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unmerged(169213)

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Sep 26, 2009
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  • Hearts of Iron III
  • Victoria 2: A House Divided
Buenas, aunque llevo pocos mensajes en el foro, lo he seguido durante bastante tiempo, y es una de las razones por la cual estoy enganchado a los juegos de paradox.

Y bueno, tras mucho jugar, decidí registrarme y hacer una historia de mi partida este verano, pero claro, tras darle muchas vueltas y comenzar a escribirla, me dí cuenta de que en cuanto comenzara la universidad, no tendría tiempo de mantener un ritmo de actualizaciones continuo, asi que fuí escribiendo, y escribiendo, y dejandolo en una carpeta que cree para la ocasión.

Y claro, os direís, ¿qué tiene este AAR que no tengan otros? Ahí no os puedo responder, es otra hisotira más en SP llevando a Alemania (de la cual hay cien y una historias) comenzada en el escenario del 36. La dificultad es normal/violenta, pero la aumentare conforme pase el juego. También, otra de las razones por la cual no subí antes el AAR era porque no sabía hacer eventos hasta ahora. lo cual le restaba bastante credibilidad a la partida.

Y bien, tras esta "breve" introducción, querría aclarar más o menos el ritmo de actualización, intentare por todos los medios posibles actualizar minimo una vez a la semana, el día intentare que sea siempre el mismo. Lo que tengo claro es que lo llevare hasta el final, independientemente del resultado, también, y aunque no suene muy bien para los lectores, puede que en temporada de examenes, halla semanas que no actualice, pero como bien he dicho, al llevar ese colchon ya escrito, puede que no sea necesario recurrir a esta medida extrema.

Bueno, y tras este bonito ladrillo de presentación, no queda más que dejaros con el prólogo.

Un saludo y gracias por leerme! :D
 
Prólogo

Muerte.
Destrucción.
Miseria.
Guerra.

Estos son conceptos que a Europa le son muy familiares desde el comienzo de los tiempos.

Las guerras se iban sucediendo, cada vez más desoladoras que las anteriores, hasta que aquel infame 28 de julio de 1914 Europa se sumió en las tinieblas por culpa de la pólvora, el fuego y sobre todo del odio entre los hombres. Odio, que arrastró a nuestro país a una guerra que le costó más de dos millones y medio de almas, además de la obligación de firmar una paz que nos traería la más grande de las miserias.

Nuestros padres, jóvenes por entonces, lucharon y murieron codo con codo en las trincheras de Europa, muchos no regresaron a casa, y los que lo hicieron aquel 11 de noviembre del 18, cuatro años más tardes, fueron acogidos en su patria con la desgracia.
Les acusaban de haber condenado a Alemania, porque así somos los hombres, no asumimos nuestros errores, culpamos a otros de ellos.

La república no supo cómo reaccionar, rendida a los deseos de las potencias vencedoras, la endeudaron, desprestigiaron y desarmaron; todo ello en pos de evitar otro conflicto, sin saber que en la persecución de esa meta estaban logrando todo lo contrario. Con el paso del tiempo, y las privaciones a las que teníamos que hacer frente en los corazones de todos los alemanes surgió el odio, un odio hacía Versalles y hacia todo lo que representaba. Mi padre me hablaba de la Gran Alemania de antes de la guerra, de una nación sin bonos de racionamiento, de una nación sin el miedo al extranjero, de una nación poderosa y orgullosa, pero no era más que eso, palabras que pronunciaba un “viejo” acabado.

Nos educaron en base al pasado, evitando de este modo abrir los ojos a la triste realidad, Alemania ya no era lo que había sido, no era más que un puntito en el mapa, un puntito alrededor del que las potencias occidentales se situaban para rapiñar su parte. Tal vez fue por eso, tal vez, porque de verdad era necesario, en el año 33 las urnas dieron la victoria a Hitler y a su partido, en poco tiempo y, para sorpresa de todos, pareció que la mortalmente abatida Alemania se recuperaba de sus heridas y, no sin esfuerzo, comenzaba a caminar de nuevo en pos de las demás potencias europeas.

Terminé de estudiar traducción e interpretación inglesa y siguiendo los pasos que mis padres querían para mi, pase a engrosar las filas de la Wehrmacht. Fue al final de aquel caluroso verano del 39, recién cumplidos los 25 años, cuando recibimos las órdenes de tomar posiciones a lo largo de la frontera con Polonia. Todos esperaban un nuevo milagro del Führer, una nueva anexión para la Gran Alemania de nuestra generación, una Alemania que eclipsaba todo lo que nuestros padres nos habían contado. Estábamos ávidos de gloria, deseosos de cruzar la frontera, como ya había ocurrido tanto en Austria como en Checoslovaquia, y ser recibidos por nuestros congéneres germanos con los brazos abiertos… Lo que no sabíamos por aquel entonces era cuan equivocados estábamos; al otro lado de la frontera con Polonia no aguardaba la gloria ni el triunfo, sino los gélidos brazos de la muerte, que lentamente de nuevo, se cernían alrededor de Alemania.

