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unmerged(181384)

Sergeant
Nov 30, 2009
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Una casa dividida 2: La Segunda guerra Civil Americana(HoI2 Kaiserreich)

País: Empezamos con EEUU
Escenario: Kaiserreich
Dificultad: Normal
Agresividad de la IA: Normal


PROLOGO

Eran los últimos días de 1935. Teddy Oswolski se dirigió a la multitud de que le escuchaba en la fábrica donde trabajaba en Detroit. Las reuniones de la Asociación de Sindicatos de America cada día eran más multitudinarias, y Oswolski cada día se hacía oir más en ellas. No era un tipo joven. El primer americano de una familia llegada desde la Polonia rusa, sus veinte años como operario industrial cargando piezas empezaban a causarle dolores en la espalda. También su encanto se había resentido, ya que ahora llevaba gafas y cada día tenía más pelo. Pero sabía hablar muy bien, y siempre se dirigía a la gente con fuerza y ardor. Un ardor que en gran parte le había dado el hecho de pertenecer a la Asociación de Sindicatos.

"Los que llevais tiempo en estas fabricas recordareis cuando empezamos a construir armamento para los franceses y americanos en la Gran Guerra. Tuvimos la suerte de que ningún hijo de America se sacrificó por el orden continental, pero trabajamos para que otros trabajadores de Europa matasen a sus hermanos del bando opuesto. Con esta neutralidad los que ganaban eran los banqueros y los industriales. Y cuando Francia e inglaterra capitularon, ¿Qué nos dejaron? Créditos sin pagar e infinitas deudas que se tradujeron en trabajadores despedidos y familias en la miseria".

Hubo muchos murmullos afirmativos. La economía americana se resintió mucho con la derrota de los Aliados en la Gran Guerra. Muchas fábricas cerraron por culpa de los créditos impagados de los aliados. Y es que la derrota llevó a Francia al Socialismo y al Reino Unido a abrazar el sindicalismo, liderado por Alexander Berkman en esos momentos.

"Y no solo eso. Aunque Francia e Inglaterra vieron la luz tras la derrota y abrazaron las doctrinas de Marx, nosotros seguimos con nuestro modelo capitalista. Y ¿donde nos ha llevado esto? Hemos de trabajar muchisimas horas para que nuestras productos puedan venderse fuera, allí donde los alemanes nos dejan. Si es que podemos vender aún algo. Y los barones de la industria siguen explotándonos, apretandonos más con demandas draconianas y exprimiendo nuestros salarios para prolongar su incipiente bienestar. Nuestros bolsillos se vacían mientras que los suyos siguen llenándose de dolares y más dólares."

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Alexander Berkman, el hombre fuerte de la Unión de Sindicatos Americanos.

La Asociación de Sindicatos de América era hija de Alexander Berkman, un lituano. Pero el alma detrás de ella era Jack Reed, el americano que estuvo al lado de Lenin durante la Revolución Rusa y que sobrevivió a un atentado para poder seguir liderando huelgas y la lucha de clases en América. Teddy no dudaba que Reed sería el nuevo jefe del Comité Central. Y el tener a un americano nato en ese asiento permitiría hacer la Revolución más americana.

"Pero se acerca el día en que los trabajadores de América abandonaran las banderas y las etiquetas para unirse en un frente común contra los explotadores. y yo os digo que cuando la tormenta de la ira proletaria estalle en America, esta tormenta será imparable.

Muchos kilometros más al sur, otra reunión tenía lugar. Pero esta en un ámbito muy diferente. En Nueva Orleans tenía lugar la convención del Partido "América Primero". Su líder, Huey Long, predicaba el retorno a los valores tradicionales sureños, y no solo para los estados del Sur. Uno de sus admiradores y seguidores, metido entre la multitud que escuchaba el discurso en la gran Sala de Reuniones del Partido era Jefferson Myers. Se emocionó cuando supo que Huey iba a organizar la convención en su ciudad como solo un adolescente puede emocionarse. Colaboró en la organización con un celo militante y ahora escuchaba las palabras de su líder como a las de un Mesías.

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Huey Long, el Rey Pez en un discurso.

Huey no lo había tenido fácil. Como gobernador de Luisiana había logrado que el estado prosperase. Construyó carreteras y un Capitolio estatal faraónico. Su amor por su estado solo era comparable a su devoción por los Tigers. Huey llegó a financiar a los aficionados que se desplazaban para ver un partido suyo en Tennessee, amenazando con imponer un nuevo impuesto a las compañias ferroviarias que cobrasen a los aficionados. Y fue tal el éxito que un diario de Tennessee publicó el titular: "¿Acaso Long nos ha invadido?".

