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Bueno casualmente hoy hemos estado hablando de esto en clase de América moderna, a ver, lo primero es que el número de aztecas está exagerado, es logísticamente imposible poner a 40.000 guerreros en el campo de batalla y quedarse tan pancho. Vaya esto por delante, cifras más realistas serían 10.000 o 20.000 como mucho.

Luego lo comentado, los españoles contaban con un grueso de tropas indígenas, con lo que no contaban era con armaduras de metal ni armas efectivas, las armaduras que usaban eran las nativas de fibras vegetales, las suyas hacía tiempo que se oxidaron y quedaron inservibles, otro tanto con las espadas, se oxidaban en sus fundas, y aun cuando podían usarse se solían enganchar en las armaduras mexicas de fibras trenzadas, lo que dificultaba el combate, y en cualquier caso se rompían fácilmente en un golpe contra una macana, que además podía partir el cuello de un caballo sin muchos problemas.

Por otra parte está lo que dice Soldier sobre lo buenos y profesionales que eran los guerreros mexicas y sus tácticas, bien, eran buenos y profesionales desde su punto de vista, desde el punto de vista de los conquistadores eran unos guerreros tácticamente torpes, lógico, los mexicas buscaban otra finalidad en el combate, capturar prisioneros, los mejores guerreros eran los que más capturaban, no los que más mataban.
 
Precisamente yo daría como argumento principar de la derrota azteca que se les vino encima una gente con una concepción de la guerra que ni de lejos era la suya.

En cierto modo esto se pareció al tremendo contraste que suponía la actividad bélica para Roma y los nativos peninsulares.

Para los aztecas, al igual que para los nativos, la guerra era la actividad que justificaba sus status social así como una cuestión de honor de la que derivaba su preponderancia.

Los españoles llegaron por allí con las cosas muy claras: aquello iba a ser suyo y lo conquistarían en nombre del rey Carlos. Tras la conquista y dominio vendría el ascenso social y el enriquecimiento; exactamente de la misma manera que Roma operó por todo el Mediterráneo.
 
Hola!!

Bueno, mi experiencia con los caballos, que aunque ya no soy un gran jinete, si es posible que lo fuera en algun momento :D . Mi experiencia como digo me dice que una carga de caballos de 16 tios contra, aunque solo fueran 5.000, es una carga hacia la muerte.
Porque es bastante facil que cuando un caballo se pone al galope arrase una primera fila de personas o incluso una tercera o una cuarta ( si son caballos de guerra adiestrados para eso), pero llega un momento en que comienzan los problemas:
1.- Caballos que tropiezan con las lanzas , palos, personas y caen al suelo.
2.- Jinetes que pierden los estribos y son cortados en sus piernas por las armas enemigas.( a caballo uno se sujeta con las piernas)
3.- Momento de frenada de la carga del caballo, en la cual los jinetes deben defenderse de las lazas y armas a su espalda, manejar las riendas del caballo con una mano y golpear a ambos lados con su arma. Uuummmmmm........ jodido si :wacko: Sobre todo si comentais que lso aztecas querian vivos a los enemigos imagino que lo que intentarian seria descabalgarlos.

Otra cosa es que (imagino que se acerca a lo que paso) los 16 caballeros flanquearan al galope el ejercito Azteca y atacaran por detras directamente al general azteca luchando con un par de filas de Aztecas y una vez asestado el golpe, continuaran al galope por detras de sus filas enseñando la cabeza del General y el estandarte.
Es posible que esa imagen de sentirse rodeados, superados en velocidad y con su lider ensartado en alguna lanza o espada toledana mas el estandarte del ejercito, sagrado a todas luces, en manos de los Españoles, es muy posible como digo que esos factores hicieran a la masa Azteca huir de la batalla.

De todas maneras si yo soy uno de los 16 con caballo me piro al galope y me caso con alguna indigena del lago azul y oye a vivir que son dos dias.

Lo dicho, muchas pelotas le echaron y desde luego supieron hacer muy bien lo unico que podian hacer aparte de correr.
 