¿Y quién soy yo? Os preguntareis… no soy más que un simple cabo del 312 Regimiento, encuadrado en la 58ª División de infantería del XXº Korps bajo las órdenes del teniente general Von Wietersheim.

Soy Stefan Vollmer y está, es mi historia...
 
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Te recomiendo que añadas imágenes. Le da mucha calidad al AAR.
 
De nada hombre. Tu pégales una patada en el culo a gabachos y brítanicos y yo me sentiré en la gloria. :D
 
Un nuevo AAR con Alemania... tendrás mucha competencia en la audiencia, pero al menos, ya nos tienes a nosotros dos como lectores.


Y digo dos, porque obviamente yo valgo el doble que cualquier otro. El valor de Viden es un largo tema de discusión de la filosofía oriental que todavía no tiene solución, junto al enigma del árbol :rofl:
 
Un nuevo AAR con Alemania... tendrás mucha competencia en la audiencia, pero al menos, ya nos tienes a nosotros dos como lectores.


Y digo dos, porque obviamente yo valgo el doble que cualquier otro. El valor de Viden es un largo tema de discusión de la filosofía oriental que todavía no tiene solución, junto al enigma del árbol :rofl:

No voy a caer en tus provocaciones. :p
 
Deuschland uber alles! Este panzergranadero de suma a la marcha hacia el Este.¡Y al Oeste,pues espero que germanices Amerika!Un saludo y a por ellos
 
Esto no es una actualización en sí, es sólo un pequeño paréntesis aclaratorio para aquellos que seguís la historia.

El mundo de 1939 de mi Aar no es demasiado diferente respecto al mundo real en esa misma fecha. Sin embargo, hay acontecimientos que se han desarrollado de forma diferente. En junio del 37 Japón declaraba la guerra a China Nacionalista y, para mi sorpresa, en mayo de 1939 Japón dibuja un nuevo mapa de Asia, se anexiona Yunnan y Xibei San Ma y convierte a China en su títere. En Europa, lo único que cambia es el adelanto de la victoria nacional para mediados del 38.

Esto ha sido lo que ha ocurrido digamos de forma natural, luego mediante eventos, he hecho lo siguiente:
- Independencia de India como títere de UK.
- Independencia de Egipto como títere de UK.
- Dar a Canadá la verdadera importancia que tuvo durante la 2ª GM dotándola de un poco más de IC.
- Acabar con todos los oficiales vieja guardia de la Wehrmacht.

En fin, tras esos pequeños cambios, el mapa del mundo (Europa y Asia) queda configurado tal que así:



Deuschland uber alles! Este panzergranadero de suma a la marcha hacia el Este.¡Y al Oeste,pues espero que germanices Amerika!Un saludo y a por ellos

Bienvenido!!! Muchas gracias por leerme, y tranquilo, todo se andará y ya se sabe que a los yankis eso de que haya otra potencia no les va a hacer mucha gracia

Un nuevo AAR con Alemania... tendrás mucha competencia en la audiencia, pero al menos, ya nos tienes a nosotros dos como lectores.

Espero que mi Aar guste tanto como para que lo siga la gente, y la verdad tengo mucha competencia y muy buena, todo sea dicho, pero vamos, intentare estar a la altura ¡Muchas gracias por seguir el Aar!

Un saludo a todos y mañana actualizare con el primer capitulo, adelanto que será un tanto coñazo, pero pronto empezarán las tortas.
Espero que me leaís y opineís!
 
Capitulo 1

"Sòlo el que se da por vencido està perdido"
Hans-Ulrich Rudel​
Capitulo 1: Un reich de mil años

El Reichstag, el emblemático edificio que constituía el centro de poder de Alemania situado en el corazón de Berlín se alzaba orgulloso ante él. Fue en ese mismo edificio donde Hitler y los nazis ascendieron al poder y fue desde ese mismo edificio desde donde comenzaron a tomarse las medidas necesarias para convertir Alemania en el Tercer Reich.


Los vehículos de la comitiva desaceleraron hasta detenerse ante las escaleras que subían a las puertas principales del Reichstag. Una comitiva de soldados perfectamente uniformados le esperaban con los últimos rayos de sol, Gerd von Rundstedt se colocó bien la gorra y el bastón de Mariscal de campo, los soldados se pusieron firmes y saludaron. El oficial alemán de 64 años comenzó a subir las escaleras que conducían a la puerta principal del edificio, la cual se encontraba flanqueada por más soldados, que le recibieron con el saludo militar. Aunque se tratase del centro de gobierno del Reich, la seguridad era excesiva, pensó.