"¿Sabeis cual es la diferencia entre los republicanos y los democratas? Pues que los republicanos os despellejaran de cabeza para abajo, y los democratas de los pies para arriba?".

El chiste surtió efecto y muchos en la multitud rompieron a reir. Huey Long seguía en su estrado, rodeado de un cordón de seguridad formado por la milicia del Partido, los "minutemen". Tras unos segundos prosiguió:

"Yo os digo que ya es hora de que los políticos dejen de pensar en los magnates y en los multimillonarios. Ya es hora que dejen de pensar en tener el anillo con su brillante en el dedo y a su querida a la que poder pasear en el coche. Y hemos de empezar el cambio con ideas americanas. No con inventos absurdos traidos por tipos con nombre de humorista. Los franceses e ingleses abrazaron estos ideales y aún han de pedir permiso a los fritz para ir al lavabo. Como americanos de verdad, no podemos conformarnos con quedarnos con los brazos cruzados y ver como nuestro país bosteza en el tedio de la indiferencia. Hemos de actuar. Y si queremos el poder, hemos de tomarlo. Por las urnas o luchando como hicieron los Padres Fundadores. Devolvamos el poder al ciudadano y que cada hombre sea un rey. ¿Quien luchará por su país?"

Y la multitud rompió a gritar. Y el fiero y desafiante aullido de Jeff Myers se fundió con el de la multitud.
 
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Todo AAR empieza con un primer paso.

Ultimamente juego con el Mod Kaiserreich de HOI2. Y como lector de Turtledove, no he podido resistir intentar con un AAR sobre una nueva Guerra Civil.

Pero para añadir algo de interactividad, aún no he elegido facción. Así que, que quien querran ver al timón de esta nueva Guerra Civil Americana.

1) La Unión de Sindicatos Americanos. Un AAR donde el 1er Frente de Chicago y la División de Caballería al mando de Hoffa. Mucho materialismo dialéctico y lucha de clases y razas. Internacionalismo, con el bueno de George Marshall entre los rojos y un Jack Reed sin escrúpulos y manteniendo el equilibrio entre las facciones de la izquierda con dosis de concesiones y dolor (como diría Jose Luís Moreno "Muuucho dolor").

2)El Partido América Primero. En Kaiserreich no hay fascismo, pero el populismo de Long puede confundirse como tal. El Ejercito del Norte de Virginia avanzará con sus blindados, liderado por un Patton que tendría mucho protagonismo en esta historia. Un AAR con muchos insultos (Con Patton ladrando lindezas como "Que me aspen si dejaré que ese bastardo cruce el rio con sus tropas. Lo pillaré de la nariz y le daré un buen puntapie en el trasero".). Cualquier parecido entre Gil y Gil y Huey Long será casualidad.

3) Pueden no haber elecciones, convirtiéndose MacArthur en un dictador portegiendo la Constitución. El Julio Cesar Americano acaparará esta historia. El Destino Divino toma las riendas del Destino Manifiesto Americano. Menos tacos que con Patton, pero tendremos a un auténtico divo en acción que generará mil y una neuras. Solo su Estado Mayor salvará a la Unión de sus delirios mesiánicos.

4) Elecciones normales. Un gobierno Republicano o Democrata. Poco inspiracional pero algo sacaremos de allí.

Señores, el escenario es suyo. Envien un sms al 7777 con la palabra Guerra y el número de su opción, y de regalo... este politono.

http://www.goear.com/listen/b3861fe/cuidame-el-gato-los-gandules
 
primer lector :cool:

a ver que tal este AAR... el kaiserreich es un mod más que interesante
 
lo dire claramente PATTON:D:D:D
 
CAMINANDO A LA GUERRA (I)

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Mapa de los EEUU en 1936

Febrero de 1936, Detroit.

Teddy Osloweski aún llevaba marcas en la cara de la reciente disputa con los matones de la Ford Motor Company. Un ojo morado y algunas heridas en la cara atestiguaban la contundencia de los que se habían opuesto a la manifestación de los miembros de "Trabajadores del Automóbil Unidos". Oslowski había estado junto a Walter Reuther y otros compañeros cuando los perros del Departamento de Servicio de Ford llegaron y disolvieron la manifestación a bastonazos. Y esos tipos no se amilanaron con las chicas que repartían panfletos...