VonManstein1 said:
De todas maneras si yo soy uno de los 16 con caballo me piro al galope y me caso con alguna indigena del lago azul y oye a vivir que son dos dias.
De hecho cortés se encontró a un señor llamado Gonzalo (no recuerdo el apellido) que estaba casado con tropecientas indias y viviendo la vidorra padre en su camino a Veracruz... :D
 
belis said:
Bueno casualmente hoy hemos estado hablando de esto en clase de América moderna, a ver, lo primero es que el número de aztecas está exagerado, es logísticamente imposible poner a 40.000 guerreros en el campo de batalla y quedarse tan pancho. Vaya esto por delante, cifras más realistas serían 10.000 o 20.000 como mucho.

Luego lo comentado, los españoles contaban con un grueso de tropas indígenas, con lo que no contaban era con armaduras de metal ni armas efectivas, las armaduras que usaban eran las nativas de fibras vegetales, las suyas hacía tiempo que se oxidaron y quedaron inservibles, otro tanto con las espadas, se oxidaban en sus fundas, y aun cuando podían usarse se solían enganchar en las armaduras mexicas de fibras trenzadas, lo que dificultaba el combate, y en cualquier caso se rompían fácilmente en un golpe contra una macana, que además podía partir el cuello de un caballo sin muchos problemas.

Por otra parte está lo que dice Soldier sobre lo buenos y profesionales que eran los guerreros mexicas y sus tácticas, bien, eran buenos y profesionales desde su punto de vista, desde el punto de vista de los conquistadores eran unos guerreros tácticamente torpes, lógico, los mexicas buscaban otra finalidad en el combate, capturar prisioneros, los mejores guerreros eran los que más capturaban, no los que más mataban.

Hay varias cosas que contrastar en tus afirmaciones:
1º- Esta contrastado por diversas publicaciones, de arqueólogos solventes que el estado Azteca abastecía permanentemente un ejército de cerca de 58.000 hombres, restos arqueológicos, petroglifos y diversas fuentes lo atestigüan. Por lo que es lógico pensar que en caso de "emergencia", y aquella situación lo era, el emperador reuniera todas sus huestes para defender su imperio.

2º- Como bien ha comentado Soldier, el guerrero azteca no era un abigarrado luchador carente de sentido tactico y sin entrenamiento, era una casta de élite dentro de la sociedad, cuya única ocupeción era la guerra, cada uno de los "regimientos" competía entre ellos en la consecución de trofeos (es decir prisioneros para luego ser sacrificados). Un enfrentamiento contra una masa numerosa de esta gente no era moco de pavo y el solo hecho de plantarse ante ellos requería mucha capacidad de sacrificio y valor.

3º- Es cierto que el armamento español era superior, pero no tremendamente superior, recordemos que un buen arcabucero como mucho podría hacer una par de disparos por minuto (como mucho), contando con que funcionase el dispositivo, recordemos que el grado de humedad era tan alto que la polvora se humedecía con tan solo permanecer desprotegida unos minutos, por lo que el arma de tiro más utilizada era la ballesta, cuya cadencia de tiro ascendía a tres saetas por minuto (tambien como mucho...), los arqueros indigenas podían lanzar varios proyectiles antes que los españoles hicieran su primer disparo. En cuanto artillería, las crónicas hablan de 4 culebrinas (por favor que alguien me rectifique si me equivoco, pues hablo de memoria), cuyo éxito era más psicológico que material.
Las corazas, que no armaduras completas, se pulían y limpiaban a diario para evitar su oxidación, aun asi los soldados de a pie, preferian protegerse con coletos de cuero acolchados, los cuales paraban las flechas aztecas con relativa seguridad, aun asi, es cierto que la Toledana, era un arma aterradora en cuerpo a cuerpo, muy superior a cualquier macana con punta de obsidiana, el problema es que ese armamento es superior hombre a hombre, cuando la superioridad numerica es tan apabullante los beneficios técnicos de tales armas no son tan decisivos.