Al entrar al interior de la cancillería, Himmler le aguardaba flanqueado por dos oficiales de las SS. Tras saludarse formalmente y acompañarlos a lo largo de suntuosos pasillos, llegaron a una puerta que estaba guardada por más soldados. Himmler despidió a sus dos escoltas y procedió a entrar junto al mariscal a una pequeña antesala donde dos hombres de traje recogieron los abrigos así como las gorras y el bastón de Von Rundstedt antes de retirarse.
- Heinrich, ¿cuándo me explicarás a qué viene tanta seguridad? – preguntó Rundstedt.
- Gerd, me han prohibido revelar el más mínimo detalle, Berlín es un hervidero de espías, las fuerzas de Hans han acabado con más de 50 infiltrados en los últimos dos años, pero te puedo asegurar que todas las respuestas a tus preguntas están detrás de esas puertas – tras estas palabras Himmler, ministro de seguridad del Reich, entró en la habitación colindante.

La sala era amplia y lujosa, aunque pobremente iluminada. Había varías mesas con mapas, así como maquetas situadas alrededor de una mesa oval en la que estaban sentados algunos de los más altos cargos del Reich. Muchas caras le resultaban familiares de los periódicos y la propaganda del partido. Himmler se adelantó y se sentó junto a quien Rundstedt reconoció como el Jefe de la Inteligencia militar Hans Oster. El mariscal siguió observando a los distintos ocupantes de la habitación, excepto Hitler, Hess y von Neurath, todo el estado mayor de Alemania estaba ante él. Se sentó en la silla que estaba reservada para él y, al cabo de unos minutos, otro mariscal entró en la sala acompañado de Hess, el Jefe de Gobierno del Reich. El nuevo mariscal era von Gienanth, el encargado de los ejércitos del oeste del Reich.



Pasó cerca de una hora hasta que Hitler, acompañado de von Neurath, entró en la sala. Todos se pusieron en pie y saludaron al Führer de Alemania. Una vez estuvieron todos, este dio comienzo a la reunión.
- Queridos señores, me gustaría agradecer, ante todo y principalmente a los dos mariscales de campo, la presteza con la que han acudido. Antes de revelar el verdadero sentido de esta reunión, repasemos el estado actual en el que se encuentra nuestra nación. Por favor, Hess, ¿podrías sintetizarnos el nivel de industrialización en el que nos encontramos?
- Bien, señores – dijo Hess mientras se levantaba tomando en la mano un dossier - como pueden apreciar en sus documentos, la nación se encuentra en un estado de industrialización bastante avanzado. Además, hemos destinado durante estos años una importante cantidad de nuestra producción a conseguir un excedente de casi todo. De lo que más faltos estamos es de materiales tales como el caucho, estaño… Pero aún son suficientes como para mantener la producción durante varios años. El caso de la pérdida de suministros es algo más preocupante, pero tenemos una ingente cantidad que hemos acumulado durante estos años para casos como estos.


- Perfecto. – intervino Hitler -. Ludwing, ¿podrías proceder a exponernos cuál es el estado de nuestras fuerzas militares?
- Por supuesto, mein Führer – Ludwing Beck, Jefe del Estado mayor, se puso en pie -. Nuestras fuerzas armadas a día de hoy son las siguientes: los ejércitos de tierra están compuestos por 129 divisiones y las fuerzas aéreas las componen 30 escuadrones en total. Estas cifras son bastante alentadoras, pero las hemos conseguido a costa de la armada, puesto que disponemos únicamente de 22 buques, la mayoría obsoletos, y 18 flotillas de diversas índoles, de las que cabe resaltar las flotillas de submarinos que componen, a día de hoy, la espina dorsal de la Kriegsmarine.


- Comprendo –indicó el dictador asintiendo- Göring, ¿podrías indicarme exactamente el estado actual de la Luftwaffe?
- Sí, mein Führer –el rollizo Göring se puso en pie mientras pasaba páginas apresuradamente en su dossier-, si todos observan las páginas 35-36 de sus carpetas podrán observar un estudio minucioso de los aparatos con los que actualmente cuenta la Luftwaffe. Siguiendo órdenes expresas del Führer procedimos a modernizar a la fuerza de interceptores en primer lugar, dotando a nuestro país de 16 escuadrones, agrupados en cuatro alas.


- También –continuó el jefe de las fuerzas aéreas tras la pausa- hemos procedido a crear una considerable fuerza de ataque a tierra y, como iniciativa propia, he pedido la construcción de escuadrillas de escoltas para todos los bombarderos tácticos de nuestras fuerzas – añadió con pomposidad, aunque todos los presentes sabían que sólo lo decía para quedarse con los meritos de lo que habían pedido los pilotos de los bombarderos


Tras estas últimas palabras, los presentes en la sala comenzaron a murmurar entre ellos sobre las hipotéticas razones de su convocatoria a tal reunión.
- Bueno señores –Hitler levantó la mano reclamando de nuevo la atención de los componentes de la cámara- Una vez que ya sabemos como está nuestra nación. Demos paso al verdadero tema a tratar.
Los componentes de la cámara guardaron silencio interrumpido únicamente por Ludwing, al indicar que se presentaran sus ayudantes personales.
- Mein Führer, pido permiso para hablar –rompió el silencio Rundstedt, a lo que Hitler le respondió asintiendo con la cabeza-. ¿Qué asunto es tan importante como para tener una seguridad semejante? ¿Es que acaso esperamos un ataque?
- Mi querido mariscal, las respuestas a su tiempo –respondió con tranquilidad el dictador y se puso en pie mientras los ayudantes de Ludwing desplegaban una serie de mapas sobre la mesa-. Ahora descubrirán porqué han sido llamados a Berlín con tanta presteza.
Los presentes se arremolinaron alrededor de los mapas y observaron con asombro que se trataban de documentos de origen militar, los cuales mostraban las posiciones de fortificaciones y tropas además de numerosos informes de carácter militar sobre las fronteras del Reich.