Pero hoy, en la reunión de la Asociación de Sindicatos de América, previa al estreno de la nueva película de Charles Chaplin, el camarada Chaplin, iba a vengarse de ellos con sus palabras.

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Sabía que era su momento de gloria. Iba a hablar ante Jack Reed y otros hombres fuertes del sindicato, entre ellos gente llegada de la Comuna Francesa y de la Unión de Gran Bretaña. El pequeño Teddy iba a catapultarse esa noche hacia los más altos cargos de Detroit. Y luego, quizá, de América. O del mundo. Ser un proletario no significaba falta de ambición.

Un insípido orador anarquista galo, lanzando diatribas contra los socialistas moderados, le precedió. La audiencia le aplaudió por educación. El viaje debía haber sido muy duro para ese compañero francés.

Oslowski subió al escenario. Los nervios, que le revolvían el estómago, desaparecieron al ver la multitud. Ahora los tenía donde quería. Era su hora:

-"Compañeros y compañeras. Tanto los de Detroit como los del resto de América y del mundo. Todos unidos ante el enemigo capitalista que ha mostrado su cara más fea en esta ciudad. Ya hemos visto su idea de igualdad. Todos los trabajadores, mujeres y hombres, grandes y pequeños, deben ser apaleados por igual. En mi faz veis las marcas de la lucha contra ellos. Me ha dolido ser apaleado. Pero más les dolerá a ellos cuando nosotros nos lancemos contra ellos e instauremos el paraiso de los trabajadores."

El entusiasmo, diluido tras la intervención del francés, fue recuperado. La multitud aplaudió y aulló consignas contra el patrón y a favor del trabajador.

-"Con la ayuda de nuestros compañeros del extranjero, nos sacudiremos del yugo de los barones de la industria e instalaremos un nuevo orden. América será la punta de lanza de la gran revolución de los trabajadores del mundo. Y los ricos nos temerán con razón, pues nuestra victoria es inevitable."

Una intervención breve, como tocaba a un simple delegado sindical. Pero los aplausos entusiastas del Secretario General Reed y los otros hombres fuertes de la Asociación de Sindicatos demostraron que quizá para Teddy lo de delegado sindical era una etiqueta temporal. Un futuro brillante como la estrella roja se le abría por delante.
 
CAMINANDO HACIA LA GUERRA (II)

18 de Marzo de 1936. Birmingham, Alabama

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Jeff Myers era, además de un buen militante del Partido "América Primero", un buen cristiano. Cada domingo iba a misa con su uniforme de "Minutemen", que llevaba desde hacía pocas semanas. El joven pelirrojo y pecoso con la camisa negra y los pantalones pardos atraían las miradas de las jovencitas que se sentaban en los bancos que había a su alrededor. Especialmente la de Mary Kelly.

Sabiendo que esas miradas abrían la brecha hacia algo más, se acerco a saludarla al acabar el oficio. Charlaron un rato sobre conocidos comunes. Hasta que ella cambió de tema con un giro algo más profundo: "No crees que el padre MacMurthy ha sido algo radical en su discurso".

"No lo creo Mary". Respondió Jeff con la convicción del joven que lo sabe todo de la vida. "Realmente creo que Dios ha castigado a esa colonia roja de Pittsburgh por abrazar los preceptos de Marx. Seguro que quiere echarlos con agua de la misma forma que San Patricio exilió a las serpientes de Irlanda".

Mary no parecía convencida, pero eso no quitaba que siguiera teniendo a ojos de Jeff la sonrisa más bonita de Birmingham. "Puede que sea así Jeff, pero creo que hemos progresado un poco desde los tiempos bíblicos. Dios ya no castiga con lluvias ni diluvios".

"Mary, si Dios quiere castigar a esos rojos hará que mis compañeros y yo subamos allí arriba a ponerles las cosas en orden". La bravuconada de Myers esperaba ayudar a ponerle las cosas en orden con Mary, aunque en un orden muy diferente al que había querido decir antes... Ella reaccionó con una carcajada. Punto para Jeff, que prosiguió: "Ya ves que los sabios de Washington no han gastado un dolares en ayudarles por que saben que sería un dolar perdido."

Mary quedó pensativa. "Ya. Solo espero que nunca vivamos una situación parecida. Seguro que tampoco nos darían nada esos lumbreras de allí arriba".

Jeff sonrió: "No los necesitamos Mary. Los del Sur ya nos ayudamos entre nosotros. Por cierto, ¿te apetece venir conmigo a pasear por el parque?".
 