4º.- En cuanto a los aliados Mixtecas o Tlaxcaltecas, hay varias puntualizaciones, dichos guerreros aunque valiosos en cuanto a número (la Crónica de la conquista de Nueva España, habla de 5000 combatientes, si tenemos presentes que dicha crónica trataba de ensalzar el valor de la conquista, no es de desdeñar algún miembro más), no lo eran tanto en cuanto a valor combativo. Recordemos que eran hombres de pueblos sometidos, a los que se les prohibía tomar las armas por parte de sus amos aztecas, solo lo hacían para revolverse contra ellos en momentos puntuales, pero su ocupecion no era la guerra.
Eran unos aliados cuya lealtad venía ligada a la victoria hispana, muchos autores expresan sus dudas ante lo que hubiera pasado si Cortes hubiera sido derrotado; quizá habrían entregado los supervivientes españoles a sus antiguos amos aztecas para su inevitable sacrificio??, quien sabe.
Lo que si que conocemos es su exacerbada crueldad y sed de venganza, la cual espeluznó a los propios conquistadores. En la persecución de los aztecas derrotados tras la batalla, muchos guerreros jaguar fueron despedazados a bocados por los Mixtecas, en vivo y sobre el terreno, decadas de asesinatos cobraba ahora su venganza.
Una lectura muy recomendable es el líbro: "Requiem por el soldado Cristóbal de Olea", bien elaborado, con escelente bibliografía y primeras fuentes, es una lectura obligada sobre el tema.

5º- Y ya por último, el conquistador español medio, puede que fuera un aventurero en busca de riqueza y oro, un hombre sin escrupulos de indudable valor, pero no era un patan en batalla como alguien a insinuado. La mayoría de los infantes que fueron con Cortes y Narvaez, eran soldados viejos expertos en el oficio de la guerra, veteranos de las guerras de Italia contra Francia, los cuales vieron en las Americas otro campo de batalla que conquistar, no les confundamos con los colonos del far west por favor.

Un abrazo a todos.
 
belis said:
Bueno casualmente hoy hemos estado hablando de esto en clase de América moderna, a ver, lo primero es que el número de aztecas está exagerado, es logísticamente imposible poner a 40.000 guerreros en el campo de batalla y quedarse tan pancho. Vaya esto por delante, cifras más realistas serían 10.000 o 20.000 como mucho.

Luego lo comentado, los españoles contaban con un grueso de tropas indígenas, con lo que no contaban era con armaduras de metal ni armas efectivas, las armaduras que usaban eran las nativas de fibras vegetales, las suyas hacía tiempo que se oxidaron y quedaron inservibles, otro tanto con las espadas, se oxidaban en sus fundas, y aun cuando podían usarse se solían enganchar en las armaduras mexicas de fibras trenzadas, lo que dificultaba el combate, y en cualquier caso se rompían fácilmente en un golpe contra una macana, que además podía partir el cuello de un caballo sin muchos problemas.

Por otra parte está lo que dice Soldier sobre lo buenos y profesionales que eran los guerreros mexicas y sus tácticas, bien, eran buenos y profesionales desde su punto de vista, desde el punto de vista de los conquistadores eran unos guerreros tácticamente torpes, lógico, los mexicas buscaban otra finalidad en el combate, capturar prisioneros, los mejores guerreros eran los que más capturaban, no los que más mataban.

:rolleyes:

Hay ciertas cosas de las que dices que me suscitan algunas dudas.

Poner a un ejército de 40.000 guerreros en campaña, efectivamente plantea problemas logísticos que exigen preparativos con bastante anticipación. Y normalmente, una campaña significa la consecución de objetivos amplios a través de varias batallas, tales como la conquista de territorios o su defensa prolongada contra una fuerza hostil que tiene la voluntad de conquistarlos.

Pero para una única batalla decisiva, en la que se busca ir al encuentro del enemigo para destruirlo allí mismo donde se halle, un ejército semejante puede marchar solo con los pertrechos necesarios para esa acción, bajo el supuesto de que después de esa, no podrá haber otra batalla con independencia de su resultado (por algo se la considera decisiva).

