Otra joyita: Richard Kuklinski, "Iceman", un gigante famoso por unas espeluznantes entrevistas que le hicieron en la cárcel para un documental de la HBO, y por la biografía que escribió Philip Carlo.
A diferencia de otros asesinos en serie "incontrolados", Kuklinski hizo del asesinato su profesión, convirtiéndose en uno de los sicarios más eficaces de la mafia y participando, según sus memorias, en asesinatos tan conocidos como los de Jimmy Hoffa, Paul Castellano o Carmine Galante.
Contaba que, cuando le pedían que la víctima sufriera, las llevaba a sitio en un bosque que había encontrado dejándolos atados a un árbol. Una gruta cercana estaba llena de ratas que devoraban viva a su víctima y que acabaron acostumbrándose a esperar esta comida. Kuklinski ponía una cámara grabando y, cuando volvía al día siguiente, recogía la cinta para llevársela como prueba a su cliente. Indica que vio a más de un duro mafioso vomitar al ver las escenas, pero desde luego todos consideraban que se ganaba el sueldo.
Además de su actividad "profesional", Kuklinski, un verdadero psicópata, mató a decenas de personas por pura diversión o por nimiedades como discusiones de tráfico.
La frialdad que demostraba y su suerte fueron increíbles y pasaron más de 30 años hasta que le atraparon. Cuando lo hicieron estaba planificando el asesinato del agente que le investigaba, al que ya había descubierto y que se salvó por los pelos.
El fiscal que llevaba su caso dijo:
No habíamos visto nunca a nadie como él…
La verdad..., ni siquiera habíamos oído hablar de nadie como él…