CAMINANDO HACIA LA GUERRA III

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"A mi señal entraremos en la cabaña. Nos han informado que estos campesinos han estado guardando armas para una organización llamada "Campesinos en Lucha". De momento no se ha confirmado que formen parte de la Asociación de Sindicatos, pero me huelo que Reed está en el meollo. Tucker y Grislow entrarán conmigo. El resto os quedareis alrededor evitando que cualquiera de ellos huya. ¿Alguna pregunta? Pues vamos."

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El inspector Melvin Purvis era un hombre metódico. No en vano habían sido sus hombres los que habían acabado con John Dillinger. Pero ahora los atracadores de banco habían sido reemplazados por los grupusculos comunistas que proliferaban como setas por América.

Y es que entre los campesinos la ola de calor había hecho estragos. El gobierno no había ayudado para nada. "¿Y cuando ha ayudado en algo el gobierno, Melvin?". Todos esos divos en traje de seda paseando con sus cochazos y sus queridas. Dejandole el trabajo sucio a tipos como Melvin, gente con agallas para hacer lo indecible en su nombre.

Agazapado a la sombre de un arbol, se aflojó el nudo de la corbata. La calor hacía las cosas dificiles allí. Siempre había pensado, como buen sureño, que Dakota no sería tan calido como Savannah, pero esa maldita ola de calor lo había cambiado todo. Parecía que todos los factores y elementos se habían aliado contra los Estados Unidos. "Desde luego algo no debe ir bien", pensó Melvin. Pero esperaba que pronto cambiara todo eso.

Y es que entre los papeles de su cartera estaba su carnet del Partido América Primero. Se había afiliado al ver el auge que tenía en su estado, y eso le había abierto muchas puertas allí, pese a nunca revelar su condición a ningún miembro del FBI. No dudaba que Edgar Hoover, su jefe, lo sabía. Ese paranoico lo quería controlar todo. Pero no podía probar nada aún.

Además, quizá la pertenencia al Partido fuera buena para el FBI. Le hacía más fácil pelear contra los rojos. Tras ver que todos sus agentes estaban en posición, alzó la mano y dió la señal. La redada había empezado.
 
Y de nuevo, en este AAR, ofrecemos las diferentes opciones que pueden suceder. A ver cual les apetece más:

1) La Unión de Sindicatos Americanos. Un AAR donde el 1er Frente de Chicago y la División de Caballería al mando de Hoffa. Mucho materialismo dialéctico y lucha de clases y razas. Internacionalismo, con el bueno de George Marshall entre los rojos y un Jack Reed sin escrúpulos y manteniendo el equilibrio entre las facciones de la izquierda con dosis de concesiones y dolor (como diría Jose Luís Moreno "Muuucho dolor").

2)El Partido América Primero. En Kaiserreich no hay fascismo, pero el populismo de Long puede confundirse como tal. El Ejercito del Norte de Virginia avanzará con sus blindados, liderado por un Patton que tendría mucho protagonismo en esta historia. Un AAR con muchos insultos (Con Patton ladrando lindezas como "Que me aspen si dejaré que ese bastardo cruce el rio con sus tropas. Lo pillaré de la nariz y le daré un buen puntapie en el trasero".). Cualquier parecido entre Gil y Gil y Huey Long será casualidad.

3) Pueden no haber elecciones, convirtiéndose MacArthur en un dictador portegiendo la Constitución. El Julio Cesar Americano acaparará esta historia. El Destino Divino toma las riendas del Destino Manifiesto Americano. Menos tacos que con Patton, pero tendremos a un auténtico divo en acción que generará mil y una neuras. Solo su Estado Mayor salvará a la Unión de sus delirios mesiánicos.

4) Elecciones normales. Un gobierno Republicano o Democrata. Poco inspiracional pero algo sacaremos de allí

De momento la 2 y la 3 tienen un voto. Rompan el desempate o den vida a alguna opción aparentemente muerta con un sms al 7777 con la palabra Guerra y el número de su opción, y de regalo... este politono.

http://www.goear.com/listen/e3bd3e1/Culebra-letal-los-gandules
 
Paaaaaatton,Paaatton:D
 
CAMINANDO HACIA LA GUERRA IV

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Oswolski miró el feretro donde Berkman yacía, quieto tras perder la batalla con su cancer de próstata. El cuerpo permanecía en un velatorio donde los miembros de la Asociación de Sindicatos le daban un último adios.

