Aegon I “el Conquistador” Targaryen
La conquista de las Islas del Hierro
El sonido de los metales se elevaba hasta el centro mismo del Tambor de Piedra. Hombres y bestias cargaban todo tipo de armas, armaduras, instrumental de asedio, etc. Toda Rocadragón era un hervidero. En el puerto se apilaban las galeras y cocas de transportes. Sobre sus mástiles, el caballito de mar Velaryon, el cangrejo de los Celtigar, pero sobre todo y por encima de todos el dragón tricéfalo.
Aegon observaba todo este ajetreo desde sus habitaciones. La guerra había comenzado, y la conquista de Poniente empezaba con ella. No estaba solo en la habitación, pero todos sabían que era un hombre reflexivo y esperaron a que hablara el primero.
Aegon Targaryen los observo a todos con sus ojos violetas: a sus esposas (y hermanas, como mandaba la tradición del Feudo Franco) Visenya y Rhaenys, a la nueva mano del rey Lord Velaryon, a su hermanastro Orys, al resto de sus banderizos mayores, etc.
- Hoy es el día - dijo hablando despacio pero decidido - , nos hemos estado preparando durante largo tiempo, pero ya es hora de que Poniente deje de sangrar entre sí, es el tiempo de la unificación, es el tiempo del dragón.
- Sangre y Fuego – exclamaron sus hermanas.
- Sangre y Fuego – repitió Aegon.
Representación de Aegon y sus hermana-esposas Rhaenys y Visenya
La primera declaración de guerra fue un cuervo mandado a Harrenhal, hogar de Harren el Negro, rey de la Sal y la Roca, y de las Islas del Hierro. Aegon depreciaba a ese hombre, era un viejo cobarde, pero decidido. A Rocadragón habían llegado las historias la fortaleza que había mandado construir. A prueba de dragones, Aegon quería comprobar eso último.
Tras la charla con sus generales, Aegon se despidió de sus hijos y a lomos de Balerion se dirigió hacia la bahía del Aguasnegras. Cuando llegó, la vanguardia de su ejército ya se encontraba allí, edificando un campamento donde se situaría la futura Desembarco del Rey. Sus allegados insistieron en que aquel era el lugar perfecto para la coronación, y en una sencilla ceremonia en alto valyrio en el río Aguasnegras Aegon se ciñó la corona (un círculo simple, de acero valyrio, con grandes rubíes en forma de cuadrado).
Lo primero que llegó a la tienda de Aegon fueron malas noticias: los señores locales de las tierras circundantes (los señoríos de Rosby y Aguasnegras), mandaron un cuervo desdeñando a Aegon e invitándole a no cruzar sus tierras con su ejército. Aegon golpeó la mesa. Esos idiotas osaban interponerse en su camino, y es algo que pagarían.
Aegon decidió dividir sus fuerzas, el grueso de su ejército bajo su mando, asediaría Radonet, mientras que el resto (bajo el mando directo de sus hermanas) se encargaría de enfrentarse a las primeras fuerzas hostiles que se estaban guarneciendo en Rosby.
En el mes de abril del año 0 AL, se consiguió la primera victoria Targaryen en Rosby, al ser derrotado el ejército rebelde a las afueras de esta ciudad. Para demostrar su poderío Visenya (más temperamental que su hermana) dispuso a su dragón Vhagar en la vanguardia, mientras su hermana dirijía las maniobras de los flancos a lomos de Meraxes. Era la primera vez que se veía un dragón en Poniente. Las milicias de Rosby rompieron en retirada en cuanto vieron aparecer al dragón, lo que precipitó la derrota y la muerte de casi 4000 rebeldes. Lady Rosby, asustada tras contemplar la batalla y temiendo por sus hijos decidió abrir las puertas a las hermanas dragón y rendirse. Su marido fue encontrado poco después y llevado al campamento de Aegon, donde hincó la rodilla.
Mientras tanto Aegon conseguía otra victoria a orillas del Aguasnegras derrotando completamente a los señores rebeldes, que volvieron a ser integrados en los dominios del
rey Dragón.
Una buena noticia llegaba al cumplirse un mes del inicio de las hostilidades, y que a pesar de tener a los hijos del hierro saqueando el norte de las tierras de la Corona, alegró a Aegon. La Liga de señores de las Tierras de los Ríos (que luchaba por su independencia contra Harren el Negro), juró lealtad a Aegon a cambió de que les protegiera de los hijos del hierro y que respetara sus libertades y costumbres. Con estas fuerzas añadidas Aegon decidió hacer frente al principal ejército enemigo, los 12000 hombres del Lord segador de Pyke. Los ejércitos se encontraron una tarde sofocante de junio, Aegon en la vanguardia con Balerion (seguido de su hermanastro Orys) y sus hermanas en los flancos. El choque fue violentísimo, los hijos del hierro luchaban valientemente pero también morían su superioridad numérica no bastaba contra los dragones.
Aegon sobrevoló el campo de batalla, el centro de la batalla era un amasijo de hombres y acero, practicando la danza mortal.
Fuegoscuro, estaba empapada de sangre, pero Aegon aún estaba fresco. Desde un montículo, un hombre con un yelmo de Kraken arremetía contra dos lanceros, partiendo la lanza de uno, y atravesando el yelmo del otro, tras lo cual remataba en el suelo al anterior. Belarion aterrizó escupiendo fuego, y el hombre del yelmo retrocedió. Hacha y espada cantaron esa tarde, más hombres del hierro fueron ayudar al Kraken, Vickon Greyjoy, Lord Segador de Pyke y comandante del ejército; no obstante Aegon tenía a Balerion, el dragón ejecutó una finta y con la cola barrió a los enemigos para después abrasarlos de una llamarada. El kraken, herido, ordeno la retirada, pero a penas lo hicieron los hombres de su guardia personal. Había sido una victoria aplastante de los Targaryen.
Gran victoria contra los hijos del hierro, que los deja sin posibilidades en el continente
Tras esta, los hijos del hierro apenas pudieron organizar más ejércitos, y solo se libró otra batalla importante, seguida de semanas de escaramuzas alrededor del Ojo de Dioses.
Una de las batallas menores que también se libraron, y en la que murió Lord Harlaw
Harrenhal cayó cuando los dragones diezmaron a los ejércitos de Harren. Lamentablemente este había huido a refugiarse a las Islas del Hierro. Aegon maldició, ya le llegaría su hora. El que si estaba en Harrenhal era el castellano, que en nombre del rey, rindió la fortaleza y la corona (que había sido abandonada por Harren). El dragón escarlata ondeaba en Harrenhal, en la mayoría de las Tierras de los Ríos, en las Islas del Hierro, en Rocadragón y en Desembarco.
Aegon contempló desde la más alta torre de Harrenhal lo que Poniente le ofrecía. La conquista había comenzado, y ya nada iba a poder detenerla.