En este sentido, tal ejército de 40.000 guerreros aztecas sería algo factible si tenemos en cuenta la cantidad de población (Tenochtitlan, en cuanto ciudad, tenía mayor cantidad de habitantes que cualquier capital europea de la época). Otra cosa es que la fuente que da ese dato sea más o menos fiable, bajo la sospecha de que "inflando" los efectivos del enemigo, el vencedor sea visto como más heroico y glorioso.
Pero creo que tampoco es el caso: con solo adjudicarle una ventaja de 3:1 para los aztecas, la fuente ya le habría concedido a Cortés el mérito de una victoria épica. Por tanto, la cifra de 40.000 me parece digna de cierto crédito.

Tácticas son tácticas. Y los aztecas dominaban unas cuantas. No estoy muy seguro de que Cortés opinara que los aztecas fueran militarmente torpes; simplemente porque no podía permitírselo: su audacia no era tan temeraria como podría suponerse tras una visión superficial, sino que era una audacia calculada que tensaba al máximo sus posibilidades.
Y en ese sentido, menospreciar la capacidad bélica de los aztecas, podría haberle supuesto una derrota absoluta.
Sin querer desviar el tema, algo así les ocurrió a los ingleses en la batalla de Isanduslwana (creo que se escribe así) contra un ejército zulú.

Referente a las armas de los castellanos... :rolleyes:

Desde mis relativos conocimientos de metalurgia, me permito cuestionar la afirmación de que una macana de madera (por muy dura que sea) pueda partir una hoja de acero. Eso será si se golpea con el canto de la espada, y no con el filo... pero entonces (dejando de lado el accidente en el fragor del combate) habría que suponer que los expedicionarios de Cortés no tenían ni nociones básicas de esgrima (lo que, en lo referente a "hombres de armas" como se consideraban a sí mismos, sería suponer demasiado mal).

El acero de Toledo es heredero directo del acero de Damasco. Y su secreto está en el nitrurado que se le da al acero durante el temple, lo que le da a la hoja una mayor tenacidad superficial. No por nada las armas blancas de Toledo fueron consideradas como las de mayor calidad en Occidente durante siglos: su filo era más resistente y duraba más tiempo, era menos propenso a las melladuras, y el corazón de la hoja era lo suficientemente blando y flexible como para absorber los impactos contra espadas, escudos y petos sin partirse ni fisurarse (al menos, cuando se golpea con el filo).
Por tanto, no creo que las macanas indias puedan partir la hoja de una espada, a poco experto que fuera el esgrimista.

Tampoco puedo imaginarme la manera en que un peto de fibras trenzadas pudiera enganchar a la lisa hoja de una espada, dejando prácticamente desarmado a su dueño.

Pero lo que me parece aún menos creíble, es que los conquistadores en Otumba estaban prácticamente desarmados debido al deterioro de sus armas. Es que sencillamente no me cuadra. :rolleyes:

1) El imperio azteca se asentaba en la meseta central de Mexico, a unos 2000 msnm en promedio, y su clima es bastante seco... más o menos se lo podría comparar con el de la meseta castellana.
Por tanto, el acero es poco propenso a la oxidación a poco interés que se ponga.