Era una dura perdida para el movimiento. Y sobretodo con las elecciones presidenciales tan cerca.

Al acabar el velatorio muchos compañeros de otros sindicatos tomaron unas cervezas en la sede del sindicato de estibadores de Chicago. El velatorio había congregado a masas de simpatizantes, y fue una demostración de fuerza por parte de la Asociación de Sindicatos. En la posterior reunión informal estaba el nuevo secretario general de la Asociación, Jack Reed. Y su mano derecha, un georgiano llamado Joe Steele. Teddy iba tomando una cerveza charlando con unos camaradas de la República de las Dos Sicilias y de Bengala, la utopia socialista hindú. Oswolski pretendía hacerles sentir importantes. Y cuando estos se fueron para hablar con otros delegados, ambos se acercaron.

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Joe Steele en su despacho.

Jack Reed sonreía.-"Le veo mucho mejor de su ojo, compañero Oswolski".

Sorprendido, Teddy respondió-"Gracias, compañero Secretario General. La verdad es que ya he empezado a perder las marcas de nuestra batida con los bastardos del Departamento de Servicio de Ford".

Reed le dió una palmada en la espalda. "Oswolski. Pronto les devolveremos el golpe. Y con mayor fuerza. Verá, necesito que organice a los miembros de su sindicato. Pronto pasará algo importante. Y hemos de estar organizados. Por que solo ganaremos si estamos organizados. ¿Me entiende?"

El delegado sindical iba poco a poco entendiendo las implicacions, y movió la cabeza afirmativamente. "Bien, sabía que lo entendería. El compañero Steele está trayendo armas que, ojala no sea necesario, podemos necesitar si el estado nos priva de los medios para obtener nuestros objetivos de forma legítima. Quiero que los compañeros del sindicato de su fábrica pasen algún fin de semana en alguno de nuestros campos de formación. Allí el compañero Steele les dará lecciones de autodefensa. Lo de la Ford no volverá a pasar. ¿Entendido?"

Teddy asintió, y vió una sonrisa en la boca del silencioso Joe Steele. "¿Solo autodefensa, compañero Secretario General?"

Jack Reed sacó su mejor sonrisa de político: "Compañero Oswolski. Sepa que la mejor defensa a veces es un buen ataque. Y más en la lucha de clases."
 
Sindicatos. Cualquiera de las demás opciones le daría un parecido al mundo real, pero unos USA socialistas... Eso si que no me lo perdería
 
EL CESAR AMERICANO (I)

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El general Douglas MacArthur se instaló en la pequeña mesita donde iba a dar su breve discurso radiofónico. El dificio estaba acordonado por tropas de la Guardia Nacional de Washington y del Ejercito. Las últimas horas habían sido muy dificiles.

Los Estados Unidos no participaron en la Gran Guerra, dedicándose a vivir de los beneficios obtenidos vendiendo armas a la Entente. Pero con su derrota los créditos se desvanecieron. Incapaces de pagar las compras, la Entente arruinó a los Estados Unidos. Y eso había dañado mucho al país, dándole el golpe de gracia Alemania con la hegemonía sobre América en los mercados. Años de frustración y pena habían terminado por explotar en una crisis en la que al general le había tocado dar un paso adelante.

1936 no fue un buen año. Las inundaciones de Pittsburgh habían dañado terriblemente las arcas públicas. Y la ola de calor había hecho estragos en la agricultura. Y dos siniestras fuerzas maquinaban sus próximos movimientos al amparo de la confusión reinante.

Por un lado estaban los comunistas de Jack Reed. El veterano periodista, que vivió la mal lograda Revolución Rusa del 17, se había erigido en el lider de la extrema izquierda americana. Sus aliados anarquistas y sindicalistas movían los hilos en el corazón industrial de los Estados Unidos. En Chicago y Detroit se daban cada vez más actos de sabotaje y violencia sindical, y la cosa empeoraba a medida que pasaban los días.

Por el otro, Huey Long. Al "Pez Rey" se le había hecho demasiado pequeña su pecera en Louisiana, y empezaba a aglutinar al Sur más conservador en su movimiento "América Primero". De base populista conservadora, sus milicia llamada los "Minutemen" controlaba la violencia sindical en el Sur. Pero los lemas de "Todo hombre, un Rey" y la "Redistribución de la Riqueza", además de la siniestra compañía del antisemita padre McLoughlin o del germanófilo Fritz Kuhn no presagiaban nada bueno.