Todos se quedaron perplejos ante uno en especial. Un papel en el cual se había escrito, sin saberse, el destino de Alemania.
- Mein Führer ¡eso es territorio polaco! –apreció asombrado Giennanth.
- Exacto –Hitler cruzó los brazos a la espalda y comenzó a andar alrededor de los presentes-. Queridos caballeros, durante estos seis años hemos reconstruido nuestro país persiguiendo un único ideal, la reconstrucción de un espacio vital para nuestro pueblo, la consecución de una nueva Alemania. Hemos reclamado a occidente todos los territorios que históricamente nos han pertenecido o que son de población germana.


Los presentes seguían con detenimiento las palabras del dictador, mientras contemplaban los distintos mapas.
- ¡Danzing nos pertenece! No podemos permitir que la población germana siga viviendo oprimida bajo el yugo polaco, y por eso ha llegado la hora de intervenir.
- Pero, señor ¿por qué no lo intentamos por la vía diplomática como hemos hecho con anterioridad? –dijo Rundstedt.
- Ya lo hemos intentado, pero se han negado rotundamente a entregárnosla, incluso nos han retado a que vayamos por ella –respondió Neurath.
- Señores, si no respondemos a esa clara amenaza, todo por lo que hemos luchado se desmoronará ¡No podemos permitirnos mostrar debilidad! Ya sea diplomáticamente, ya sea militarmente, Alemania recuperará Danzing – sentenció Hitler.
- Pero Mein Führer –replicó Giennanth- ¿Y las potencias occidentales? ¿O la URSS? No creo que permanezcan imparciales mientras invadimos un país. Además no creo que los comunistas vean con buenos ojos nuestra expansión territorial.
- La URSS no es problema, Von Giennanth, mi compañero, Ribentropp, logró lo impensable –Neurath sacó de su dossier una carpeta que contenía el sello de la Abwehr-. El pasado 23 de agosto, mi homólogo de la URSS se reunió con Ribbentropp en presencia de Stalin. Tras mucho negociar se alcanzó un pacto que, incluso hoy, a mí me resulta sorprendente. Nuestros vecinos comunistas accedieron a colaborar con nosotros a cambio de que Europa del Este quedara dividida entre nuestras respectivas esferas de influencia y, estas esferas, incluían la partición del territorio polaco.
El ministro de asuntos exteriores pasó a mostrar los distintos documentos.



- Como ha expuesto Constantin, los comunistas no constituirán ningún problema –dijo el Führer restándole importancia al asunto-. Y, en cuanto a las demás potencias occidentales, Gran Bretaña es un imperio en declive y Francia apenas si puede mantener sus colonias. No creo que una nueva guerra en Europa les interese demasiado.
Los presentes comenzaron a murmurar entre ellos. Los mapas mostraban una gran acumulación de tropas polacas en la frontera germana.
- ¿Y qué dice al respecto la Abwehr? –preguntó Rundstedt.
- Según los últimos informes, Polonia contaría con unas 37 divisiones. Si estos datos no se equivocan, más del ochenta por ciento de su ejército estará en nuestra frontera.
- Gerd, tú dirigirás a los ejércitos alemanes en la consecución de la operación, a partir de ahora denominada “Fall Weiss”. Esta se iniciará con las primeras luces del uno de septiembre, es decir, dentro de tres días. Ludwing te proporcionará una lista con el número de efectivos de los que disponemos y el plan de invasión trazado.
Todos los componentes de la cámara se pusieron en pie y saludaron el Führer, este les devolvió el saludo.
- Queridos señores. El 1 de Septiembre Alemania declarara la guerra a Polonia y retomara lo que nos ha pertenecido historicamente. Espero que todos cumplan con sus deberes a la perfección. ¡Por un Reich que dure mil años!
- Heil Hitler -respondieron al unísino.
Y tras esto, el Führer dio por terminada la reunión.

Gerd se subió al coche que le esperaba en la puerta, en su mente sólo se cristalizaba una idea. ¿Cómo lograría en tres días planear una invasión? Tendría que recurrir a todo su talento, para tal fin. Mientras el vehículo del mariscal se puso en marcha en dirección al aeropuerto de Berlín.