2) Los conquistadores eran "gente de armas": aventureros que vivían de la guerra y no se dedicaban a ninguno de los "oficios viles" (como el Capitán Alatriste, para establecer referencias literarias fiables :cool: ).
El cuidado de sus armas era algo consustancial a su oficio; no solo porque sus vidas podían depender de ello, sino porque además eran propiedad suya y no salían precisamente baratas (un arcabucero que perdiera su arcabuz, perdía su medio de vida; y si no tuviera dinero para comprar otro, no tendría más remedio que enrolarse como piquero en algún tercio que saliera de campaña... y la diferencia en la soldada de unos y otros, no era despreciable :rolleyes: ).
Tampoco me parece creíble que Cortés y sus capitanes hicieran la menor concesión en el cuidado que los hombres pusieran en la conservación de sus armas: dado el cariz que le imprimió a su campaña de conquista, una vez agotados la pólvora y los dardos para las ballestas, dependerían de los aceros para combatir y concretar sus designios. Y siendo tan pocos, el éxito de todos dependía de la mayor contribución de cada uno.
Así que la pólvora, las mechas para arcabuces y las cuerdas para las ballestas, debían mantenerse secos; y quienes se encargaban de preservarlos, eran los dueños de las armas que necesitaban esos materiales para combatir.
Para preservar al acero del óxido, solo hace falta mantenerlo limpio y correctamente engrasado; y para eso vale cualquier grasa animal o vegetal. La costumbre era que, al final de un combate, la hoja se limpiaba de cualquier rastro de sangre (la sangre produce "corrosión por ataque bilógico"), se aguzaba y asentaba el filo si fuera necesario, y luego se engrasaban cuidadosamente tanto la hoja como la cazoleta o los gavilanes.

Un saludo. ;)

Ps.: Pese a tratarse de un combate que no figura en los manuales militares por su escaso interés táctico, ¡hay que ver lo que está dando de sí el tema! :D
 
Vacceo said:
De hecho cortés se encontró a un señor llamado Gonzalo (no recuerdo el apellido) que estaba casado con tropecientas indias y viviendo la vidorra padre en su camino a Veracruz... :D

El tipo se llamaba Gonzalo Guerrero y era considerado un cacique y por eso no quiso volver con los españoles, tambien había otro que se llamaba Jeronimo Aguilar que sí que volvió y se unió a Cortés. Estos eran los dos únicos supervivientes de un naufragio en el que viajaban con Valdivia.
 
EDU_HAUSSER said:
5º- Y ya por último, el conquistador español medio, puede que fuera un aventurero en busca de riqueza y oro, un hombre sin escrupulos de indudable valor, pero no era un patan en batalla como alguien a insinuado. La mayoría de los infantes que fueron con Cortes y Narvaez, eran soldados viejos expertos en el oficio de la guerra, veteranos de las guerras de Italia contra Francia, los cuales vieron en las Americas otro campo de batalla que conquistar, no les confundamos con los colonos del far west por favor.
Dudo mucho que la mayoría fueran soldados. Eran un ejercito privado contratado por el adelantado a cuenta de inciertos beneficios. Repasaos las biografías de los conquistadores y vereis que muy poquitos tenían experiencia militar. El mismo Cortés jamás había estado en el ejército y reclutó a sus hombres de lo que había disponible en Cuba, no en la Península.
Los soldados de las guerras de Italia se habían quedado en Nápoles, disfrutando de su buena paga y de la dolce vita. No sé si tan sólo uno dejaría aquello por una vida incierta en el culo del mundo. Si que había algún veterano de las guerras de Africa, que dieron poco beneficio. No creo que uno entre diez tuviera experiencia militar, aunque esos obviamente serían los sargentos, y se encargarían de enseñar a los demás. Caballero era el que tenía pasta para comprarse un caballo, lo que no era trivial, y normalmente correspondía a los segundones de posibles, es decir hidalgos. Gente cuya única formación militar habría estado a cargo de su familia y círculo social.
VonManstein1 said:
Porque es bastante facil que cuando un caballo se pone al galope arrase una primera fila de personas o incluso una tercera o una cuarta ( si son caballos de guerra adiestrados para eso), pero llega un momento en que comienzan los problemas:
No había filas que arrasar. Los nativos jamás consiguieron detener una carga de caballería en campo abierto, incluso cuando eran pocos caballos. Sencillamente no tuvieron la oportunidad de desarrollar las tácticas y armamento para hacerlo (algo que en Europa llevó siglos). Los Incas, que lucharon valientemente contra los españoles mucho más tiempo que los Aztecas, tampoco lo consiguieron. Ellos ya no tenían miedo a los caballos y trataban de presentar batalla en zonas quebradas, y de abrir hoyos en los campos de batalla para que se rompieran las patas. En el sitio de Cuzco varios indios se cogían de las colas de los caballos impidiéndoles caminar.
Sin embargo cuando la caballería tenía espacio, no había filas. Los indios se dispersaban ante unos jinetes que mataban a diestro y siniestro, tratando de salvar sus vidas a la carrera. Eran como un banco de peces ante un tiburón. Cualquier oposición ante un jinete acorazado era muerte segura.

