Primero de todo queria disculparme por no escribir antes, pero he estado atareado durante un tiempo. Y ahora os subo un capítulo nuevo, que espero que no sea muy soporífero.
Capítulo 4: Por las tierras de los infieles (2da parte)
Desde una pequeña colina Hug, conde de Empúries, veía como sus hombres se embarcaban en las naves que perezosamente balanceaban con las suaves olas. Pronto el también se uniría a ellos, poniendo así fin a una extraordinaria aventura.
Aún se acordaba cuando, por el 16 de abril, la caballería aragonesa aniquiló completamente a la pequeña hueste almohade, solo pudiendo huir cobardemente Ishaq y su sequito más cercano.
Aunque estaban justo delante de
Madina Mayurqa, una de las mayores ciudades del Mediterráneo Occidental, Hug y los comandantes aragoneses no sabían cómo actuar. Pues aunque de su captura obtendrían gran recompensa, como era una de las principales bases de los rebeldes anti-almohades su caída no beneficiaria ni políticamente ni militarmente a la Corona de Aragón.
Por esto se acordó enviar una galera a Barcelona, tanto para pedir consejo al rey Pere como para informarse de cómo iba el conflicto. Una vez hecho esto, y después de construir un campamento fortificado a las afueras de la urbe sarracena, se dedicaron a saquear impunemente toda la isla, arrasando completamente la rica campiña y las numerosas alquerías que había en ella. Tan salvaje fue la furia de los aragoneses que gran número de campesinos aterrorizados se refugiaron en las recónditas cuevas de la sierra de Artà (
1).
No obstante pronto las partidas saqueadoras volvieron con noticias preocupantes. Pues en sus expediciones cada vez más se topaban con gran número de jinetes sarracenos, jinetes que no llevaban ninguna librea ni bandera conocida. Aunque esto inquietó a los aragoneses, pues temían que hubiera un numeroso ejercito desconocido en algún lugar de la isla, pronto este misterio fue resuelto cuando un emisario moro llegó al campamento.
En una audiencia personal con Hug, mientras jugaban una partida de ajedrez, el heraldo dijo que su señor era el poderoso y venerable Yahya ibn Ghaniya (
2), descendiente y sucesor de los poderosos emires almorávides. Le explicó que cuando el imperio de estos últimos fue destruido por los almohades, sus ancestros se refugiaron en las islas baleáricas, el último territorio leal. Durante tiempo esperaron su oportunidad para recuperar lo perdido, hasta que en 1184 Ali ibn Ghaniya, hermano mayor de Yahya, lanzó una audaz expedición a las tierras del Magreb para recuperar su herencia perdida. A pesar de que en un principio la suerte no les fue favorable, como lo demuestra la muerte de Ali en 1187, algunas décadas después Yahya consiguió el dominio de gran parte de Libia y de Ifriquiya (actual Túnez y parte oriental de Argelia). No obstante su victoria no fue completa, pues pocos años antes de su triunfo los almohades capturaron las Baleares.
Por este motivo Yahya, en cuanto supo de la guerra civil almohade, envió a
Mayurqa unos nueve-mil soldados. Les dio una orden simple, recuperar su patria natal o no volver.
Cuando hubo terminado su explicación el emisario añadió que como su señor no tenía ningún contencioso con los aragoneses, por ahora no los atacarían. No obstante si les impedían cometer con su sagrada misión, no tendrían piedad con ellos.
El conde, después de sospesar un momento su situación, le dijo al emisario que por él no habría ningún problema, pues solo los almohades sacarían provecho de un conflicto entre ellos dos. Y para demostrar su buena voluntad añadió que su hueste se retiraría a los alrededores de la playa de Santa Ponça, un magnifico embarcadero natural situado al oeste de
Madina Mayurqa, donde partirían cuando recibieran órdenes de su señor Pere.