Las primeras luces del 29 de agosto iluminaban la mesa de campo del cuartel general del Este. Gerd estaba revisando los informes con el número de soldados de los que disponía, en total eran 71 divisiones: 44 de infantería germana, 9 divisiones blindadas y 18 que aportaban los aliados húngaros sumando entre todos 930.000 hombres, más de 10000 cañones y casi 3000 tanques, sin contar el apoyo de la Luftwaffe y de la Kriegsmarine.
El plan inicial que había trazado el alto mando propiciaba abrir un frente en el Norte, centrando todos los esfuerzos en él, y luego empujar a las fuerzas polacas hacia el Sur, donde quedarían atrapadas contra las fuerzas húngaras. Se esperaba de esta forma que los polacos finalmente cedieran ante las peticiones de Alemania.



Sin embargo, Rundstedt se planteó otro tipo de ataque, inspirado por los consejos de Guderian, que consistiría en un avance sostenido en todo el frente con las unidades más rápidas rompiendo el las defensas polacas en puntos aislados y dejando atrapadas en ese avance a las fuerzas enemigas, que serían barridas por las unidades más lentas cuando avanzaran. El plan de Rundstedt fue visto con buenos ojos por el alto mando alemán, que se lamentó del poco tiempo con el que contaría el mariscal para preparar su ataque.


Los dos días que siguieron fueron agotadores pero, finalmente, para el anochecer del 31 de agosto todo estaba preparado para dar comienzo a la operación Fall Weiss. El primer movimiento lo haría el IX Korps al mando del teniente general List, los cuales tomarían Danzing y asegurarían de esta forma una ruta de suministros estable con Prusia Oriental.
A partir de aquí, la operación se dividiría en dos fases:
La primera, que comenzaría a las 5.00 AM, la llevarían a cabo las tropas del XIX y del XVIII Korps, comenzando el ataque contra Bydgoszcz. Una hora más tarde se les uniría el apoyo del cuartel general de Von Rundstedt con el II Armeekorps y de las fuerzas del VIII Korps. Paralelamente y, encuadrada en esta primera fase, las fuerzas del XXI y del VII Korps comenzarían a atacar Czestochowa. Al llegar las 10.00, se les unirían las fuerzas de XII y del XX Korps.
La segunda, consistiría en cerrar la bolsa preparada alrededor de la provincia de Poznan. Para ello, las fuerzas del XII y las del XX Korps atacarían Lodz con el apoyo de las divisiones más cercanas, posiblemente del XIX y del VII Korps.



Se esperaba conseguir cercar al menos 6 divisiones polacas en la primera etapa de la operación junto con la ocupación de cientos de kilómetros de territorio polaco, obligando de esta manera al gobierno a replantearse la oferta germana.


La noche del 31 de agosto al 1 de septiembre un desvencijado camión, cargado de tropas alemanas, se acercaba al puesto de frontera que delimitaba las posesiones territoriales de Alemania con Polonia. Al otro lado de aquella barrera y, a través de los árboles, ya se vislumbraba la ciudad de Danzing. Los soldados alemanes del IX Korps comprobaron sus armas una última vez.

Servirían como avanzadilla al grueso del ejército y no estaban dispuestos a fallarles.

PD. Siento haber tardado en actualizar, pero tengo un concepto de día un tanto difuso :D

Un saludo y Disfrutad
 
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vaya, un comienzo mucho más explosivo de lo que imaginaba, mezcla de historia y literatura... me gusta :p


de momento la cosa no es muy distinta de la historia en sí... veremos que rumbo decides tomar, si esto va a ser una partida "histórica" o va a haber extraños giros inesperados... esperamos con impaciencia
 
Capitulo 2

"Él quiere Dantzig. ¡Pues bien, nunca lo tendrá!"
El coronel polaco Beck dirigiendose al ministro de exteriores rumano, Gregori Gafenco, sobre Hitler​

Capitulo 2: Bautismo de fuego

El sargento Gustav, del tercer regimiento fronterizo polaco, se despertó sobresaltado ante el ruido de un motor en el exterior. Todavía no había amanecido, por lo que entre los árboles pudo ver como unos faros se dirigían hacía él desde el lado germano de la frontera. Asustado, se acercó a sus hombres y los hizo tomar posiciones, tenían órdenes de estar preparados, el alto mando había previsto un hipotético ataque alemán sobre suelo polaco como parte de la campaña expansionista del Reich.

El camión se detuvo a escasos metros de la barrera, no era más que un desvencijado camión de mercancías. Gustav dio orden de que levantaran la barrera y pidieran la documentación al vehículo, los hombres salieron de sus escondidas posiciones y se dirigieron hacía ella. Sin saberlo, el joven sargento polaco acababa de condenar a sus hombres. Un grupo de soldados, con sus impecables uniformes grises saltaron del camión y apuntaron a los desprevenidos polacos que habían sus escondites. Los soldados alemanes les gritaron que no se movieran, a continuación uno de los alemanes se acercó a Gustav, le quitó su arma y lo arrojó al suelo junto a sus hombres.