La carga de los hombres de Cortés debió de ser un espectáculo. Como segadores abriéndose paso sin oposición mientras centenares de indios se dispersaban, avanzando inexorables hacia su objetivo, que probablemente contemplaba horrorizado cómo la muerte venía hacia él.

Hay que reconecerle a Cortés (y también a Pizarro en Cajamarca), que tomaron las decisiones acertadas. Cualquier otra decisión hubiera supuesto su muerte y estaríamos celebrando a otros conquistadores que llegaron después. Recordemos además que Cortés había perdido dos dedos la semana anterior en la huida de Tenochtitlan.
 
Una precisión sobre este interesantísimo tema, en Otumba, como en el resto de batallas de la conquista, la caballería española no cargaba al galope, sino al trote.
Esto se hacía por varias razones:
1) Minimizar el riesgo de caídas o tropiezos del caballo. Un jinete sin montura era un cadáver.
2) Preservar la cohesión de la unidad. No es lo mismo enfrentarse a 16 jinetes acorazados que a uno solo. Si un jinete quedaba aislado sería rodeado, atacado por la espalda, descabalgado y muerto.
3)Maximizar el impacto de la carga. Si vas al trote matas más que si pasas a toda leche :D.
Así que la imagen de jinetes españoles embistiendo a todo galope a 40.000 indios es falsa, la imagen correcta es la que describía Fodoron, un grupo de tiburones entre un banco de atunes, tajando a diestro y siniestro mientras los indios corren ante ellos y el general del ejército azteca va pasando por todas las fases del terror (mira esos pringaos parece que tienen prisa por morir....joé, se defienden bien.....mierda van haciendo progresos, ¿no pensarán?.....Dios si que lo piensan.......vienen a por miiiiiiiiiiiiii) :wacko:
 
Soldier_Fortune said:
El acero de Toledo es heredero directo del acero de Damasco. Y su secreto está en el nitrurado que se le da al acero durante el temple, lo que le da a la hoja una mayor tenacidad superficial. No por nada las armas blancas de Toledo fueron consideradas como las de mayor calidad en Occidente durante siglos: su filo era más resistente y duraba más tiempo, era menos propenso a las melladuras, y el corazón de la hoja era lo suficientemente blando y flexible como para absorber los impactos contra espadas, escudos y petos sin partirse ni fisurarse (al menos, cuando se golpea con el filo).
Por tanto, no creo que las macanas indias puedan partir la hoja de una espada, a poco experto que fuera el esgrimista.

El acero toledano, aunque de muy buena calidad no tiene nada que ver con el dmasco (que en realidad venía de la india, en damasco solo lo forjaban a partir de lingotes importados) son cosas completamente distintas. Su secreto era la calidad homogenea y el temple. Por cierto lo del nitrurado es la primera vez que lo oigo ¿puedes ampliar la información?
 
kaoss said:
El acero toledano, aunque de muy buena calidad no tiene nada que ver con el dmasco (que en realidad venía de la india, en damasco solo lo forjaban a partir de lingotes importados) son cosas completamente distintas. Su secreto era la calidad homogenea y el temple. Por cierto lo del nitrurado es la primera vez que lo oigo ¿puedes ampliar la información?

Dije que el acero de Toledo era "heredero" del acero de Damasco, no que fueran lo mismo. :rolleyes:

Al menos, eso es lo que me dijo hace años un maestro forjador de Toledo hace años. Según él, los árabes llevaron sus técnicas artesanas por todo el mundo musulmán, incluído Al Andalus. Al reconquistarse la ciudad por parte de los castellanos, las técnicas de forjado y temple fueron mantenidas y adaptadas a los aceros que se fabricaban en España.