Estas llegaron escasas semanas después de este encuentro, cuando los cristianos ya se habían instalado en su nueva ubicación. El emisario enviado por el monarca primero transmitió al conde emporitano y los principales comandantes del ejército las últimas nuevas que habían llegado a Barcelona:
- Respecto al actual conflicto con los infieles solo se podía decir que iba mejor de lo esperado. No solo hacia unes meses que Alfonso VIII y sus hombres habían llegado a
Mursiyya, alcanzando así el ejército sitiador unos doce-mil hombres, sino que por los alrededores de
Qurtubah los portugueses habían aniquilado a unos mil almohades que se retiraban de Almansa.
Situación actual del conflicto
Sobre las huestes secesionistas los exploradores informaron que mientras la más numerosa, formada por unos diez-mil soldados, se dedicaba a asediar
Gharnata, otra más pequeña, de unos cuatro-mil hombres, asediaba la ciudad manchega de Tarazona.
- De las noticias internacionales a la corte catalano-aragonesa le interesó principalmente una crisis que había estallado últimamente en el Sacro Imperio Romano Germánico. Su soberano, Philipp von Hohenstaufen, unos meses atrás atacó Francia para capturar la rica región de Gante. No obstante, a pesar de que las huestes alemanas eran poderosas, los francos les infligieron tan severas derrotas que incluso algunas regiones germánicas, como el condado de Borgoña, cayeron en sus manos.
Este desastre desacreditó tanto la imagen del emperador, pues muchos lo consideraban culpable de lo sucedido debido a su negligente dirección, que pronto dentro el Imperio estalló una violenta revuelta secesionista. Aunque su principal foco era Italia, siendo principalmente activas las repúblicas de Treviso, Urbino, Florencia, Padua, Boloña y Siena, también se unieron a ella algunos condados suizos, como el de Ginebra y el obispado de Valois, y los poderosos ducados de Brabante y Provenza. De este último cabe destacar que su joven señor era Alfons de Barcelona, el ambicioso hermano del rey de Aragón.
- Aunque no se les prestó tanta atención como con la noticia anterior, también a Barcelona llegaron nuevas del lejano Oriente.
La más destacable era que aprovechando que el recientemente fundado Imperio Latino de Oriente estaba en guerra con el Reino de Bulgaria, ya que quería apoderarse de las tierras meridionales de este último, Theodoros I Laskaris, soberano del Imperio de Nicea, había emprendido una audaz ofensiva contra los odiados usurpadores latinos en un intento los antiguos dominios bizantinos. Tiempos difíciles se avecinaban para la Verdadera Fe en aquellas tierras.
Latinos asaltando una fortaleza bizantina
Más positivas para la Cristiandad eran las nuevas provenientes de Tierra Santa, pues indicaban que al-Adil I, el sultán egipcio que dominaba Jerusalén, se enfrentaba a la rebelión del poderoso gobernador de Mosul. Este hecho entusiasmó a los católicos, uniéndose a la sagrada lucha nuevos contingentes germanos e italianos.
Una vez hubo explicado todo esto, el emisario les transmitió a Hug y a sus capitanes las ordenes de su soberano. Estas consistían en que, teniendo en cuenta el curso de la guerra, el ejército aragonés abandonara las Baleares, pues no había mucha a ganar en estas islas, y navegara hacia
Mursiyya, donde se uniría al ejército asediador.
Cuando algunos de los nobles presentes le preguntaron el motivo de este movimiento, pues la hueste catalano-castellana ya era numerosa, el heraldo les replicó que la corte temía que el magno ejercito califal, del cual no se sabía nada desde hacía semanas, abandonara la Berbería para ir a levantar el sitio que sufría esta ciudad.
En ver que eran lo mejor que podían hacer, Hug ordenó a sus comandantes que se preparan para partir. Pues pronto dejarían estas islas iniciando así una nueva etapa en este conflicto.
1: más información en: http://translate.google.com/transla...9/guerra-refugiats-i-captius-la-balma-de.html y http://cultura.elpais.com/cultura/2009/12/14/actualidad/1260745202_850215.html
2: más información en: http://translate.google.com/transla...ttp://ca.wikipedia.org/wiki/Yahya_Ibn_Ghaniya