America volvía a ser, en palabras de Lincoln, "una casa dividida". Y el discurso que iba a dar podía mover los cimientos de esta.

El técnico le dio la señal, y con una voz firme empezó.

"Ciudadanos americanos. Soy el general Douglas MacArthur. Hemos vivido malos tiempos en nuestro querido país. Mientras el espectro de los extremismos ha poseido a nuestros antiguos amigos al otro lado del oceano, nosotros mantuvimos vivos los ideales de la democracia y de nuestra constitución contra viento y marea.

Tristemente, siniestras fuerzas están preparando sus movimientos para acabar con el sistema que han defendido nuestros abuelos y padres. Ocultos bajo falsas utopías, pretenden traer el caos y la desunión en nuestros Estados, operando al margen de nuestra sagrada Constitución.

Los recientes disturbios han forzado al presidente Herbert Hoover a ceder sus poderes constitucionales a las Fuerzas Armadas. Las cuales, como garantes de las libertades en nuestro país, han entregado el cargo de Presidente temporalmente a mi persona.

Garantizaré las libertades de este país hasta que se den los factores necesarios para que unas nuevas elecciones puedan transcurrir de forma normal y sin incidencias que distorsionen el libre ejercicio del derecho a voto de nuestros ciudadanos.

Solo puedo prometeros cumplir con las tres palabras sagradas a las que siempre me he ceñido en mi carrera: Deber, Honor y Patria.

Muchas gracias y que Dios bendiga América".

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Gobierno MacArthur
 
EL CESAR AMERICANO (II)

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J. Edgar Hoover entró en el despacho Oval con un dossier bajo su brazo. Estaba feliz por haber conseguido que el gobierno MacArthur hubiera aprobado su Acta de Emergencia de Seguridad. Sin el escollo de un parlamento reducido a mero comparsa, esta había sido firmada por el general MacArthur sin problemas.

Y al mismísimo "Cara de Roca" iba a ver en ese momento. entre los papeles llevaba una lista de militantes de las diferentes facciones. Algunas aficiliaciones eran bastante sorprendentes. Como ver al bueno del general Marshall frecuentando los círculos comunistas. O ver a Patton dar arengas abiertamente a favor del Partido "América Primero". Los nombres llegaban incluso al propio FBI, con agentes tan capaces como Melvin Purvis forzados a abandonar el servicio por sus simpatías por una u otra facción.

Un capitán le llevó al despacho donde se sentaba el primer dictador que había conocido los Estados Unidos. El generla MacArthur le esperaba tan impasible como siempre. Tras un intercambio de cortesias insulsas, Hoover fue al grano:

-"General, creo que ha llegado el momento de empezar a aplicar el Acta de Emergencia con todas nuestras fuerzas. Le he traido aquí las ordenes contra una serie de organizaciones antiamericanas."- pasó al general una serie de órdenes.-" Fírmelas y nada nos podrá detener hasta que hayamos acabado con ellas".

El general miró una serie de hojas. Enarcó una ceja mientras fumaba su pipa diciendo: "Veo que todo son organizaciones de izquierda. Los Voluntarios de John Brown, la milicia del sector del automobilismo, los voluntarios de la tejedora... ¿Alguna orden contra las organizaciones de Long y su "América Primero"?"

Hoover quedó sorprendido. "No señor. Creía que podríamos aprovechar su celo anticomunista y ganárnoslos para nuestra causa".

"La única causa que tiene Huey Long es la del propio Huey Long"- remarcó categoricamente MacArthur, fumando su pipa. "No espere que nos ayude a cambio de nada. Podemos debilitar a la serpiente comunista, pero el coyote sureño seguirá al acecho y esperando para saltar a nuestras espaldas. Hoover, si quiere seguir en su cargo quiero que añada a estas órdenes otras contra las milicias de extrema derecha de Long, ¿entendido?"

Hoover dudó. Solamente con los recursos del gobierno federal solos la lucha contra los socialistas sería dura. Pero si tenían que luchar además contra nel Partido "América Primero".... La cosas estaría muy complicada. "¿Está seguro, general? La lucha puede ser muy dura".

MacArthur podría haberse enfadado, pero mantuvo su típica pose calmada. "Hoover: usted puede pasarse horas haciendo listas sobre enemigos, pero yo solo necesitaré cinco minutos para encontrar a alguien dispuesto a ocupar su sitio. Si ahora es tan amable de traer las ordenes firmadas, le estaré agradecido."

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