todo transcurría perfectamente para la Wehrmacht. Hacia las 0600 hours the Heeresgruppen Nord, Mitte y Süd habían logrado romper el frente en Alytus, Bielsk y Lvov y los panzers habían comenzado a marchar hacia la estepa rusa.

Por si acaso, la Legión Española de Voluntarios fue destinada a ayudar a cerrar la brecha en Torun mientras la División 250 era asignada al Heeresgruppe Mitte.
 
la culpa es de kurty que se viste como el guadiana
 
Que tengo un glorioso "síndrome de la página en blanco", eso pasa, y mi capacidad creadora está desaparecida. Tengo un montón de notas sobre cómo seguir esto, pero escasa habilidad para poner hilo a la aguja.

Este AAR no está muerto ni abandonado, está pasando la ITV. A ver si me espabilo.