Mientras tanto, otro grupo de alemanes eran inmortalizados arrancando la barrera que dividía las fronteras y arrojándola a un lado. A continuación, más faros se dibujaron entre los árboles, columna tras columna, vehículos acompañados de infantería y carros blindados comenzaron a cruzar la frontera en dirección a Danzing, el sonido de motores en el cielo, hizo a los polacos elevar la mirada, las primeras luces del 1 de septiembre se reflejaban en los armazones de los cientos de aviones de la Luftwaffe que surcaban el cielo del amanecer.


El alto mando polaco no se había equivocado en lo más mínimo con sus predicciones. El gobierno de Hitler no se había contentando con las negativas por parte de los polacos y ahora, reclamaban por la fuerza de las armas lo que no habían podido conseguir a través de la palabra. El gobierno de Polonia, envió un mensaje desesperado de auxilio a las potencias occidentales mientras que los nazis atravesaban la frontera a lo largo de toda la Polonia occidental.


- ¡Mein Führer! ¡Mein Führer! –Gritaba Von Neurath mientras atravesaba a trote la antesala que llevaba al despacho de Hitler en el Reichstag.
Al entrar en la habitación, Neurath vio a Ludwing y Hess junto con el dictador.
- ¿Qué ocurre para armar tanto alboroto Constantin? –preguntó Hess- ¿Tú también quieres saber como se desarrollan los acontecimientos?
- Rudolf, no estoy para bromas, esto es… -La voz le temblaba- esto es algo demasiado serio.
Hitler se levantó y tomó de las manos del ministro de exteriores un papel arrugado, al mirarlo el rostro alegre que había mostrado se tornó en pánico.
- ¿Y ahora qué? –quiso saber el dictador con un hilo de voz mientras le entregaba el documento a Hess.
- ¿Ahora? –Neurath le contempló apesadumbrado- Ahora toca esperar, pues en breve nos llegara la de Francia.
Hess contempló el papel, era un sencillo telegrama a través del cual, Gran Bretaña así como todas sus colonias le declaraban la guerra a Alemania.



Rundsted observó desde su cuartel de mando como la artillería abría fuego. Eran las 5 de la mañana cuando los primeros cañones escupieron sus proyectiles contra las líneas polacas, entre cada cañonazo el sonido de los motores de aviones era bien audible, la Luftwaffe había iniciado también sus bombardeos. Al otro lado de sus prismáticos el viejo mariscal pudo contemplar el infierno que estaban desatando.
Estaba en el centro de mando cuando le llegó un mensaje desde Berlín, el mensaje solamente le informaba de que las potencias aliadas le habían declarado la guerra a Alemania. Tras leerlo, delegó en su segundo todas las funciones de mando y se retiró durante varias horas a meditar en su habitación sobre el futuro, pues había sido el tener dos frentes lo que obligó a su país a rendirse en la gran guerra.
A las 6:00 comenzó a avanzar la infantería, los primeros informes hablaban de una resistencia feroz por parte de 16 divisiones que se habían atrincherado en Bydgoszcz y Czêstochowa. La unión de las fuerzas en reserva al ataque contra Bydgoszcz hizo que, tras cinco horas de combate, el ejército polaco se batiera en retirada, siendo atormentados por la Luftwaffe mientras intentaban reagruparse.


En Czêstochowa los polacos intentaron resistir con uñas y dientes el avance alemán, lo que obligó a solicitar el apoyo de la Luftwaffe, para las 10:00 el resto del ejército alemán destinado al ataque se unió a sus compañeros, sin embargo, los polacos aún resistieron otras siete horas, antes de que, tras sufrir pérdidas graves, se retiraran. Aunque esto no significó su final, pues tres días más tarde lanzaron un contraataque contra la provincia desde Cracovia que fue rápidamente detenido por las fuerzas alemanas.
Cuando todas las fuerzas llegaron comenzó la fase dos de la operación, cerrar la bolsa, está misión se le encargó al XII y al XX Korps, al mismo tiempo, el teniente general Wodrig pidió permiso para lanzar un ataque contra Kielce para formar otra bolsa en Cracovia con apoyo de las unidades acorazadas.


Por su parte Hungría, y en apoyo de la iniciativa alemana, lanzó un ataque contra Przemysl con 12 divisiones.
Consiguiendo aislar a 4 divisiones polacas en Cracovia, esto junto a las cercadas en Poznan constituían un total de 12 divisiones, casi el doble de lo que el alto mando había previsto.


Rundstedt celebraba con sus oficiales el éxito de haber cercado a tantas divisiones, cuando un informe urgente le llegó desde el frente, los polacos estaban intentando romper la bolsa atacando Czêstochowa, rápidamente se dirigió hacía el control de operaciones y personalmente impartió las órdenes necesarias, ordeno a las tropas de Lodz apoyadas por las de Kielce atacar Radom, cortándole el paso a 5 divisiones y aliviando de esta manera el ataque contra las tropas del teniente general Glokke. Guderian le pidió permiso para atacar Cracovia de forma que pudiera acabar con las tropas cercadas que tan desesperadamente luchaban por escapar, Rundstedt después de pensar durante unos segundos, no sólo le concedió su aprobación, sino que él mismo, junto con el VIII Korps, avanzaría contra Poznan acabando con los polacos.