La calidad del acero que se emplee, en cuanto a su contenido de carbono, tiene mucho que ver en la calidad de la espada. Pero también tiene que ver todo el proceso de forja y temple de la hoja.

Los europeos usaban aceros con menos de 1% de carbono, lo que permitía mayor ductilidad del material y facilitaba su forja. El acero indio que usaban los árabes tenía 1,5% de carbono... al que hay que saber trabajarlo a la temeperatura adecuada si se quiere obtener una espada, y no "un cacho de fierro que parezca una espada".

Para la forja de la hoja, los europeos solían calentar el acero hasta el "rojo amarillo" (entre 1100 y 1300 C): a esa temperatura el acero es muy plástico y se le puede ir dando forma con bastante facilidad.

Los árabes, en cambio, lo calentaban hasta el "rojo púrpura" (entre 600 y 800 C). Es más difícil de forjar y cuesta mayor esfuerzo... pero la hoja resultante era mucho más tenaz y resistente que la de una espada europea de la época, a la vez que resulta más flexible, y podía afilársela hasta dejarla tan cortante como una navaja de afeitar (cuentan las leyendas que la espada de Saladino podía cortar un velo en el aire).
Es esta temperatura de forjado la que le dió su calidad y su prestigio al acero de Toledo en Europa... aún cuando por el el tipo de acero utilizado (con menor contenido de carbono), estuvieran algún escalón por debajo de las famosas espadas hechas con "acero de Damasco".

Pero la forja es solo una parte del proceso. El temple es el tratamiento final antes del pulido y afilado de la hoja.
Consiste en calentar la hoja de acero hasta cierta temperatura, y luego enfriarla rápidamente en algún medio líquido o gaseoso. En esta etapa, dependiendo del tipo de acero y de la estructura interna de la pieza, son tan importantes la temperatura de calentamiento como la rapidez del enfriamiento, para lograr aquello que se busca y no otra cosa.
P.e.: si se calienta una hoja de acero hasta el rojo amarillo y luego se la enfría en agua helada, el resultado será una espada muy dura... paro casi tan frágil como el vidrio.
Si en cambio se calienta hasta el rojo cereza y luego se la enfría rápidamente, se obtiene una espada más tenaz... pero propensa a perder el filo o mellarse más fácilmente.

Al parecer la clave de un buen temple para espadas estaba en "calentar la hoja hasta que adquiriera el color amarillo del sol de desierto; dejarla reposar hasta que la hoja adopte el color del rojo real [rojo púrpura o cereza]; y luego hundirla en el cuerpo de un guerrero capturado en combate, para que su espíritu se transmita a la espada".

Esa cruenta ceremonia fabril, nos conduce hasta la nitruración o nitrurado del acero.
La nitruración es el temple del acero en una atmósfera rica en nitrógeno, a partir de temperaturas de unos 800 C o inferiores.
Hoy en día se somete a nitrurado a las piezas de acero que deben tener una gran resistencia al desgaste, y por tanto necesitan de una gran tenacidad, tales como las pistas de los cojinetes de bolas o las camisas de los cilindros de los motores de explosión.

La absorción de nitrógeno por el acero es muy lenta, y por tanto se requiere repetir el proceso varias veces, o mantener la temperatura del acero durante varias horas en la atmósfera de nitrógeno antes de enfriarlo, para que penetre solo unos pocos milímetros desde la superficie hacia el interior de la pieza.

Sin saber siquiera lo que era el nitrógeno, los árabes aplicando técnicas muy anteriores al surgimiento del Islam (y que tal vez se remonten a los hititas), encontraron la nitruración del acero: al parecer, los tejidos internos de un cuerpo vivo liberan nitrógeno cuando se los somete bruscamente a una temperatura suficientemente elevada.

Aunque posteriormente la modificaron para no hacerla tan cruenta (por los cautivos de guerra se podía obtener un rescate proporcional a su importancia, y además se evitaba someter al "donante" a un suplicio difícilmente conciliable a las doctrinas musulmanas, y que resultaba indigno de un guerrero, ya que la hoja debía permanecer entera dentro del cuerpo del prisionero hasta que se enfriara hasta la temperatura ambiente... lo que viene a significar que el prisionero debía ser empalado con la hoja de acero al rojo :wacko: ).