El alto mando del Reich le concedió el permiso para atacar, así como garantizarle la supremacía aérea y el apoyo de bombardeos continuos. Para las 1 de la mañana del 14 de septiembre la operación conjunta de Rundstedt y Guderian había triunfado, y el frente se estabilizaba al este del Vístula.
En los siguientes días comenzaría la fase final de “Fall Weiss” lo que supondría el fin de Polonia.




Mi primer combate real, mi bautismo de fuego, la desesperación y el olor a muerte, todos estos conceptos eran desconocidos para mí hasta aquel fatídico 1 de septiembre, el día en el que nuestras tropas cruzaron la frontera con Polonia.
Aquella noche sólo durmieron los que ya habían servido en combate, los que entre nosotros eran considerados veteranos, sin embargo, para los novatos como yo aquella era una experiencia totalmente nueva. Serían sobre las cinco de la mañana cuando el horizonte se iluminó al abrir fuego las piezas de artillería que durante casi una hora machacaron sin descanso las posiciones de los polacos. La mitad de las fuerzas emplazadas con nosotros en Oppeln partieron hacía el frente cuando la artillería calló.


Desde el frente nos llegaban noticias nada alentadoras, al parecer los polacos se negaban a rendirse y estaban dispuestos a luchar por su tierra hasta el último hombre. Mis compañeros hacían bromas intentando calmar el ambiente de tensión, hasta que llegaron los primeros heridos, entonces comprendimos la verdadera gravedad de la situación, las siguientes horas las pasamos en silencio, únicamente interrumpido por algunas oraciones o sollozos de terror.
A las diez nos dieron orden de avanzar. Recuerdo que las gentes de los pueblos por los que pasábamos nos evitaban, aquello era muy diferente de lo que había contado mi padre cuándo él marchó a la guerra, no nos despedían entre vítores y tambores, sino entre miradas de recelo y odio. Fue entonces cuando me entere de que Gran Bretaña y Francia, nos habían declarado la guerra. Entonces comprendí aquella actuación por parte de los alemanes, tenían miedo de que todo volviese a repetirse, de que aquello que había costado tanto esfuerzo conseguir se desvaneciera en cuestión de horas.


Avanzamos en formación de combate tras adentrarnos en territorio polaco. El ruido de la batalla estaba cada vez más cerca. Daba igual hacía donde miráramos, los cadáveres de los soldados polacos nos devolvían la mirada, el calor de aquel día hizo que el olor a podredumbre y cenizas fuera insoportable. Nos unimos a hombres de la 59ª división, nos informaron de que a un par de kilómetros al norte los polacos se habían hecho fuertes en un pueblecito.

Los hombres del 312 dejamos parte de nuestro equipo y descansamos un rato a espera del momento para asaltar la posición enemiga.
- ¿No te preocupa la declaración de guerra de los británicos? –Hans era un soldado de mi edad perteneciente a mi escuadra.
- Sinceramente, ahora mismo tengo cosas mayores de las que preocuparme –le respondí sin levantar la vista del suelo.
- Deja al cabo ya Hans, si lo sigues incordiando te va a mandar a Berlín de una patada -Brummer era otro soldado, algo más mayor que yo.
- Brum no me incordies tú a mí, que bastante tengo con intentar animar el ambiente.
- Hans… Si te callarás creo que todos nos sentiríamos mucho mejor – dijo Reiner mientras continuaba limpiando su Kar.
Tras aquellas últimas palabras todos volvimos a guardar silencio, impacientes por poder entrar en combate, esperando nuestro momento.

Avanzamos cubiertos por el fuego de las MG hasta llegar a las afueras del pueblo, no recibimos ningún fuego en respuesta en nuestra aproximación, únicamente el silencio del mediodía. Nos desplegamos junto con otros doce soldados hacía la derecha, usaríamos un viejo granero como cobertura y entraríamos a través de la iglesía, calamos las bayonetas pues no sabíamos si el enemigo no estaría esperando allí dentro.