No se sabe cómo descubrieron la equivalencia... pero en algún momento los herreros árabes pusieron a pudrir pieles crudas de carnero en el agua de las pilas de temple. Y con eso no solo consiguieron un proceso equivalente menos cruel para darle mayor tenacidad superficial a sus espadas, sino que incluso la aumentaron repitiendo el proceso varias veces hasta alcanzar el temple deseado.
Porque resulta que esas pieles inmersas en el agua de templado, liberaban nitrógeno que quedaba disuelto en el agua. :cool:

Los maestros armeros de Toledo supieron aprovechar la herencia artesanal y las técnicas metalúrgicas que les dejaron los árabes, y las han ido adaptando magistralmente hasta hoy, a medida que fueron progresando los conocimientos científicos y técnicos. ;)
 
Interesantísima lección de forja y temple que te agradezco, Soldier_Fortune. Lástima que joyas como ésta queden enterradas dentro de hilos de otras cosas y luego sean inencontrables. Pero me quedo con tu cara por si alguna vez necesito información o fuentes al respecto :D
 
Soldier_Fortune said:
Al parecer la clave de un buen temple para espadas estaba en "calentar la hoja hasta que adquiriera el color amarillo del sol de desierto; dejarla reposar hasta que la hoja adopte el color del rojo real [rojo púrpura o cereza]; y luego hundirla en el cuerpo de un guerrero capturado en combate, para que su espíritu se transmita a la espada".

Esa cruenta ceremonia fabril, nos conduce hasta la nitruración o nitrurado del acero.
La nitruración es el temple del acero en una atmósfera rica en nitrógeno, a partir de temperaturas de unos 800 C o inferiores.
Hoy en día se somete a nitrurado a las piezas de acero que deben tener una gran resistencia al desgaste, y por tanto necesitan de una gran tenacidad, tales como las pistas de los cojinetes de bolas o las camisas de los cilindros de los motores de explosión.

Esa hstoria ya la había oido antes y, la verdad, me parece poco creible. La cantidad de nitrógeno que se puede absorber del cuepo es mínima. Como bien dices las nitruraciones se hacen en hornos a alta temperatura, durante horas y con atmosferas especiales de HCN (ácido cianíodrico cianídrico) u otros gases (creo recordar que también se usa amoniaco, NH3, pero no me hagais mucho caso que hablo de memoria), porque el N2 que es la forma que toma el nitrógeno atmosférico (y el que circula por nuestra sangre) es demasiado estable para descomponerse y penetrar en la estructura cristalina del acero.

El proceso tiene sentido, pero por otros motivos, una hoja en el cuerpo de una persona se enfría más lentamente que en la atmosfera o sumergida en líquido y puede que esa velocidad de enfriamiento más lenta fuese mejor para el temple, los aceros altos en carbono se han de templar con velodcidades de enfriamiento menores o la estructura tendrá tensiones internas, llegando incluso a agrietarse. Los herreros japoneses, por ejemplo, envolvían las hojas de las katanas en una mezcla de barro y paja, para evitar enfriameintos demasiado rápidos.
 
Un pequeño apunte Soldier; tal y como cuentas el proceso de templado, me recuerda muchísimo a cómo Apiano contaba cómo los nativos hispanos templaban sus armas: calentándolas y enterrándolas aún calientes en turba dejando que la hoja se enfríe durante varios días. Posteriormente la hoja se volvía a trabajar con el fin de eliminar el óxido de la pieza.

Un arqueólogo especializado en metalurgia me dijo en cierta ocasión que si el proceso de forja en España era tan "depurado" se debía básicamente a que la materia prima para obtener hierro (el mineral) en la Península aparece normalmente asociado al azufre (calcopiritas y así) que le hace quebradizo; por ello para eliminar dicho azufre y a falta del proceso Bessemer, le metían el doble de trabajo en la forja y temple.