Estábamos a menos de diez metros cuando el soldado que iba en cabeza cayó hacía atrás con un disparo en el pecho, todos nos tiramos a tierra, no había donde cubrirse, los polacos estaban esperándonos en la iglesia, disparamos contra las ventanas, dándole tiempo a Hans a llegar hasta el muro y colar una granada. Un estallido sordo y una cantidad de polvo surgió del interior como respuesta, a continuación me puse en pie casi de un salto y corrí hacía la iglesia con todas mis fuerzas, no me fije si los demás me acompañaban, sólo corría, entonces un soldado polaco salió del edificio, estaba cubierto de polvo y parecía confundido, no me dio tiempo a detenerme, sólo cerre los y sentí como lo arrollaba con la bayoneta del Kar por delante. Al entrar en la iglesia caí al suelo sobre el cuerpo del soldado polaco, abrí los ojos y vi como me miraban sus ojos mientras la vida le abandonaba. Me dí la vuelta para ver como otro soldado se me quería echar encima, Reiner le disparó desde la puerta.
Clac-Cac hizo su Kar mientras lo recargaba a continuación giró noventa grados y disparó contra otro polaco, los demás entraron detrás de él.
- ¿Está bien señor? –me pregunto uno de los soldados que nos habían acompañado durante el asalto mientras me ayudaba a levantarme.
- Sí… -tartamudee, me acerqué al cadáver, todavía tenía clavado mi fúsil, dirigí la mirada hacía otro lado y extraje la bayoneta.

Tras tomar el pueblo nos informaron de que el grueso del ejército polaco se retiraba hacía el norte. Al anochecer, enterramos a nuestros dos únicos muertos, el soldado Gunther que nos acompaño al asalto de la iglesia y un cabo que murió también durante el asalto contra el cerco.


A la mañana siguiente nos destinaron al norte. Las órdenes para el XX Korps sería tomar Lodz y cortar de esta forma al enemigo su única ruta de escape de la bolsa que se estaba formando en Poznan. Avanzamos entre los pastizales polacos, el silencio era interrumpido por los aviones alemanes que nos sobrevolaban en dirección al frente.
Con las primeras luces del alba del 4 comenzamos el asalto. La resistencia que encontramos fue casi nula, únicamente se había formado un foco de resistencia de considerable importancia alrededor de la carretera principal que suministraba a las tropas de Poznan. Sólo hizo falta una incursión de la Luftwaffe para que se replantearan la resistencia y se batieran en retirada.

Avanzamos sobre Lodz y establecimos posiciones defensivas. El 9 nos llegó un mensaje desde el alto mando que hablaba de columnas de decenas de miles de soldados polacos avanzando hacía nuestras líneas, al parecer querían romper el frente y establecer una ruta de suministros con los suyos.
Nos dieron órdenes de movilizarnos y cortarles el paso. Era de noche cuando los primeros soldados polacos aparecieron de entre los árboles, lo que no sabían era que nosotros les esperábamos. Avanzaron totalmente desprotegidos a través de los pastos. Me acomode el Kar en el hombro y apunte a uno de los soldados, contemple como todos los demás hacían lo propio, en ese momento Wietersheim dio la orden de abrir fuego.
El silencio de la noche quedó quebrado por el sonido de cientos de armas disparando, los soldados enemigos cayeron a decenas, sin ningún tipo de cobertura solamente podían correr antes de que algún proyectil les abatiese. Durante el resto de la noche soportamos oleada tras oleada de soldados.
Finalmente y en un máximo acto de desesperación, al amanecer la caballería polaca se lanzó contra nuestras líneas, las MG barrieron tanto con los jinetes como con las monturas decenas murieron y otros tantos quedaron malheridos.


Para mediodía el ataque había concluido y los polacos se batían en retirada dejando atrás un campo plagado de cadáveres y moribundos.

Aquel día celebramos la victoria. No habíamos sufrido ninguna baja entre nuestras filas y una vez en el campamento bebimos y reímos mientras los informes hablaban de un derrumbe total en las líneas defensivas del enemigo y de que para antes de final de mes Polonia habría caído.
Todos nos sentíamos orgullosos, pues seríamos los héroes de nuestra época, lo que por aquel entonces ignoraba es el precio que tendríamos que pagar para serlos.

Pd. Espero que os guste ^^
 
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Uffff que crudo... siempre me impactan estos relatos.

Tienes un seguidor mas! :D
 
Uffff que crudo... siempre me impactan estos relatos.

Tienes un seguidor mas! :D

Bienvenido seas! Gracias por leerme y espero que te vaya gustando la historia.

Ahora bien, tengo una duda en general sobre el AAR :confused:, y es que no sé si os gusta la forma como lo relato, es decir, mezcla historico-literaria con tintes personales.

En fin, si teneís alguna sugerencia u os gusta de otra forma, soy todo ojos. :D

Un saludo a todos, y espero que os vaya gustando ^^
 
Bienvenido seas! Gracias por leerme y espero que te vaya gustando la historia.

Ahora bien, tengo una duda en general sobre el AAR :confused:, y es que no sé si os gusta la forma como lo relato, es decir, mezcla historico-literaria con tintes personales.

En fin, si teneís alguna sugerencia u os gusta de otra forma, soy todo ojos. :D

Un saludo a todos, y espero que os vaya gustando ^^

Sigue el estilo que mas te guste porque sino en 2 semanas te cansaras de hacer un AAR que no disfrutas creando. La gente a la que le guste tu estilo te seguira. Personalmente a mi siempre me han gustado las historias personales porque le dan un aire mas creible.